Crisis en la UCR por la dura derrota en Bariloche

Castañón obtuvo 5.000 votos menos que Saiz en mayo. Otano se quejó por el "menoscabo" de sectores internos.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La derrota a manos del Frente para la Victoria en las elecciones municipales del domingo produjo en la UCR local un cimbronazo cuyos efectos ya comenzaron a decantar.

Ayer hubo algunos pases de facturas entre sectores internos. Pero el ex candidato a intendente, Hugo Castañón, prefirió concentrarse en los agradecimientos y en ratificar su vocación política, sin espacio para la autocrítica.

Castañón evaluó que hubo un alto componente «sentimental y afectivo» en el voto a Icare, pero insistió en que el Bariloche que él considera mal administrado «no cambió en estos días».

«Vamos a seguir apostando a todo lo que dijimos, no damos un paso atrás ni al costado», aseguró el ex candidato.

El presidente del comité local y concejal electo, Claudio Otano, dijo por su parte que la Concertación encabezada por la UCR realizó «un trabajo a destajo de 70 días con propuestas que no presentó ningún partido y mucho menos el partido que ganó».

Descargó culpas sobre «sectores del radicalismo que no acompañaron como correspondía» y que tuvieron actitudes de «menoscabo permanente dentro de la campaña».

Pareció aludir a la corriente liderada por los abogados Daniel Balduini y Juan Pablo Alvarez Guerrero, este último también vicepresidente segundo del comité. También hubo reproches para el legislador Aníbal Hernández.

En cuanto al mensaje empleado, Castañón admitió que su énfasis en los temas relacionados con el turismo y la producción fueron escuchados por la clase media y media alta, pero le faltó interpelar más claramente a los sectores bajos, donde Icare parece imbatible.

Con el magro 19,7 por ciento cosechado el domingo, el radicalismo enfrenta un sombrío panorama en Bariloche. Por primera vez desde 1983 tendrá un sólo concejal de los 11 que integran el cuerpo. La Concertación logró dos lugares: uno para Otano y otro para Laura Alves, que es extrapartidaria.

La caída en las municipales luce más estrepitosa cuando se la juzga con el recuerdo fresco del 20 de mayo, cuando el gobernador Miguel Saiz consiguió en Bariloche 16.460 votos (de los cuales 5.400 fueron aportados por el PPR).

Al comparar los datos de una y otra elección surge que el radicalismo sufrió una drástica fuga de adherentes, ya que las dos boletas encabezadas por Castañón apenas sumaron 11.500 votos.

El ex candidato a intendente revolvió en la historia para buscar otro ejemplo que lo deje mejor parado. Dijo que «el radicalismo hace cinco años sacó 1.700 votos en Bariloche y ahora estamos en 11.000. Vamos progresando, vamos creciendo».

La cita de Castañón refiere lo ocurrido en mayo de 2002, cuando acababa de renunciar el intendente Atilio Feudal y el radicalismo postuló en aquella elección de emergencia a Guillermo Jáuregui, que salió séptimo entre siete candidatos.

«Esto no es negar una autocrítica, seguramente la tenemos que hacer, pero ayer (por el lunes) salimos a caminar por la calle y nadie lo había votado a Icare -reflexionó-. La ciudad no cambió, esto es una realidad».

Consultado por este diario, Alvarez Guerrero consideró que «el alto índice de popularidad de Icare» fue determinante y no quiso evaluar los errores cometidos por su partido. Sólo se remitió a declaraciones suyas de hace un par de meses, cuando dijo que «el candidato no es el mejor y tampoco lo fue la forma de armar la lista».


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