Hablemos de libros: entrevista con Julián López

En “La ilusión de los mamíferos”, su segunda novela, se propuso el desafío narrativo de escribir en primera y segunda personas. En esta entrevista con “Río Negro” cuenta cómo lo hizo.

Salimos a caminar; aunque nuestra primera escala fue el balcón, nos pusimos las camperas, yo elegí la tuya para abrigarme el doble, nunca se gasta ese truco, nunca se termina de colar la tibieza y siempre queda algo del aire alrededor, algo del cuerpo inmaterial, el otro como una idea que basta para hacer frente al frío. A vos te quedó la mía, te subiste el cuello y en un acto reflejo aspiraste mucho aire por la nariz como para llenar los tanques antes de zambullirte. Abriste la puerta ventana y mientras se deslizaba salí primero y detrás viniste vos, los dos dimos un paso afuera y nos quedamos quietos, como centinelas reconociendo el campo antes de la consigna”.

Tan sólo un fragmento de “La ilusión de los mamíferos”, la segunda novela de Julián López. Quizás, ni siquiera el fragmento más bello de una novela llena de pasajes a un tiempo delicados y brutales, pero que tiene un tinte especial: un fragmento vivo.

Un hombre cuenta, mejor dicho, le cuenta a otro hombre la historia de sus encuentros pasados. Encuentros que se repiten cada domingo, unas pocas horas de conversación, silencios, sexo, alegría, tristeza, miedos, y mucha entrega: claroscuro con el que López pinta el amor.

P- El amor es la ilusión de los mamíferos. ¿Por qué?

R- Hace muchos años leí una entrevista a Joni Mitchell. Le preguntaban acerca del amor y ella contestaba que el amor no existía, que era una treta de la especie para subsistir. La idea de un encuentro con el otro tiene mucha carga de ilusión; ilusión en el sentido de una manera un poco falsa de lidiar con la realidad. El amor es una treta. Es una idea que estuvo mucho tiempo en mí, sin saber si coincido o no.

P- ¿Puede definirse tu novela como una novela de amor?

R- Sí, lo que a mi me interesaba era escribir una novela de amor y sobre el duelo. No circula mucho en la escritura, es una temática que está muy desaparecida y a mi me llama la atención; en general, el amor no aparece.

P- Quizás es difícil no caer en la cursilería, el lugar común.

R- Sí, puede ser. A mi me parece que hay una mirada muy prejuiciosa sobre las posibilidades de la literatura de abordar una historia de amor. Y debe haber también prejuicio con esto de lo cursi. Espero haber salido de ahí. Yo intenté una reflexión sobre el amor, sobre el encuentro con el otro, creo que eso me protegió de ponerme excesivamente cursi.

P- Está presente esta idea de conocerse a partir del otro.

R- Sí, hay un autor norteamericano, un pensador, Richard Sennett, que plantea la idea de que conocerse a sí mismo es una falacia; que lo único que hay “a conocer” es el mundo y a los demás, que a uno lo conozcan es tarea de los otros. Y a mi me interesa mucho esa idea, que uno en todo caso se conoce en relación con los demás. Él, en la novela, dice, “estar con vos fue la manera más hermosa de mí”. Hay algo que se manifiesta de la naturaleza propia muy desconocida que se juega en relación con los demás, con ese otro que aparece y despierta esas cosas.

P-¿Por qué elegiste contarlo así? Es una primera y segunda personas, como una carta.

R- Me interesaba mucho la idea de la segunda persona, me parece muy difícil hacer funcionar bien una segunda persona. Pero me interesaba que fuera el protagonista quien le contaba al otro protagonista la historia que tuvieron juntos. Trato de abordar que es la idea de la ficción casi como un sortilegio para lidiar con la realidad: solamente algo que se puede contar existió. Lo que hace el protagonista, completamente desesperado, es contarle al otro minuciosamente cada encuentro que tuvieron, para así poder primero ponerlo a existir, y después intentar soltarlo.

P- En un momento, cuando le cuenta sobre su abuela, le dice que las escenas con ella revelaron su composición cuando hizo el relato para él.

R- Exactamente, es esa idea de la ficción, el cuento recupera la verdad, y recupera la verdad más íntima, la más ficcional y la más verdadera a la vez. Yo creo que es así, y creo que por eso pasan las cosas que pasan con los libros. Un libro, por más alejado que esté de tu realidad, te puede hablar de una manera muy íntima, y también muy brutal. Porque hay algo ahí, en poner en acto un cuento, que recupera cosas muy verdaderas de la vida. La lectura te obliga a estar en contacto con vos, es algo que en general el mundo desalienta mucho.

P- Hay una pregunta molesta y hasta mal vista, pero suele surgir la duda de cuánto hay del autor en su novela, cuán autobiográfica es.

