Lisandro Aristimuño con “Río Negro”: una vida de música

El artista tocará el mes próximo en Neuquén y Roca con recitales donde repasará sus discos. Antes de poner primera en la gira, el músico habló con “Río Negro” sobre su carrera.

Siempre supo que su vida iba a estar ligada a la música, pero lo que no sabía, ni imaginaba, es que iba a ser como músico llenando grandes estadios, recorriendo el país y siendo reconocido por grandes exponentes de la música y también por jurados de importantes premios.

Intentó estudiar música académicamente dos veces, pero lo suyo era hacerla, no estudiarla. También probó con la carrera de maestro jardinero para tener un ingreso por si su carrera de músico no arrancaba, pero arrancó y lo que quedó en camino fue su intento de ser docente.

“Me faltó un año y quizás, quien sabe, algún día la termine”, confió Lisandro Aristimuño en diálogo telefónico con “Río Negro”.

Tras llenar un Luna Park en septiembre del año pasado, Lisandro emprendió este año una gira que comenzó en La Plata, que lo llevará a hacer otro Luna en agosto y que lo hará recorrer el país así como Chile y España.

Pero también el tour 2018 lo traerá a Neuquén, General Roca, en junio.

“Esta vez estoy haciendo un show con canciones de toda mi carrera hasta el día de hoy, mezclando todos los discos “, aseguró el músico independiente.

P- ¿Cómo se arma ese repertorio antológico?

R- La verdad que es súper divertido porque hay más de 80 canciones editadas en discos así que tenés muchas variantes. Además está bueno porque también empezás a ver toda tu obra, que a veces te olvidás de algunas canciones que hiciste. Así empezás a volver a ensayarlas con la banda y volvés a canciones que capaz nunca había tocado en vivo. Hay algunas canciones que nunca las habíamos tocado y te da como una sensación que es una canción vieja pero nueva, al tocarla de nuevo te sensibiliza. Más con canciones que yo las hice más joven y cantarla ahora es como que te mueven otras cosas. Está buenísimo.

P- ¿Te basas en lo que te gusta a vos o en lo que pide el público?

R- Un poco voy variando. No reniego de las canciones que más le gustan a la gente como “Azúcar del estero”, o “Es todo lo que tengo y es todo lo que hay”, “Canción de amor”, son canciones que vos sabés que la gente las canta cuando va a los shows, y siempre están porque me gusta que la gente las cante conmigo y poder disfrutar con la gente canciones. Y después voy viendo, por ahí, hay veces que hago las que más tengo ganas de hacer pero siempre los más coreados y cantados están en el repertorio.

P- ¿Extrañas el sur?

R- A mi me encanta la Patagonia, me encanta mi ciudad natal Viedma, me encanta ir, tengo un montón de amigos. Acá encontré un lugar, un trabajo, una forma de vivir de la música, que eso allá me costaba un poco más. Poder hacer mis canciones, laburar de esto y vivir de esto es algo que lo agradezco muchísimo a Buenos Aires. Y el hecho de tener una hija que nació acá también hace que uno se sienta menos raro como al principio que fue muy diferente y muy chocante también. Ahora es como que uno se va aclimatando y cuando uno encuentra un lugar de laburo y que podés vivir de eso también te calma un poco la situación.

P- ¿Te imaginás un futuro lejano viviendo en la Patagonia?

R- Yo creo que en realidad nunca me fui porque todos los años voy para allá, tengo familia, voy todos los veranos y nunca dejé de ir así que no lo veo como algo que haya abandonado. Al contrario no dejo eso tampoco porque estoy orgulloso de ser de ahí y cuando voy la paso muy bien, descanso muchísimo, entonces es como que nunca me fui, siempre vuelvo, no vivo ahí pero siempre vuelvo.

P- ¿Cómo fue la experiencia de irte a buscar suerte a Buenos Aires?

R- En realidad yo intenté estudiar dos veces la carrera de músico pero la verdad que me costaba mucho estudiar la música de manera académica. Hubo una posibilidad de venir acá porque mi novia se vino a estudiar acá, vine y conocí a unos músicos que me ofrecieron grabar en un estudio y esa fue como la primera parte. Y respecto al estudio, empecé a estudiar para maestro jardinero, para dar clases de música en los jardines, como para poder laburar y vivir de algo, porque la música es bastante irregular y es un campo difícil para muchos laburar de esto, entonces dije “si no me llega a ir bien con la música por lo menos doy clases de música en los jardines y a los niños, que me gusta”. Esa era mi intención, pero después me empezó a ir muy bien con el primer disco, tuve una repercusión súper linda, los periodistas y otros colegas músicos y maestros comenzaron a nombrarme y a decir que les gustaba mi primer disco. Ahí medio que empecé a tocar en barcitos, hasta que la cosa se empezó a agrandar y agrandar, hice otro disco y el año pasado hice un Luna Park. Fue todo creciendo escalón por escalón y de manera independiente, desde la autogestión, o sea que también es un orgullo enorme desde ese lugar y desde esa forma de hacer música llegar a lugares así.

