“Esperando la carroza 2”: fin de fiesta con humor negro

El teatro puede ofrecer humor, grotesco, tragedia… Es lo que propone el director Gustavo Lioy junto con un elenco al que conoce muy bien. En una sala enorme todo parece ser sobre cargado.

“Esperando la carroza 2”, la pieza del autor Jacobo Langsner dirigida por Lioy se estrena el miércoles 7 de noviembre en el Cine Teatro Español (Av. Argentina 235) con un elenco integrado por Cane Aiello, Silvia Ayzenzzteyn, Raúl Braga, Silvina Forquera, Alejandra Kasján, Silvio Losino, Beto Mansilla, Nahuel Hernández y Marcela Delavault.

La escenografía es de Bárbara Treves, el vestuario es de Yazmín Mer, el diseño gráfico es de Pablo Gauthier y la asistencia de dirección es de Inés Hidalgo. “Rio Negro” dialogo con el director de la pieza, Lioy, y adelantó el estreno.

P- En esta secuela, ¿cuál es tu desafío fundamental como director?

R- Mirá, en principio, separarme de la primera versión de la primera parte en el cine para no ser más de lo mismo. Ser respetuosos de que son los mismos personajes, los mismos actores, es el mismo autor, la propuesta es plantear una nueva aventura para personajes que ya estaban creados. El desafío es hacer algo distinto, pero a la vez ser respetuoso de lo que fue la primera parte. La diferencia es que esta segunda parte es mucho más oscura. Es una comedia que tiene un humor mucho más negro, más oscuro, más dramático. La obra que hice plantea un final mucho más amargo, nos reímos de todos nosotros, pero en realidad es tragicómico. Acá Jacobo (Langsner) hace una crítica a la clase media, media alta y la destroza. La primera tiene unos 10 años más que esta. Para la gente que vio esa película no va a ver lo mismo que sobre las tablas. Es reivindicar un poco la historia que escribió Jacobo. Esta familia se encuentra después de muchos años de que murió “Mamá Cora”, están los nuevos ricos y los para nada ricos y los pobres que son cada vez más pobres. Los ricos intentan ocultar a los pobres. Están rodeados de corruptos y poderosos, en esta fiesta todo es apariencia y esto hace eclosión. Hay muchos rencores. Es una obra deliciosa y muy divertida.

P- ¿Cuál es la relación del elenco entre sí?

R- (Risas) ¡Mal, muy mal! (risas) Si querés escándalo, te armo un escándalo ahora mismo (risas). Se conocen hace mucho, esto sería una nueva aventura. La hicieron en teatro durante dos años y medio. Se conocen las mañas, saben que tienen que ayudar al compañero sobre el escenario cuando pasan determinadas cuestiones. Tienen un camino de construcción más allá del personaje. Es muy fácil trabajar con ellos, son como una familia.

P- La secuela no tuvo buenas críticas en cine. ¿Esto te influye como director de alguna manera?

R- No, lo tomo como un desafío de reivindicación. Me parece que lo que hicieron con la película no es este texto. Al argumento, lo destrozaron. Me dan más ganas de decir “miren, se podría haber hecho distinto”. Son dos lenguajes distintos, el cine y el teatro. En la segunda película, había una necesidad de agregar un montón de cosas a nivel espectacular que no hacían falta.

P- ¿Te preocupa que este en el imaginario popular la película clásica?

R- Nunca fue un impedimento. Creo que el éxito de nuestra versión es estar tan lejos y tan cerca de la película.

P- ¿Necesitó demasiados recursos técnicos la obra?

R- Hay una producción grande. Hay que llenarlo a nivel público y a nivel escenografía que requiere cierto lujo. Lo que hay que llenar es el escenario. Hay mucho mal gusto a nivel exceso. Es muy “kitsch”. El lado pobre está escondido en la fiesta, escondido en la sociedad. Estamos muy entusiasmados en llevar adelante este proyecto. El autor nos felicitó por Facebook por habernos metido con este texto.

Las entradas para la única función, el 7 de noviembre, están a la venta en las boleterías del Cine Teatro Español de Neuquén.