Cristina en Diputados: catarsis y faltazos del PJ

La expresidenta Cristina Fernández retomó ayer su agenda política pública, tras declarar en la Justicia por la causa de venta de dólar a futuro, y tuvo su primer encuentro con el bloque de diputados del Frente para la Victoria-PJ después de haber dejado el gobierno, en una sesión donde gran parte de la bancada oficialista le planteó los problemas con el nuevo gobierno y se registraron sugestivas ausencias de importantes dirigentes del PJ.

“Nosotros somos la oposición, la gobernabilidad es responsabilidad principal del gobierno”, fue uno de los conceptos que formuló Fernández de Kirchner en el encuentro que se desarrolló a puertas cerradas, en donde también sostuvo que, como oposición, “somos la válvula de escape del sistema”.

En su mensaje transmitió que siente “angustia” y “dolor por lo que percibe de la gente que habla sobre su situación” y dijo que tiene una “gran preocupación” por las medidas implementadas por la administración de Mauricio Macri.

Con respecto a la creación de un frente ciudadano que convocó durante el acto que encabezó el miércoles frente a los tribunales de Comodoro Py, precisó que la intención es que sea más amplio que el Frente para la Victoria y el Partido Justicialista y, en ese contexto, habló de la necesidad de una “apertura”.

La exmandataria, que llegó el lunes por la noche a Buenos Aires, dijo que se quedará “unos días” en su departamento de Recoleta porque tiene “muchas reuniones”.

Al encuentro, que se desarrolló en el Instituto Patria, un centro de formación política del kirchnerismo ubicado en Rodríguez Peña al 100, a pocos metros del Congreso, asistieron 71 de los 79 diputados de la bancada, según indicaron voceros partidarios.

La ausencia más notoria fue la del sanjuanino José Luis Gioja, candidato a presidir el PJ junto a los otros dos representantes de esa provincia como así también faltó el misionero Maurice Closs quien fue uno de los seis votos que avaló el acuerdo del macrismo con los fondos buitre.

El formoseño Juan Carlos Díaz Roig indicó, al salir de la reunión, que hubo “autocrítica, hubo de todo, fue un debate muy rico”.

Los militantes de La Cámpora, siempre con pechera azul, volvieron a manejar el operativo callejero con la policía federal, en una sintonía similar a la que se ve entre las barras bravas y los efectivos durante los partidos de fútbol.

Juntos armaron un vallado de más de una cuadra para que ingrese el auto de la expresidenta. Recién arribó a las 17:50, casi una hora más tarde de lo previsto y ante los cánticos de los militantes. Bajó junto a dos de sus escoltas fijos de estos días: Oscar Parrilli y Teresa Parodi, la exsecretaria de Cultura que mantiene trato permanente con su exjefa.