Cuatro Malbec para este otoño-invierno

Nuestro periodista gastronómico Nico Visne recomienda cuatro etiquetas de esta cepa tan bien lograda en Argentina. Mientras en la calle se terminan de caer las hojas de los árboles, las ollas comienzan a calentar las cocinas para hacerle frente al frío y el Malbec promete.

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Siempre es bueno tomar Malbec. Es una de las cepas más completas a la hora de tomar vino. Generosa, impactante, karateca y zen, el Malbec es pura generosidad y por eso Mendoza es la meca, además de tener amplitudes térmicas ideales, buenos enólogos, linda y noble tierra y el 86% de todas las hectáreas plantadas en el país de esa uva que muchas veces nos quita el sueño.

Sodeado en tristes parrillas, centinela de la fuente de tallarines del domingo, testigo inquieto de una escena de amor, de una noche interminable o de un mail escrito bajo la oscuridad. Mientras muchas otras cepas nos pueden, el Malbec nos atraviesa.

Hay personas que solamente toman Malbec y doy fe que se mueren manteniendo esa coherencia.

Atravesando los siglos, la nobleza de este varietal le ha permitido sobrevivir a todos los cimbronazos culturales y naturales de la vida.

La transición entre el otoño y el invierno despierta innumerables situaciones para descorchar algunas botellas. Ya sea leyendo un libro, mirando una película, escuchando un disco o simplemente comiendo un guiso de lentejas o un buen asado, con lo jodido que eso significa hoy y ahora en estos lares.

Cuatro son los Malbec que voy a recomendar y que se consiguen, la mayoría, en vinotecas.

Casona López Malbec 2009 / Bodegas López ($50)

La primera vez que probé este vino fue una añada de 2007 y en damajuana. Me pareció un vino pesado y concentrado lleno de fruta madura que me llevó a pensar que es el Malbec en su máxima expresión. Este 2009 es algo más liviano, sin abandonar la pulpa de las frutas rojas, manteniendo esa concentración que los López marcan constantemente. Fácil de beber mientras los minutos estén a favor y no en contra. Se le permiten hasta 5 años de guarda y tuvo mucho añejamiento en roble. Va muy bien con una costeleta con ajo a la plancha, aceitunas negras salteadas con champiñones y una ensalada de algún pasto preferentemente amargo. Todo en casa, con una copa de López, la vida sigue siendo bella.

Teoría, Malbec 2010 / Bodega Adriana Rodríguez ($48)

Una sorpresa grata fue haber conocido este vino. Algo alcohólico y con mucha presencia. De la bodega Adriana Rodríguez, vinos que no gozan de un circuito comercial masivo pero que vale la pena anotar y luego acordarse. Reminiscencias de tabaco y reinado absoluto de las frutas pasas, en nariz mermeladas y arándanos. El tiempo en madera aporta algo de coco y vainilla.

Una botella de Teoría y una fuente de empanadas de carne cortadas a cuchillo. Ya sea con un partido de metegol, una película de Kurosawa o un cumpleaños de 15 como fondo animado de un momento, en teoría… casi perfecto.

Alfredo Roca, Malbec, 2011, Bodega Alfredo Roca ($61)

¿Qué misterios envuelven esta raza de vinos? ¿Qué bendición de la orquesta mitológica de la vid ha logrado dar en la nota y bendecirlos? A veces me pregunto sobre la fidelidad de los vinos a lo largo del tiempo, esa aventura de ser siempre iguales, en el buen sentido. Los vinos de Alfredo Roca transmiten esto. Pura esencia del cepaje Malbec. Frutado, completo, armónico, redondo, equilibrado, excelente relación precio-calidad. Un vino que conmueve y explota con una carbonada hecha en olla de barro y un abrazo fraterno.

El Malbec 2011 de Ricardo Santos, Bodega Ricardo Santos ($ 76)

Un Malbec de la Maipú profunda, donde el alma mendocina de esta cepa irradia como una teta que abastece a todas las plantas de la región. Caballero del tiempo, este Malbec es una jugada perfecta de los deseos del enólogo Ricardo Santos, uno de los superhéroes de esta uva en el país, defensor a ultranza y creador de versiones sobresaliente de este varietal. En nariz, ahumado de a ratos, especiado, sobresale alguna pimienta, frutas rojas a mansalva. 14% de alcohol, apenas astringente y con taninos que sobresalen sin molestar. Uno de los buenos Malbec, que nacen del sueño transparente de su enólogo y no de lo que manda el mercado.

El plato ideal sería milanesas, con mucho ajo y perejil y una buena tortilla de papas mientras descorchas un Ricardo Santos Malbec y viajas sin escalas al corazón de la uva.

Que los disfruten, hasta la próxima

@nicovisne

+ Info:

Vinoteca El Lagar / Edelman 35 / Neuquén / (299) 447-1239

www.memoriasdelvino.com.ar


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