Cuatro asaltos le reportaron 150.000 pesos

Una testigo aportó elementos más fuertes para la investigación. Los integrantes de la banda serán acusados de otro asalto. Ya les imputaron dos, y se cree que pudieron

NEUQUEN (AN)- La banda mixta integrada por policías y ladrones cometió por lo menos cuatro asaltos a mano armada en esta capital, que le reportaron un botín superior a los 150.000 pesos. Salvo uno de los hechos, todos ocurrieron en la zona céntrica. Y se estima que pudieron ser los autores de una decena de delitos similares, además de otros hechos menores que también están bajo investigación.

Ayer, una testigo clave aportó valiosa información a los investigadores, les confirmó varias de sus hipótesis de trabajo y abrió otras nuevas, según revelaron fuentes que trajinan a diario con la causa.

La testigo tiene relación de amistad con alguno de los imputados, a otros los conoce por apodos, y en una rueda de reconocimiento los señaló sin vacilar.

Hasta ahora los detenidos son cuatro policías (cabo primero Miguel Ferrada, su pareja la agente Natalí Filet, agente Miguel Angel Avalos y cabo primero Asef) y dos civiles de apellidos Astroza y Borquis Henríquez. También figuran como imputados otros dos, Betancur y Solís.

Ya fueron acusados de cometer dos asaltos: al dirigente gremial Osvaldo Lorito en su casa del barrio Jardines del Rey (fue en junio del año pasado, y le robaron 11.000 dólares) y a una familia de apellido Filkenstein, en mayo de este año en la calle Talero, al que despojaron de armas, joyas y una suma de dinero.

Esta semana, el fiscal Pablo Vignaroli les imputará su participación en un tercer asalto: el que en julio de este año ocurrió en el Círculo de Suboficiales del Ejército, donde se alzaron con los sueldos de los jubilados: 75.000 pesos en efectivo. Fue el golpe más grande.

Vignaroli está estudiando todos los detalles de ese caso. Según informó «Río Negro» en su momento, una pareja se alojó con identidad falsa en el hotel del Cirse (se trataría de Ferradas y Filet), en medio de la noche le franquearon el paso a tres personas más, entre todos redu

jeron al sereno y abrieron a golpes la caja fuerte, en la que estaban los sobres de sueldos que al otro día iban a pagar a los retirados.

Cuando se realice la imputación formal, el sereno participará en una rueda de reconocimiento y se espera que reconozca a alguno de los imputados.

El cuarto asalto que le atribuyen a la banda fue en pleno centro, a una familia que se ha mostrado reacia a colaborar con la investigación porque desde un primer momento tuvo la convicción que fueron víctimas de policías ladrones.

Entre estos cuatro asaltos, la organización se alzó con más de 150.000 pesos. Eso se explica que algunos de sus integrantes tuvieran un elevado nivel de vida y gastos poco acordes con sus ingresos. Eso fue lo que los delató, porque sus propios camaradas comenzaron a investigarlos.

En las carpetas de los pesquisas están reservados otros seis asaltos que podrían haber sido cometidos por los mismos protagonistas, pero hasta ahora faltan elementos de prueba.

También se supo que al comienzo de sus actividades, la banda tenía objetivos más modestos: según indicó uno de los investigadores, parece que los policías «liberaban» una cuadra céntrica para que los ladrones pudieran romper vidrieras de comercios con tranquilidad y llevarse lo que hubiera a mano. Los primeros en llegar al lugar del hecho eran sus cómplices de uniforme, que nunca encontraban elementos necesarios para identificar a los delincuentes, con los cuales después repartían el botín.


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