Cristina le reclamó a Brasil una postura única

Planteó la necesidad de un organismo efectivo que refleje el pensamiento regional.

COSTA DO SAUIPE, Brasil (enviado especial, DyN).- La presidenta Cristina Fernández deslizó ayer una sutil crítica al gobierno de Brasil al reclamar un organismo latinoamericano que tenga capacidad de adoptar decisiones efectivas y que pueda expresar realmente el pensamiento de la región.

Al hablar durante la Cumbre de América Latina y el Caribe, la jefa de Estado recordó las diferencias que hay entre Argentina y Brasil sobre las discusiones en la OMC, al indicar que «seria importante tener una postura uniforme».

Fernández reclamó que existan en la región «sistemas más institucionalizados» para que las cumbres se adopten decisiones y no se formulen «sólo discursos».

La presidenta argentina, incluso, trazó un perfil negativo respecto de la realización simultánea de la cumbre del Mercosur, del Grupo Río, Unasur, y CALC, que otros jefes de Estado, como el uruguayo Tabaré Vázquez, vieron como algo positivo.

«Las mismas personas protagonizamos cuatro reuniones diferentes en dos días. Se debe ver como un hecho raro. Eso patentiza el principal problema que tenemos. Es carecer de un sistema de decisión», sintetizó Fernández en su alocución al referirse al formato convocado por su par brasileño Luiz Inácio Lula da Silva para el encuentro.

«Pongo sobre la mesa la construcción de un sistema de decisiones que sea operativo y pueda poner instrumentos con resultados», dijo la primera mandataria, propuesta que contó con el respaldo del venezolano Hugo Chávez, quien pidió darle «carácter de urgencia».

A la luz de los desencuentros con la máxima economía del Mercosur, la jefa de Estado propuso la creación de tal sistema regional «para que lo que decimos en otros foros tenga la representatividad de la región».

La jefa de Estado aludió a las diferencias que quedaron expuestas en Washington, durante la cumbre del Grupo de los 20 de este año, donde Brasil decidió de manera unilateral avanzar sobre los acuerdos de la OMC que Buenos Aires rechaza.

Fernández señaló que «sería bueno que tuviéramos una postura uniforme» al indicar que en ese nucleamiento «sólo participamos tres países de los que estamos aquí», Argentina, Brasil y México.

Por otro lado, la presidenta argentina consideró que la crisis que afecta a las naciones desarrolladas es «profundamente política» por cuanto, a su criterio, pone en tela de juicio un sistema de toma de decisiones mundial donde tiene preeminencia «un grupo pequeño de países, incluso por encima de los organismos multilaterales», en una obvia alusión al G7.

Frente a ello, consideró que si el mundo camina hacia una reformulación de los organismos multilaterales como el FMI y la ONU, las nuevas reglas «deben ser cumplidas por todos» y que «no va más el doble estándar».

La presidenta recordó, por caso, la ocupación de las Islas Malvinas al indicar que «el Reino Unido puede darse el lujo de no cumplir las resoluciones de la ONU mientras que, si lo hace un país pequeño, es invadido».

Fernández calificó el sistema de toma de decisiones global de «ineficiente» al poner de relieve lo que definió como «sus resultados» expuestos en la «crisis económica y de seguridad».


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