Cuando el trigo era vital en la zona

CHOS MALAL (ACHM).-La zona norte supo caracterizarse en otros tiempos por poseer una importante producción triguera: del trigo se obtenía la harina para hacer el pan casero, las tortas fritas y el ñaco, que eran parte esencial en la alimentación de las familias campesinas.

La producción agrícola y, en especial del trigo, fue una herramienta fundamental para las familias campesinas que, lejos de los centros urbanos, debían optar por sembrar el trigo y obtener del mismo la harina y otros productos.

 

Siembras solidarias

 

Las siembras se realizaban en forma mancomunada y solidaria, con yuntas de bueyes y arados.

Cuando el trigo estaba maduro, colaboraban entre sí para cortar la producción y realizar la trilla.

Del trigo se obtenía la «harina negra o en rama» que era común sin refinar; el «frangollo», que era el trigo machado y cocido, el «ñaco» consistente en una mazamorra de harina de trigo tostado, y el «mote», comida que se obtenía del trigo hervido y triturado que se sirve con azúcar.

Todas estas comidas, sumada a la caña dulce, un brebaje confeccionado en la zona, formaban parte de los alimentos que nunca faltaban en un hogar campesino. Con el devenir de los años y el progreso, llegó la harina ya elaborada a los comercios.

 

Tradiciones que dejaron de serlo

 

Por otra parte, algunos trabajadores rurales lograron contar con un trabajo para aportar a la economía del hogar y muchas familias dejaron de dedicarse a la siembra del trigo.

Otras, en cambio, mantuvieron la tradición de sembrar sus campos con trigo, pero no volvieron a fabricar en forma cacera la harina, la que comenzó a adquirirse en los comercios de la zona.


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