Cuando la tenencia de mascotas no es tan responsable

VIEDMA (AV)- No hay norma más importante que la conciencia. Sin ella no existe ley que valga, a menos que apunte al bolsillo y que un control adecuado lo haga efectivo. Para muestras basta un botón, o una ordenanza en este caso, como la Nº 6824, vigente en Viedma desde julio de 2010 que regula la tenencia y cuidado de canes y mascotas, así como el control de aquellos que anden sueltos deambulando por las calles, tengan dueños o no, prohibiendo el tránsito o permanencia en lugares públicos y en la vía pública, salvo cuando en este último caso, el propietario o persona responsable del animal, disponga de los medios de sujeción apropiados para evitar inconvenientes con quienes transitar por las veredas, parques o en la zona ribereña de la capital rionegrina. En otros artículos estableció que el municipio retirará de la vía pública o de lugares públicos, a los perros que deambulen o permanezcan solos en los mismos, los que serán confinados en las instalaciones que al efecto se determinen. Multas hasta $ 1.500 Y taxativamente prohibe el tránsito o permanencia de canes en lugares públicos de balnearios en épocas estivales, fijando una sanción entre 500 y 1.500 pesos para quien transite o permanezca en lugares públicos con su perro sin medios de sujeción. Nada de esto se cumple en la capital rionegrina. Ni se hace cumplir. Los perros sin y con dueño abundan en la costanera viedmense, el lugar más elegido para aliviar el calor en esta época del año. Algunos optan por sacar a sus mascotas a refrescarse en horas de la mañana cuando aún la concurrencia no es masiva o bien en la noche. Igual no dejan de ser un factor de temor para mucha gente que camina en esos horarios o se lleva la reposera hasta en la noche en busca del patio que no existe en casa. Son una excepción los dueños que sacan con correa a sus mascotas para que también disfruten de un lugar más fresco y gasten energías, derecho que nadie les niega. Si es lamentable que varios sean los perros sin dueño que salen en tándem en la costanera para ladrar las ruedas de los automóviles que circulan por las arterias y atemorizar a cuanto peatones transitan por ese lugar de paseo. “No hace nada” no es una aclaración tranquilizadora del dueño del perro que ladra, que corre y atropella para quien no conoce al animal o, sencillamente, le tiene miedo.

En la costanera viedmense hay muchos animales con y sin dueño circulando por el lugar atemorizando a vecinos y turistas.

Río Negro