Cristina aprovechará para sacrificar a De Vido

BUENOS AIRES (ABA).- Si de algo sirvió el baldazo de agua helada que recibió el gobierno por el «valija-gate» en pleno proceso electoral, fue para liberar las manos de Cristina Fernández, y así utilizar casi a su antojo el bisturí y preparar una renovación a fondo en la primera fila del elenco ministerial que, a esta altura, no hay duda que incluirá al ministro de Infraestructura, Julio De Vido, según reveló anoche a «Río Negro» una alta fuente gubernamental.

«El cajero de Kirchner», como lo denunció Elisa Carrió, está sospechado en la causa Skanska por las maniobras de coimas en la ampliación de gasoductos y, ahora, que haya sido un vuelo contratado por Enarsa (bajo su influencia) en el venían los 800.000 dólares sin declarar, empeoran más su situación.

«La discusión que se está dando en el kirchnerismo puro es la continuidad o el cambio con Cristina, y hasta ahora está triunfando esto último», dijo la fuente.

El presidente es uno de los abanderados del entrelazamiento de las funciones, pero sabe que mientras él esté al mando en la Rosada todo se discute pero Cristina termina acatando sus decisiones. Y que si le transfiere el poder, será exactamente al revés. La autonomía de Cristina quedó en evidencia con una respuesta de Kirchner a un colaborador, que quiso enterarse en qué dirección iría el discurso de anoche en el Luna Park: «Preguntale a ella. A mí no me consulta».

El Presidente defiende la idea de la continuidad y pone como ejemplo la experiencia de Michelle Bachelet en Chile. «Ella sacó a todos los ministros y hasta a las segundas líneas y hoy lo está pagando. No se puede empezar de cero».

Si Cristina acepta esta lógica, que suena razonable, tendría mucho cuidado hasta donde aplicar el bisturí. «Río Negro» pudo determinar que Cristina está pensando en dividir el Ministerio de Economía y en dar un nuevo rol al de Infraestructura. Es posible que haya tres carteras, una de Hacienda, otra de Obras Públicas y una de Producción, donde seguiría Miguel Peirano.

Ya hay danza de nombres. Aníbal Fernández no seguirá como ministro del Interior, pero podría recalar en Trabajo.

Alberto Fernández, quien seguiría en su puesto y Cristina, imaginan una suerte de «sub 40», entre los que estarían además del titular del Anses, Sergio Massa, Eric Calcagno y Héctor Timerman, actual cónsul en EE.UU.

Por otra parte, Cristina deberá afrontar cuál será la relación con la CTA. ¿Se legalizará la central obrera adversaria de la CGT de Moyano?. Antes de fin de año habría novedades, pese a que subsisten las presiones sindicales.

Las últimas encuestas favorables a Cristina se hicieron antes del escándalo de la valija con 800 mil dólares. Tanto ella como Daniel Scioli tenían una aceptación cercana al 50 por ciento. Habrá nuevas mediciones. Sin embargo, ya hay evaluaciones extraoficiales. «A la gente – comentó el vocero que habló con esta agencia -, le interesa que haya leche en las góndolas, el tema del maletín a unos pocos. Lo que si puede jorobar – agregó – es que no haya fútbol, lo otro no».