R- A mi no me pasó esa historia, no tuve la fortuna de un encuentro tan conmovedor. Pero la literatura es una excelente manera de contrabandear lo propio también. No es mi historia, pero tal vez es la historia que hubiera querido. Es una pregunta superincómoda y sobre la que hay una mirada muy peyorativa, y es la pregunta que te hace todo el mundo. Pero incluso entre escritores, después del segundo vino, siempre sale, de manera más larvada, siempre la pregunta es: ¿Pero es verdad? Es que la literatura es eso, provoca ese encantamiento. Por supuesto que es verdad.

P- ¿Qué lugar le das a la memoria? Tu novela anterior también era un recuerdo, el de la madre. Acá es el recuerdo de los encuentros con el otro. ¿Un disparador?

R- Puede ser que sea un disparador y solamente eso, algo que te ayuda a arrancar. La escritura, en efecto, es una especie de arqueología, desde la primera palabra. Pero me interesa en términos de dispositivo de arranque. Después me importa que lo que está sucediendo esté vivo y esté dialogando ahora.

P- Una especie de presente en el pasado…

R- Sí, sí, algo que yo le demando a mi escritura es que esté viva.

P- “No es verdad mi recuerdo, mi memoria no es verdad”, dice el narrador.

R- Me gusta poner a la memoria en ese lugar, no sé si es verdad y no importa eso. Importa lo que se hace con la memoria. Uno no tiene manera de saber cómo arma la imagen que recuerdo. Me pasó muchas veces. Por ejemplo, la tapa de la revisa Gente del golpe de Estado. Yo tenía 10 años, a mi me impactó mucho, y la recordé durante toda mi vida. Ya grande, muchos años después, volví a verla. Y era totalmente distinta. Yo había mantenido toda mi vida un recuerdo falso, falso en su constitución material, pero absolutamente fidedigno en el impacto, en la percepción del horror.

R-¿Y qué lugar le das al silencio en la novela? Cosas que se ocultan, que se piensan y no se dicen; silencios “sexis”, silencios bellos.

P- El silencio es una comunicación completamente dinámica, fabulosa, llena de información. Hasta que deja de ser todo eso y empieza a ser una cosa absolutamente vacía y llena de malentendidos y supuestos. Y es muy difícil reconocer cuándo cambio, es una plataforma súper pródiga y puede ser sexy. Pero es muy difícil reconocer cuándo el silencio deja de ser sexy y pletórico y empieza a ser el terreno de las alimañas emocionales y del pensar me miró no me miró, no le gusto más, y me parece interesante eso. Y yo quería construir una pareja que estuviera muy atravesada por el silencio.

P- Hay también, en el relato del narrador, gran atención a ciertos detalles. Salir al balcón deja de ser simplemente abrir la puerta y salir al balcón, ¿no?

R- Sí. Yo necesitaba contar una historia de amor, de dos personas en el nivel máximo de cercanía. Esas cosas se miden por cómo revolvió el café el otro; por cómo dejó el diario sobre una mesa; por cómo se abre una ventana; por cómo los dos miran las misma cosa en el mismo momento. No se mide por lo que uno siente, lo que uno siente es lo que uno siente, e incluso puede ser compartido. Pero la manera en que deambulan los cuerpos en el espacio… si hay una coreografía común, es amor. O es odio. Pero es muy importante la manera en que se abre la ventana para salir al balcón.

¿Quién es?

Julián López

Julián López (Buenos Aires, 1965) es novelista, poeta y actor. Es autor del libro de poemas “Bienamado” (2004, editorial Carne Argentina). Su primera novela fue “Una muchacha muy bella” (Eterna Cadencia), publicada en el 2013 y elegida novela del año por la misma editorial y por la revista “Ñ” en base a una encuesta realizada entre centenares de personalidades del mundo literario. López también organiza ciclos de lecturas y da talleres de escritura.

El libro

Lo que hay que saber

Título: “La ilusión de los mamíferos”

Autor: Julián López

Editorial: Literatura Random House

Precio: $ 279

Páginas: 176

Fecha publicación: 6/2018

En “La ilusión de los mamíferos”, su segunda novela, se propuso el desafío narrativo de escribir en primera y segunda personas. En esta entrevista con “Río Negro” cuenta cómo lo hizo.

“Hay una mirada muy prejuiciosa sobre las posibilidades de la literatura de abordar una historia de amor. Y debe haber también prejuicio con esto de lo cursi. Espero haber salido de ahí”.

“A mi no me pasó esa historia, no tuve la fortuna de un encuentro tan conmovedor. Pero la literatura es una excelente manera de contrabandear lo propio también”.

Lo que a mí me interesaba era escribir una novela de amor y sobre el duelo. No circula mucho en la escritura, es una temática que está muy desaparecida; y a mí me llama la atención. En general, el amor no aparece”.

Julián López, sobre escribir novelas de amor

Datos

“Hay una mirada muy prejuiciosa sobre las posibilidades de la literatura de abordar una historia de amor. Y debe haber también prejuicio con esto de lo cursi. Espero haber salido de ahí”.
“A mi no me pasó esa historia, no tuve la fortuna de un encuentro tan conmovedor. Pero la literatura es una excelente manera de contrabandear lo propio también”.

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios