Cruces por falta de balances en Sierra Grande

Duro enfrentamiento entre el intendente Iribarren y el Concejo Deliberante.

SIERRA GRANDE (ASG).- El largo romance que existía desde el 10 de diciembre de 2003 entre el Concejo Deliberante y el intendente Nelson Iribarren parece haberse desmoronado en las últimas semanas por un pedido de informes del legislativo al Tribunal de Contralor sobre el estado de las cuentas municipales, suficiente disparador para este conflicto de poderes que ninguna de las partes involucradas admite.

El Contralor intimó al Ejecutivo a que en 60 días presente los cierre de ejercicios de 2003 y 2004.

Al respecto Iribarren señaló que si bien estos balances no tienen cierre definitivo, la documentación, los asientos y las constancias reflejan fielmente la situación económica y patrimonial, las transacciones realizadas y la totalidad de ingresos y egresos, circunstancias que permiten en definitiva y con absoluta claridad conocer la situación económica de esos períodos.

El poder municipal de Sierra Grande se debate en estos días ante una crisis de poderes sin precedentes, que coincidentemente inicia cuando aparece en escena la investigación de presunto vaciamiento de Hiparsa y la intención de Iribarren de reformar la carta orgánica para seguir por un período más.

Todo comenzó con un pedido de informes que cursó el poder legislativo al Tribunal de Contralor, exigiendo la presentación de los balances del municipio y los cierres de ejercicio de años anteriores, en virtud a la necesidad de conocer el estado de la Hacienda pública.

Esta actitud irritó al intendente local, al punto tal que salió por los medios a arremeter sin piedad contra los ediles. Iribarren dijo que «con el Concejo está todo mal y que los ediles molestan al funcionamiento del Poder Ejecutivo».

A través de una carta abierta con la firma de seis de los siete concejales, Raúl Severino, actual presidente de Hiparsa y titular de la UCR local, Graciela Pérez, Juan Maggio de la bancada oficialista y Ramón Fortete, Mirta López y Mónica Contreras del PJ, repudiaron esas expresiones de Intolerancia del intendente, todos firmaron excepto la presidente del cuerpo Josefina Vasini.

«No se trata de qué le molesta al intendente o deja de molestarle, se trata de cumplir con obligaciones que le son propias y acatar lo que está establecido en la legislación vigente, incluso en la Carta Orgánica Municipal», expresaron los ediles en la nota.

Los ediles tampoco se guardaron apreciaciones con el Contralor, tribunal que según denunciaron es una dependencia más del Poder Ejecutivo, según, dijeron la función del contralor era responder a un pedido de informes y «no correr asustados a contarle al intendente» que estaban exigiendo algo lógico.

Con fuerza los miembros del Concejo sugirieron que hay temas que se deben instalar en la sociedad, antes de continuar con megaproyectos usados como distraimientos mediáticos.

Entre los temas enumeran el cumplimiento de la Carta Orgánica, independencia de poderes, publicidad de los actos de gobierno, publicación de los movimientos del erario público, libertad de expresión, reconocimiento a los partidos políticos, posibilidades de elegir libremente y no ser presionados por funcionarios públicos.

Ruptura de las relaciones amistosas

La ruptura de relaciones entre Iribarren y el Concejo Deliberante tiene su génesis coincidentemente con la aparición pública de la denuncia de vaciamiento de Hiparsa, que ahora también salpica al actual presidente de la empresa, Raúl Severino, hombre fuerte dentro del Concejo.

Hay quienes sostienen que el autor de las denuncias por presunto vaciamiento de Hiparsa fue el propio intendente Iribarren en 1999, lo que en este 2005 trajo sus consecuencias judiciales. Cuando se realizó esta denuncia estaba todo mal entre Iribarren y el sector de Severino, pero tras acuerdos políticos que ambos sellaron posteriormente llegaron de la mano al poder en los comicios realizados en el 2003.

Desde esa fecha el Concejo Deliberante y el Ejecutivo municipal compartían una feliz convivencia: todo lo que llegaba del Ejecutivo se aprobaba por unanimidad e incluso el bloque del justicialismo, que preside Ramón Fortete, adoptó un estilo de legislar a través del acompañamiento al Ejecutivo, de extracción radical.

Severino es un hombre con mucho poder en la política local: preside Hiparsa, es titular de la UCR y encabeza la bancada radical en el Concejo.

Dentro del cuerpo parlamentario es un hombre de ideas firmes y no se calla nada, sobre todo después del distanciamiento con Iribarren desde que rebrotó el vaciamiento de Hiparsa. Por ejemplo esta semana opinó que la reforma de la carta orgánica que propone Iribarren «es una cortina de humo para tapar irregularidades».

Pero hay responsabilidades compartidas en la falta de controles de la hacienda municipal. Mientras estaba todo bien con el Ejecutivo, el Concejo hizo la vista gorda al tema y el Ejecutivo asumió un gran poder, del cual se jacta, afirmando tener todo bajo control.

La ruptura de relaciones derivó ahora en el reclamo de los balances del 2003 y 2004.

Miguel Velázquez


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