Cuando crecer significa una prueba de amor

Raúl Ludueña ganó una beca y pilotea dos emprendimientos teatrales en Neuquén.

NEUQUEN (AN).- Andando las trastiendas de quienes se dedican al teatro, suele haber interesantes descubrimientos.

En la superficie todo parece en calma, pero a poco de preguntar, a puertas cerradas tomándose el tiempo necesario, la gente integra esa excitante argamasa de una nueva puesta en escena.

Raúl Ludueña es director teatral de los elencos El Arrimadero y Volarenvé. El perfil bajo suele ser un signo de trabajo a conciencia. Obtuvo una beca y se encuentra preparando obras para una temporada teatral que muy pronto quedará inaugurada, para proseguir el segundo semestre.

-¿Qué están «tramando» para el público?

-Ensayando dos obras: una que se comenzó el año pasado y esta basada en «Ocho monólogos de mujeres» de Rafael Mendizábal, un autor español. De este libro sacamos tres monólogos que lo están trabajando tres actrices: Cristina Beute, Silvina Meza y María Eugenia Agesta

-Pero hay un segundo proyecto, ya pergeñado en 2005 y que viene con valor agregado ¿Es así?

-La otra obra, se ubica en el marco de una beca de perfeccionamiento. Es «Prueba de amor» de Roberto Arlt, y en ella trabajan Marcelo Campillo y María Eugenia Agesta y cuento con la asistencia de Diego Seage y Mariela Lazzaletta.

-¿Cómo resolviste la cuestión de cantidad de actores y actrices requeridos para emprendimientos simultáneos?

-Todos los participantes de los dos proyectos son integrantes de El Arrimadero, salvo las actrices Cristina Beute y Silvina Mesa que pertenecen al grupo Volarenvé

 

Doble prueba con Arlt

 

La obra de Arlt será la puesta en práctica y el producto de dos directores que armonizaron sus capacidades.

-Puntualicemos esta especialización, a los que muy pocos pueden acceder.

-Es una beca de perfeccionamiento en Dirección Actoral y Puesta en Escena otorgada por el Fondo Nacional de las Artes. Se entregan dos por año, para el interior del país. La recibí en 2005, para estudiar con Salvador Amore. Viajé a Buenos Aires y luego Amore vino a Neuquén, ya para trabajar con la obra elegida «Prueba de amor» de Arlt.

-El fortalecimiento y crecimiento siempre serán bienvenidos y en especial en Patagonia.

-Necesitaba después de las experiencias que había tenido dirigiendo, aumentar mis conocimientos tanto en la dirección de actores como en la puesta de escena. Desde este trabajo puntual, «Prueba de amor», tuve que estudiar sobre el autor, la época, el teatro argentino desde el 30 en adelante. La influencia de Arlt en la dramaturgia argentina. También tomamos a Enrique Ibsen, el padre del teatro moderno para poder trabajar sobre el teatro universal. La ética y la estética, la puesta en escena en los distintos movimientos

-¿Cómo te evaluarías?

-Fue un trabajo emocionante y muy constructivo. Es muy importante poder plasmar en cada obra todo estos conocimientos, que no son todos, pero que me abre un panorama más amplio no sólo como director sino también como actor.

-Y en las herramientas para el elenco.

-Trabajamos también sobre el trabajo grupal, el compromiso con el trabajo y con los compañeros, y sobre todo poder dignificar desde el conocimiento y desde el trabajo el oficio de teatrista.


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