Cruce de ruralistasy funcionarios en el cierre de la muestra de Viedma

Pidieron recuperar la rentabilidad y el cumplimiento de los acuerdos de precios. De Urquiza insistió en que las medidas son para evitar que la inflación se escape.

VIEDMA (AV)- Una multitud visitó hasta anoche el predio rural de esta capital por la muestra nacional de Hereford y la exposición anual de las entidades del Valle Inferior. Una estimación extraoficial arrojó la presencia de unas 30.000 personas.

Ayer, se cumplió la inauguración y, como se preveía, la dirigencia ruralista delineó sus reclamos frente a representantes nacionales, derivando en un cruce interesante de opiniones.

El presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Mario Llambías pidió la inclusión del campo en el proyecto del gobierno nacional, al tiempo que aseguró que «no se cumple» el convenio con el sector, que garantizaría cortes más baratos, y denunció que otros «se quedan con nuestra renta».

Antes el anfitrión, el presidente de la Sociedad Rural de Viedma Víctor Ayestarán, se preguntó quién se queda con la diferencia entre la caída del 36% del precio de la hacienda y la baja de solamente el 5% en las carnicerías.

Estuvo la respuesta de Nación. El subsecretario de Agricultura y Ganadería, Javier de Urquiza defendió la política nacional que prioriza una política de inclusión social, aunque «se saben de las dificultades» del campo. El convenio por la carne «se cumple» y garantiza que no se escape la inflación, agregó.

El cierre correspondió al gobernador Miguel Saiz. Para encuadrar sus dichos en un escenario difícil, Saiz se ajustó a la rigurosa lectura de un mensaje medido en los reclamos al gobierno de Néstor Kirchner. Sí pidió por un trato diferencial para la ganadería regional en el marco del programa ganadero nacional, usando las propias políticas provinciales.

 

«Tiempos de esperanza»

 

El primer mensaje fue de Ayestarán. Aceptó «tiempos de esperanza» y que se «superaron los oscuros nubarrones de hace cinco años». Antes, este dirigente repitió el reclamo de medidas para la barrera sanitaria (su corrimiento al río Colorado y una zona buffer al norte, y que se restrinja el ingreso de ganado al sur). Pidió una «compensación económica» para los productores patagónicos y entendió que para eso el programa ganadero nacional «es una herramienta idónea», que permitiría mejoras. En igual sentido, Ayestarán insistió en el demorado aporte nacional para seguir con el acueducto turístico-ganadero del Valle Inferior. De Urquiza nada respondió al retraso de ese financiamiento.

Luego, el presidente de la Sociedad Rural nacional, Luciano Miguens, reivindicó el diálogo retomado con el gobierno de Kirchner y la necesidad de buscar las mejores propuestas.

En cambio, Llambías de CRA fue más crítico. Recordó el cierre de los mercados internacionales como una «equivocada reacción» del gobierno. Denunció que el convenio con el sector «no se cumple» y no es por culpa de los ruralistas. El acuerdo quería «asegurar los cortes masivos a un precio adecuado», pero se tiene que dejar al ganadero «con el resto del animal para crecer, invertir y apoyar en su producción».

 

«Se quedan con la renta»

 

«Seguimos preocupados» porque se quedan con «la renta del sector», enfatizó y pidió «justicia para todos, también para los productores».

Luego, el dirigente ruralista manifestó que «la vaca siempre está» y «somos un país ganadero. Pero sentimos que cuando se quiere desarrollar, nos dejan afuera. Hay que lograr que el campo participe del proyecto nacional», enfatizó.

El secretario nacional De Urquiza destacó que tomó nota de los reclamos porque que «éste no es un gobierno que no escucha», tras lo cual, corrigió a Llambías porque el convenio por los precios «se cumple», destacando que las medidas nacionales permiten «que no se nos escape la inflación».

Aseguró que actualmente «está abierto el 70% de las exportaciones» al tiempo que exhortó a «producir más carne» para «el mercado interno y para la exportación».

De Urquiza también destacó que las barreras «no se tratan de una imposición» del gobierno nacional sino que son condiciones que fija «el mercado comprador». Los cambios -agregó- se realizarán con la provincia de Río Negro.

Finalmente, Saiz reiteró la exigencia de «una política sanitaria responsable», resaltando la actuación para contener «el riesgo epidemiológico».

Habló de la singularidad que tiene Río Negro con tres barreras sanitarias, participando en el reclamo ruralista para que el programa ganadero nacional considere esta situación patagónica pero que «no sea en beneficio de algunos productores» sino a través del «programa provincial para extenderlo a toda la cadena del valor».

Este esquema provincial se puso en marcha en la búsqueda de «eficiencia sin endeudamiento, con transparencia de tecnología y aplicación de conocimientos», enfatizó el gobernador, señalando que el programa «fue diseñado, es ejecutado y controlado en forma integrada con las sociedades rurales».


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