Crimen de Cutral Co: La tarea de los investigadores se centra en el núcleo familiar

Se efectuaron cinco allanamientos que robustecen esa hipótesis.Las pruebas de parafina les fueron realizadas al menor y a su hermana.

CUTRAL CO (ACC).- La tarea de los investigadores del homicidio del pequeño Sergio Javier Acuña, de 9 años, estuvo centrada ayer en el núcleo familiar. En ese contexto, se realizaron cinco allanamientos en los que se recolectaron evidencias y el testimonio de un pariente, entre otras diligencias. Se supo además, que las pruebas de parafina anunciadas el viernes fueron practicadas al cadáver del menor y a su hermana.

Por la tarde, unas 1.500 personas acompañaron el cortejo fúnebre hasta el cementerio de Cutral Co, donde fue depositado el cuerpo del infortunado menor.

Un nutrido grupo de vecinos despidió ayer los restos de Sergio Javier, muerto en confusas circunstancias, que los investigadores están empeñados en dilucidar. En este marco, se concretaron cinco allanamientos en distintos sectores de Cutral Co, de los que se obtuvieron evidencias para el caso.

Según fuentes de la investigación, las mismas abonarían la sospecha sobre un crimen «puertas adentro» del núcleo familiar.

Las fuentes revelaron también que las pruebas de parafina fueron practicadas al menor fallecido y a su hermana.

Por otra parte, hasta las dos de la madrugada de ayer, tanto en la comisaría como en la fiscalía a cargo de Santiago Terán, se tomó un total de siete declaraciones. Entre los testimonios recabados se encuentra el de un familiar -no trascendió de qué miembro de la familia se trataría- y tampoco se conoció su contenido. Las diligencias continuarán hoy.

En tanto, el viernes por la noche los restos del chico de 9 años fueron velados en la sala de sepelios de Olascoaga y Badilla. Hasta allí llegó un gran número de familiares, amigos, conocidos y compañeros de trabajo de los padres del pequeño.

El dolor y la congoja se hicieron visibles ayer cuando a partir de las 18 se comenzó el preparativo para trasladar al niño hasta el cementerio local.

Un sacerdote realizó un oficio religioso antes que el cuerpo dejara la sala velatoria. Y en forma espontánea los presentes aplaudieron cuando el féretro fue colocado en el coche fúnebre.

Los padres de la víctima, Raúl Acuña y Elsa Febré, junto a su hija de 16 años encabezaron el cortejo, seguido por una importante caravana de vehículos que ocupó varias cuadras.

El recorrido se realizó por las avenidas Carlos H. Rodríguez y luego Roca -las principales arterias céntricas de las ciudad- que llega hasta el cementerio. Un operativo policial se encargó de ordenar el tránsito vehicular en el sector.

Unas 1.500 personas acompañaron a la familia Acuña en el cementerio donde el féretro fue dejado en el depósito municipal. Allí se vivieron momentos de gran dolor.

Los rostros acongojados de los asistentes se evidenciaron al momento de la última despedida. Poco antes de la 19, los familiares salieron del cementerio y la muchedumbre comenzó a dispersarse en forma ordenada.

Mientras tanto, en la casa de la Calle Sáenz Peña 324, donde ocurrió el crimen, ayer se observaba una guardia policial y los restos de una pancarta que el día anterior un grupo de obreros de la UOCRA habían colgado en las rejas exteriores de la vivienda.

El cuerpo del niño fue encontrado en un pasillo que comunica al dormitorio de los chicos y al baño. Aunque los investigadores sostienen que su agresor lo ultimó en el comedor de la casa y luego lo arrastró hasta el lugar donde fue finalmente hallado.

Allí, el menor permanecía tendido en el suelo con un impacto de arma de fuego en el tórax que le ocasionó la muerte instantánea y una bolsa de nailon en su cabeza.

Atadas al cuello tenía dos toallas pero las pericias practicadas indicaron que fueron colocadas después de su muerte.

Se desvanece la posibilidad de que se haya tratado de un robo

CUTRAL CO (ACC) – A más de un día del crimen de Servio Javier Acuña, el cauce que toma la investigación para lograr su esclarecimiento se orienta cada vez más hacia el círculo familiar y se aleja de un presunto robo como móvil.

Aunque con cautela, los investigadores confían que con el resultado de las pruebas ya solicitadas en sus manos, en no más de una semana, el caso podría estar esclarecido.

Las primeras versiones que recorrieron la ciudad de punta a punta el viernes por la mañana hablaban del asesinato de un niño, en un intento de robo con características sangrientas. Esta situación generó la reacción casi inmediata y espontánea de los vecinos que se congregaron en la vivienda de la calle Sáenz Peña 324 y pidieron a gritos mayor seguridad.

Incluso, luego las quejas se trasladaron hasta la comisaría 14 -situada a la vuelta de la casa de la familia Acuña- y por la tarde se realizó una concurrida movilización.

Aunque los investigadores sostienen que no descartan ninguna hipótesis de trabajo, se abocaron ayer a tratar de reconstruir y descifrar los pasos dados el día del crimen por los miembros restantes de la familia, el padre, la madre y la hermana de 16 años. Se procura confirmar si durante esa jornada cumplieron sus actividades de rutina.

La madre del pequeño trabaja desde hace 25 años en una tienda tradicional de la ciudad, el padre es profesor de la EPET 1 y la adolescente asiste al CPEM 6 en el turno mañana. Mientras que el pequeño concurría al cuarto grado de la escuela 152, por la tarde.

Las sospechas que se ciernen sobre la menor no dejaron de asombrar a los vecinos de la comarca petrolera, quienes perplejos ante esta posibilidad intentaban recabar detalles o conocer aspectos de la personalidad de la muchacha.

Trascendió que antes de que la joven encontrara a su hermano en la vivienda había ido a visitar a su padre en la escuela donde trabaja. La incógnita parece estar centrada en conocer los alcances de la conversación que mantuvieron padre e hija. El día del crimen, la adolescente que junto a sus padres aguardaba la culminación de las pericias que concretaban los investigadores, increpó al periodismo que cubría el hecho.

Las distintas diligencias ordenadas y practicadas ayer -incluídos los cinco allanamientos- permitieron reunir elementos de importancia para la causa que sigue la jueza Beatriz Martínez y el titular del Ministerio Fiscal, Santiago Terán.


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