La muerte de Nisman: cinco años de misterio cruzados por la grieta

A partir de un peritaje de Gendarmería, la Justicia dio por probado que fue un homicidio. Pero el cuerpo médico forense de la Corte sostiene que no hay “certeza científica” para afirmarlo.

Se cumplen hoy cinco años del hallazgo del cadáver del fiscal Alberto Nisman y en todo este tiempo las dudas, lejos de disiparse, han aumentado. La Cámara federal determinó en junio de 2018 –hace ya más un año y medio– que Nisman había sido asesinado en su departamento del complejo Le Parc, en Puerto Madero, horas antes de su presentación en el Congreso Nacional para denunciar a la entonces presidenta Cristina Kirchner por el encubrimiento del atentado a la AMIA.

El tribunal lo hizo en base a una pericia multidisciplinaria encargada a la Gendarmería Nacional que concluyó que el fiscal fue asesinado por dos personas. La Cámara dispuso además que se investigue la relación entre la muerte de Nisman y la denuncia que había presentado contra Cristina Kirchner. La pericia de Gendarmería, sin embargo, contradijo un informe al que había llegado una Junta del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema, que en base a la autopsia, concluyó que no se puede afirmar ni descartar “con certeza científica”, que se haya tratado de un suicidio o un asesinato. Desde entonces, las teorías sobre la tragedia de Nisman responden más a una lógica política que judicial. El caso, como toda la agenda, cabalga la ola de la división.

La muestra más clara fue dada en días recientes por Alberto Fernández. El presidente quedó envuelto en una polémica a raíz del testimonio para un documental de Netflix (“Nisman: el fiscal, la presidenta y el espía”) en el que abonó la hipótesis del crimen. “Hasta el día de hoy, dudo de que se haya suicidado”, aseguró. Fernández cambió su visión cuando fue consultado tras el estreno de la serie. “Desde 2017, cuando se grabó la entrevista, hasta ahora, no apareció ninguna prueba seria que diga que a Nisman lo mataron y apareció una pericia absurda que contradice los más elementales principios”, dijo en una entrevista con una radio porteña.

La afirmación de Fernández fue un aval explícito a la promesa de la ministra de Seguridad Sabina Frederic de que será revisado “con la colaboración de la justicia” el peritaje de Gendarmería que determinó que se trató de un crimen. Desde la justicia, sin embargo, desestimaron esa posibilidad.

La oposición de Juntos por el Cambio llamó para hoy a una marcha en homenaje a Nisman en la Plaza Vaticano, junto al teatro Colón. La diputado Elisa Carrió, una de las convocantes, dijo que la muerte de Nisman “es un crimen político”. Las organizaciones de la comunidad judía tomaron distancia de la convocatoria. La DAIA recordará al fiscal el domingo con un acto en el cementerio de La Tablada, en la que participará la madre de Nisman, Sara Garfunkel.

La denuncia de Nisman contra la actual vicepresidenta Kirchner por encubrimiento sigue su curso. El juez Daniel Rafecas la había desestimado por entender que no había delitos en los hechos denunciados. La denuncia fue reabierta por la Cámara Federal de Casación Penal, que además separó a Rafecas de la investigación. La causa pasó finalmente a manos del juez Claudio Bonadio, quien la elevó a juicio. El Tribunal Oral Federal 8, encargado del juicio por la firma del Memorándum de Entendimiento con Irán, ordenó el cese de la prisión preventiva dictado sobre la vicepresidenta.

Como el mismo atentado a la AMIA, la muerte de Nisman ha sido atravesada por una sombría trama de intereses políticos y espionaje. Los casos ponen una vez más en evidencia la incapacidad de los organismos del Estado para resolver desafíos complejos. Cuando no su decisión de obstruir las investigaciones. El resultado siempre es la impunidad.


2015:

15 de enero: El fiscal Alberto Nisman denuncia a la presidenta Cristina Kirchner y al canciller Héctor Timerman por supuesto encubrimiento del atentado a la AMIA a raíz de la firma del Memorándum con Irán, en 2013.

17 de enero: Nisman permanece en su departamento de Puerto Madero, trabajando en la presentación que realizaría el lunes 19 ante el Congreso de la Nación en relación a la denuncia. Recibe al técnico informático y colaborador de Nisman Diego Lagomarsino, quien le entrega una pistola Bersa calibre 22 para su protección. A las 21 se registra el último contacto de Nisman, vía Whatsapp. Pasa la noche sin su habitual custodia.

18 de enero: A las 22:30, Nisman es hallado muerto por su madre en el baño de su departamento en las Torres Le Parc, con un disparo en la cabeza. La Justicia toma conocimiento del hecho a las 23. Alrededor de 60 personas, entre autoridades judiciales, funcionarios de la Justicia y del Gobierno Nacional circulan por el escenario del hecho en las siguientes cinco horas.

