“Vida privada”, o el complejo camino para convertirse en padres

A raíz del estreno de “Vida privada”, la película que acaba de sumarse a las opciones de Netflix, un repaso por tres historias sobre el deseo de ser padres, pero sobre todo en los claros y oscuros de un camino que a veces presenta obstáculos.

Acostumbrados como estamos a la suavidad de la vida color Instagram o Facebook, de gente siempre sonriente y exitosa, ver el filme “Vida privada” puede resultar una experiencia áspera. Es que esta película –que ya está disponible en Netflix– es justamente lo opuesto a la comodidad: es la realidad sin edulcorantes, con todos sus altibajos.

Lo que cuenta “Vida privada” es el camino –a veces triste, a veces esperanzador, a veces desmoralizante y agotador– de una pareja de neoyorquinos que intentan concebir un hijo pasando por todas las formas de tratamiento posible y fallando en cada intento.

Rachel (una impecable Kathryn Hahn) es una escritora de 42 años y Richard (Paul Giamatti) un intelectual. Son un matrimonio que funciona y que se nota, han atravesado con bastante hidalguía todas las alternativas para llegar al objetivo, soportando el paso del tiempo, la noticia de la infertilidad, los tratamientos (carísimos) y hasta los discursos de esos profesionales que se aprovechan de su obsesión por ser padres.

Cuando les proponen la alternativa de usar óvulos de una donante para intentar la concepción, la pareja recurre a una sobrina postiza, Sadie (Kayli Carter), una joven desencantada que quiere ver felices a esos tíos que tanto quiere.

Lo que logra la directora, Tamara Jenkins (de quien se conocen tres películas, “Savages”, “Suburbios de Bervely Hills” y ésta), es un filme genuino, real, con varios –y agradecidos– toques de humor que hacen más sencillo el paso por ese camino. No, “Vida Privada” no es una de esas películas color de rosa. Pero seamos honestas: ninguna vida privada lo es.

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“Loco por ella”

“La joven vida de Juno”

Datos

Basada en un cuento de Jeffrey Eugenides (un gran escritor de pocos libros publicados), llegó a la pantalla en forma de comedia: una mujer de 40 no quiere perder el tren de la maternidad y como no tiene novio recurre a la inseminación. Hay un elegido, y un cambio de último momento.
Esta película del 2008 podría haber sido una tierna historia. La joven Juno del título queda embarazada y decide dar ese bebé en adopción a un aparente matrimonio perfecto. Pero ya sabemos que las cosas no siempre son lo que parecen, y la realidad tiene esas pequeñas vueltas que la hacen más interesante.

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