Cuestión de estilos
¿Hay crisis en el Barcelona o sólo es amarillismo?
Exterior
Fotos/AP
Ver desde Buenos Aires el morbo con que buena parte de la prensa española cubrió el duelo entre el Tata Gerardo Martino y el Cholo Simeone en la final de la Supercopa española Barcelona vs. Atlético de Madrid nos permite ver que el periodismo, cuando quiere sangre y sexo, es igual en todos lados, sin distinciones de Primer o Tercer Mundo.
Lo fue antes con el duelo Pep Guardiola vs. José Mourinho, que vivirá hoy por la tarde un nuevo capítulo, pero ya no en España, sino en la final de la Supercopa europea que Bayern Munich y Chelsea jugarán en Praga.
Más que el morbo por la personalidad explosiva o no de los entrenadores, el debate, en rigor, podría ser bien futbolero, sobre estilos, sobre cómo se gana, cómo se defiende y cómo se juega. Pero suele ser aburrido hablar de fútbol. Entonces se recurre con exageración al detalle personal para darle “pimienta” a la información.
Guardiola y Mourinho reeditarán hoy (ver página 40) no un duelo personal, sino un duelo de estilos, con uno que privilegia la posesión y un posicionamiento audaz y adelantado en el campo, y otro que elige ceder la iniciativa y esperar el error rival para el contragolpe. No son los 90 minutos así, está claro, pero sí son esos los lineamientos generales.
La final de la Supercopa española también contrapuso estilos diferentes. Martino mantiene por supuesto en Barcelona el estilo Guardiola, de posesión y líneas adelantadas, en tanto Simeone, parecido a Mourinho, se para fuerte y poblado en defensa y parte como un rayo al contragolpe. Consciente de que la posesión del rival no debe ser cómoda, el Atlético de Simeone marca agresivamente, con la falta como recurso casi permanente cuando una línea es superada.
“Nos piden que juguemos, pero no nos dejan jugar”, se quejó Gerard Piqué, sobre las 23 faltas que cometió Atlético en el empate 0-0 del miércoles en el Camp Nou. Si Barcelona, que cometió 10 faltas, hubiese respondido con la misma moneda, la final habría tenido casi 50 faltas, una cada dos minutos. Insoportable. Sin tanto corte, con la pelota circulando más libremente, tiene más chances el que mejor la cuida y la toca, y ese suele ser Barcelona.
Por eso el Atlético eligió una muralla en defensa y la falta sistemática. Como a su vez fue superveloz y agresivo para la contra, creó más y mejores chances de gol que Barcelona. Pero fueron pocas. Y, además, atacó decidido solo sobre el final, pese a que sabía desde el inicio que el 0-0 favorecería al Barca porque había empatado 1-1 la ida en el Calderón y así imponía el gol de visitante.
Leer la prensa madrileña, sin embargo, es como asistir al inicio de una crisis en Barcelona. Porque no jugó bien, porque Messi y Neymar, en su primer partido juntos, no se asociaron. Y porque Martino es un hombre ajeno a la casa y se le puede apuntar más fácilmente. El mismo Barca que, dice la realidad, inició con un título la era Martino, hizo perder al Atlético de Simeone su primera final, lidera en la Liga de España y abre perspectivas enormes a partir del desequilibrio Messi-Neymar. Todo depende, como siempre, del cristal con que se quiera mirar.
El Tata Martino mantiene la línea de un Pep Guardiola que hizo historia y ahora emigró a Alemania.
Similares en su forma de ver el fútbol y sus secretos, el Cholo Simeone y José Mourinho.
EZEQUIEL FERNÁNDEZ MOORES
Exterior
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