22 de enero: La fiscal Viviana Fein informa que la carátula de la causa es “muerte dudosa”.

26 de enero: Imputan a Diego Lagomarsino, la última persona en ver a Nisman con vida. La pistola Bersa de la que provino el disparo mortal era de su propiedad.

17 de diciembre: La jueza Fabiana Palmaghini queda al frente de la investigación de la muerte de Nisman.


2016

25 de febrero: El fiscal ante la Cámara del Crimen Ricardo Sáenz afirma que Nisman fue “víctima de homicidio” y pide que el caso pase a ser investigado por la Justicia Federal.

28 de febrero: El exdirector de Operaciones de la ex Secretaría de Inteligencia Antonio Stiuso, quien colaboró con Nisman en la causa AMIA, declara a la Justicia que el gobierno kirchnerista “obstaculizó” la investigación del atentado a la AMIA. Y asegura: a Nisman “lo mataron”.

1 de marzo: La Cámara del Crimen resuelve que la investigación de la muerte del fiscal quede a cargo de la Justicia Federal. La causa pasará semanas más tarde a manos del juez Julián Ercolini.

14 de diciembre: El fiscal federal Eduardo Taiano encomienda a la Gendarmería Nacional una pericia interdisciplinaria sobre la muerte del fiscal.


2017

20 de septiembre: El informe elaborado por Gendarmería Nacional sostiene que a Nisman lo mataron dos personas. La pericia halla restos de ketamina en sangre del fiscal. Habría sido empleada para controlarlo y cometer el crimen.

26 de diciembre: El juez Ercolini procesa a Lagomarsino como “partícipe necesario” de la muerte de Nisman. También a los custodios Rubén Benítez, Néstor Durán, Luis Miño y Armando Niz por “incumplimiento de deberes de funcionario público”.


2018

1 de junio: La Cámara Federal concluye que Nisman fue asesinado. Ordena además que se investigue la relación entre su muerte y la denuncia que había presentado contra Cristina Kirchner.


2019

27 de diciembre: La flamante ministra de Seguridad, Sabina Frederic, anunció su intención de revisar el peritaje realizado por la Gendarmería que concluyó que el fiscal Alberto Nisman fue asesinado.


2020

2 de enero: El presidente Alberto Fernández asegura que “no apareció ninguna prueba seria que diga que a Nisman lo mataron”. En un documental grabado en el 2017 y difundido un día antes por Netflix, había defendido la hipótesis del crimen: “Hasta el día de hoy dudo que se haya suicidado”.


Las hipótesis cruzadas:

Según el Cuerpo Médico Forense, la autopsia no pudo determinar si te trató de un homicidio o un suicidio.

Una Junta Criminalística de la Policía Federal no descarta un suicidio, pero sugiere la realización de un “análisis multidisciplinario”.
Una Junta del Cuerpo Médico Forense de la Corte Suprema dice que no se puede afirmar ni descartar “con certeza científica”, que se haya tratado de un suicidio o un asesinato.

Una junta interdisciplinaria de la Gendarmería concluye que se trató de un homicidio.

“A mí me investigaron y no encontraron nada”

El técnico en informática Diego Lagomarsino y principal imputado en la causa reiteró que no formó parte de un plan para asesinar al fiscal federal Alberto Nisman y reclamó que la investigación sea elevada a juicio oral para poder probar su inocencia. “Se puede juzgar lo que hay, no lo que no hay”.

“No puedo ser parte de un plan con el que no tuve contacto, ni una llamada telefónica, nada”, sostuvo Lagomarsino en diálogo con la agencia oficial Télam . Además, recordó que a él ya lo “investigaron y no encontraron ni un solo contacto extraño”. “Es obvio que en estos cinco años investigaron a todos mis contactos y no encontraron nada”, dijo.

El fiscal Eduardo Taiano y el juez Julián Ercolini lo apuntaron como quien facilitó el “arma amiga” para que el supuesto homicidio se pudiera hacer pasar por un suicidio. “No hay en el mundo una persona tan estúpida de poner un arma registrada a su nombre para semejante ilícito”, se defendió Lagomarsino.

Nisman cuestionó el peritaje de Gendarmería en el que se basaron el juez y el fiscal para determinar que la muerte de Nisman se trató de un homicidio. “Es un delirio. La data de muerte es incorrecta, habla de golpes que no existieron y dice que Nisman fue reducido con ketamina, hecho que ni siquiera fue considerado por el juez”, dijo.

“De los 28 peritos solo dos eran médicos. En el resto había un arquitecto, un maestro mayor de obras, un ingeniero informático. Todos diciendo que la muerte de Nisman fue un homicidio”.
“El me pidió el arma y yo se la di a él. Después las cuestiones científicas del expediente indican que se suicidó. Era una persona que llegó a un límite”, dijo.


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