Cuando el amor por los fierros tiene rostro de mujer

Dos corredoras de rally cuentan su experiencia como “navegantes”. En un mundo de hombres, se ganaron su espacio y el respeto de otros corredores.

Amor por los fierros. Emoción al saltar una loma a toda velocidad. Adrenalina al doblar una curva y quedar un instante “en dos ruedas”. Ésta es la historia de dos mujeres, Miriam Benessi (41) y Micaela Coronado (18). Ellas corren en el Rally Patagónico de Viedma en la categoría “C”, como “navegantes” (copilotos).

Cada una con una historia diferente de fondo, el común denominador es que sus familias se encuentran desde hace mucho, involucradas por completo en el mundo las carreras de autos.

“Yo siempre acompañé a mi papá que corre con mi hermano ya hace años. Después se nos dio la posibilidad (con mi esposo) de armar un auto de carrera. Y acá estamos”, dice Miriam, quien no puede ocultar en sus ojos, lo que le gustan las carreras y los autos.

Por su parte, Micaela corre con la pareja de su madre. Pero lo hace desde que tenía apenas 14 años.

“Yo comencé (de navegante) cuando empezaron a preparar el auto. Fue en el 2012. Tenía 14 años. Era menor. Pude gracias a la firma de un abogado que me autorizó para que pueda correr y debutar en la última carrera del campeonato, que fue en El Cóndor. De ahí arranqué todo el año pasado. Y ahora voy a seguir”, aseguró Micaela con expresión de ilusión.

Entre memorias y anécdotas de todo tipo, cada una recuerda con su propio estilo la primera ocasión en la que se metieron en el mundo de las carreras como participantes directas, dentro de un vehículo. De a poco suenan ciudades de la región. Momentos imborrables.

“Mi primer carrera fue en el 2015. Debutamos en San Javier. Ya cerraba el campeonato y nosotros fuimos debutantes. Y el año pasado arrancamos en el campeonato… fue emocionante. Te subís al auto y no tenés idea de lo que vendrá. Era la primera vez que me subía, al igual que mi esposo. Es sólo para entendidos porque aquel que se sube al auto de carreras le tienen que gustar los fierros”, relató una Miriam sonriente.

El trabajo del navegante

Sobre el trabajo dentro del auto, cada una tuvo una experiencia única, adquirida en base a práctica y empeño. No es una situación fácil ahí dentro, junto al conductor. Así lo ven ellas y así lo explican estas mujeres.

“El navegante va mirando la hoja de ruta, alentando al piloto. Vivimos la experiencia desde otra perspectiva. Una se tiene que ir anticipando a lo que viene… es una experiencia que a mí me encanta, me fascina”, planteó Miriam mientras que Micaela aclaró que el navegante “sigue la hoja de ruta ayudando y alentando al piloto para que sienta el apoyo. Vamos a los gritos adentro del auto.”

Respecto de esa función Mirian detalló que “en cada circuito te dan una hoja de ruta que la estudias y antes de cada carrera lo recorres. Repasas cada tramo para anotar dónde hay una chicana. También vas controlando la temperatura. En caso de una emergencia, tenes que tener el matafuego a mano. Si en un lugar pasó algo, el primero que baja es el navegante, a revisar”.

Es una tarea ardua. Requiere preparación. Constancia. “La semana anterior a correr estamos todos los días en el taller. Y salimos a probar el auto cada jornada. Aprendemos un montón de mecánica a través de ellos. Te van mirando y vas aprendiendo a tal punto que cuando me bajo del auto las puedo ir haciendo, si estamos en carrera. Para ayudar”, dijo Micaela.

No es para cualquier persona. No es un deporte sencillo. “Creo que por eso digo que te tiene que gustar. No es solamente subirse al auto y decir . Te tiene que gustar. Cualquier mujer no se sube a un auto para correr. Yo creo que las que estamos participando de esto, es porque nos gusta”, reflexiona Miriam, que mira a Micaela y acuerdan que es así.

Respecto del trato de los otros participantes del campeonato, las dos corredoras destacaron la calidez y el respeto que siempre les han demostrado. “Te tienen en cuenta. Eso está bueno. Prestan atención a lo que decís, a tu opinión”, aportó Micaela.

En total, la categoría las tiene a ellas, junto a Daiana Detzel y Rocío Sepúlveda, como las únicas participantes mujeres.

La mejor carrera

Todo corredor tiene una mejor carrera. Una historia que se le quedó marcada profundamente en la memoria.

“Para mi fue en San Antonio Oeste. El 22 de mayo, que era el cumpleaños de mi piloto. Ibamos en un trayecto que era una recta. Cruzábamos la ruta, y después venía una vía. Me quedó grabado por que el auto no saltó, voló. ¡Viste cuando decís “wau!”. Después que terminamos la carrera se acercó una chica y me dijo “¡Volaron!… y no pude sacarle foto”. Eso quedó para la historia porque fue super emocionante. La sensación de que vos volás con el auto y después cae, y vuelve a levantarse y vos no sabés qué pasó. Y el capot que se levantó… fue realmente emocionante”, comentó emotiva Miriam.

Por su lado, Micaela trae a la memoria como la más memorable una carrera en San Blas “donde casi tuvimos un vuelco porque el auto quedó en dos ruedas. Pasamos un arenero, el piloto venía pasado de adrenalina y agarró la curva como venía. Pero lo pudo manejar y el auto quedó sobre dos ruedas mientras doblábamos hasta que se enderezó. Tenemos el video y la foto, en donde se ve al auto en dos ruedas. Recuerdo que fue un momento en el que miré para el costado, vi el piso y dije acá empezamos a dar vueltas. Pero el piloto la supo llevar mientras decía “¡vamos! ¡vamos!”, hasta que llegamos a la meta.”

Accidentes

Y entre las historias de carreras, no pueden faltar los accidentes. Estamos hablando de un deporte de alto riesgo. Siempre se está expuesto a percances o accidentes. Miriam recordó entre risas cuando se chocaron con una tranquera. “Yo le decía a mi piloto: ¡fue nuestro primer choque!”. En ésa oportunidad recibieron ayuda inmediata de la gente que estaba mirando la carrera, aunque salieron ilesos.

Micaela recordó tranquila un “trompo”, que el piloto supo manejar con destreza.

Planes a futuro

Con tanto en juego -la pasión de las familias es lo que hace que la vida tenga gusto- los planes a futuro son claros. “Vamos a seguir corriendo, si Dios quiere. Tenés momentos en los que te va bien, y otros en los que te va mal. Éste año corrimos tres carreras, y después nos presentamos a otra y decíamos “qué le pasa al auto que no anda”. Después, en otra carrera rompimos al auto. Pero bueno, lo importante es participar, porque es un deporte que nos gusta a los dos. Ésto es algo familiar. Tengo a mi papá y mi hermano que corren en la misma categoría, son rivales. Y éste año va a presentar un auto como debutante mi hijo, que está por cumplir 17”, concluyó Miriam.

Micaela coincidió con el objetivo de “seguir corriendo si tenemos el apoyo de la familia y de los sponsor”.

Ficha de las corredoras:

Miriam Benessi, tiene 41 años. Es ama de casa y tiene tres hijos. Corre con su marido de piloto. Quiere llegar a ser piloto. Su padre y su hermano son rivales en la misma categoría.

Micaela Coronado, tiene 18 años, estudiante. Corre con la pareja de su madre de piloto. Participa desde que tenía 14 años.


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