P- ¿Alguna vez soñaste con este presente?

R- La verdad que no. Yo sabía que iba a estar ligado a algo musical porque es algo que me apasiona, ya sea músico o amante de la música, no sé, capaz que trabajaba en una disquería o algo que tenga que ver con la música, pero no sabía que me iba a suceder esto de poder vivir de la música, de que vaya tanta gente a los shows a verme, y de ser conocido por mi oficio y mi trabajo. No me lo imaginaba.

Un Luna Park colmado vibrando con la música de un autodidacta patagónico.
Gentileza

P- ¿Cómo te llevás con esto de ser conocido? ¿Extrañás ser un músico desconocido?

R- La verdad que me llevo bien porque la gente me conoce por mi música y eso es lo que me hace sentir tranquilo. Me ha pasado muchas veces estar en un lugar, que nadie sabía físicamente quien era y me preguntaran el nombre y me dijeran “¿vos sos Lisandro Aristimuño?”. Acá en Buenos Aires no me reconocen en la calle, no es como si fuera Fito Páez, y la gente que me reconoce es súper respetuosa, me piden alguna foto y nada más que eso, no es que se vuelve loca. Me llevo bien porque me llena de orgullo que te reconozcan por los que sos y por tu música.

P- Te instalaste en Buenos Aires en 2001, un año difícil ¿Eso te hizo aferrarte a la autogestión?

R- No, eso yo lo tenía de una escuela de familia. Me parece que viene más por ese lado, por lo artístico, por cuidar el arte y por tener libertad de hacer lo que quieras expresar y no hacer lo que más venda.

Todo eso fue creciendo conmigo en mi adolescencia y cuando empecé a grabar, dije “este es mi camino”. Encima me va bien o sea que tampoco es que lo necesito.

“Me han ofrecido de varias multinacionales para grabar o sacar mis discos, pero me lo ofrecieron cuando yo ya estaba haciendo un Gran Rex”

contó Aristimuño sobre su elección del camino independiente

P- ¿Qué planes tenés para después de la gira?

R- Estoy registrando cosas, yo no tengo fechas para hacer discos así que uno siempre está escribiendo o creando cosas. Por ahí agarro la viola y me sale una idea y la grabo en el teléfono, de aire, para no olvidármela y después en los viajes escribo bastante, voy escribiendo y anotando cosas que van inspirando para un nuevo disco. Yo calculo que el año que viene voy a tener un disco nuevo seguro.

P- ¿Ya sabés algo de cómo será?

R- Todavía estoy como maquetando bastante y juntando ideas. Todavía ni siquiera tengo el concepto. A mi me gusta mucho laburar sobre un concepto, como si fuera un guión de una peli, que tenga una temática. Y ahora tengo como todas ideas desparramadas que tengo que encontrar como encastrarlas entre sí y poder lograr algún mensaje que quiera dar. Todavía no se me ocurrió ninguno pero ya vendrá cuando escuche más o menos todo lo que tenga.

Una deuda pendiente y un gustito personal que ayuda a otros

La gira por sus pagos

Neuquén: sábado 9 de junio a las 21 en el Gimnasio Parque Central. Entradas, entre 600 y 900 pesos, en Alcorta 261 o en www.viaticket.com.ar.

Roca: domingo 10 de junio a las 21 en Fundación Cultural Patagonia (FCP). Entradas, a 700 pesos, en la secretaría de FCP. Los pases para alumnos y docentes del IUPA cuestan 650 pesos.

Lisandro Aristimuño con “Río Negro”: una vida de música

Datos

“Me han ofrecido de varias multinacionales para grabar o sacar mis discos, pero me lo ofrecieron cuando yo ya estaba haciendo un Gran Rex”
Hace varios años Lisandro Aristimuño ofrece mensualmente en su web una lista de temas para escuchar, disfrutar y conocer a una gran variedad de artistas.
Es un proyecto que decidió denominarlo Música sin fines de lucro (MSFL).
Pero tiene un pasado. “Yo tenía un programa de radio en una radio cooperativa de acá de Buenos Aires que se llama La Tribu, que ponen mucha música under, independiente. Estuve cinco años ahí, pero ya en las últimas etapas del programa tenía que viajar mucho por las gira y faltaba mucho, salía por teléfono todo el tiempo, así que en un momento lo terminé. Y me quedó esa necesidad porque el programa lo que hacía es difundir mucha música independiente y de músicos nuevos de muchos lados. Me quedaron esas ganas, será porque soy de la Patagonia y del interior y me gusta poder darle una mano a otros porque es la forma más linda de poder expresar y compartir la música”, rememoró Aristimuño. Y siguió: “Entonces puse ese reproductor de audio en mi web y me gusto el nombre Música Sin Fines de Lucro, es simplemente poner la música que me envían por mail los músicos, o de los discos que me dan en las giras y que no quería que queden en el placard de mi casa”.

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