Críticas contra Lula por la crisis aérea brasileña

Las dos mayores tragedias se produjeron en el último año. Piden que se cierre Congonhas.

Tras el accidente del Airbus A320 de la TAM en Sao Paulo, el presidente Lula es exigido desde todas partes para que adopte decisiones urgentes sobre la crisis crónica del transporte aéreo, ante una ciudadanía conmovida por la catástrofe más letal de la historia de Brasil.

Paralelamente también se desató un fuerte debate si se debe cerrar el principal aeropuerto del país, como lo piden fiscales del Ministerio Público, un paso que podría agravar los problemas de la aviación civil en esta nación.

El martes un Airbus 320 de TAM aterrizó en Congonhas, pero no consiguió detenerse, siguió de largo, cruzó una congestionada avenida y se estrelló contra un edificio de la propia TAM y una gasolinera, desatando un infierno. Además de todos los 186 ocupantes de la nave, al menos tres empleados de TAM en el edificio murieron y otros cinco están desaparecidos. Ya fueron recuperados 184 cadáveres.

Los fiscales afirman que el accidente prueba que la terminal no es segura y por ello pidieron a la justicia federal cerrar Congonhas, el aeropuerto más congestionado del país, hasta que se confirmen sus condiciones de seguridad.

En menos de un año Brasil tuvo los dos accidentes más graves de su historia: el 29 de septiembre un Boeing 737 de la compañía Gol se estrelló en plena selva amazónica con 154 personas a bordo tras una colisión con un avión jet privado.

Desde entonces, el transporte aéreo no ha dejado de ser portada de los diarios debido a las demoras, las colas de espera y las anulaciones de vuelos que siembran el caos en los aeropuertos.

La prensa brasileña y los especialistas se mostraron unánimes ayer en señalar que si bien el gobierno no puede ser considerado responsable directo del accidente, tampoco había tomado las medidas necesarias para enfrentar la crisis.

«Como el gobierno, desde el accidente de la Gol, no ha actuado con la prontitud exigida, va a recibir golpes tanto sobre lo que es responsable como de lo que no lo es», escribió Tereza Cruvinel, editorialista de O Globo.

«Ahora el gobierno de Lula debería tomar medidas de gran envergadura que brinden una solución satisfactoria a la crisis», agregó. De otro modo, el gobierno podría pagar «un elevado precio político».

Las causas

Entre las causas que dan origen a los males del transporte aéreo figura en primer lugar la ausencia de un organismo único responsable de la aviación civil en Brasil.

En la práctica, la autoridad del transporte aéreo civil está dividida en tres instancias.

«Las tres entidades no parecen estar coordinadas y parecen actuar en función de sus propias perspectivas e interpretaciones», escribió en O Estado de Sao Paulo el ex director general de la Aviación Civil Washington Carlos de Campos Machado.

Para el senador Renato Casagrande, del Partido Socialista Brasileño (PSB), un aliado del gobierno, miembro de la comisión de investigación legislativa sobre la crisis aérea, «el control debería volver al Ministerio de Defensa, pero éste no controla nada porque es políticamente débil».

El ministro de Defensa, a quien la oposición califica de «incompetente», perdió influencia en marzo al defender la demanda de los controladores aéreos de desmilitarizar dicho control. Lula tomó partido a favor de los militares y enfrentó con firmeza las repetidas huelgas de los controladores. (AFP/DPA)


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