Cumbre árabe respaldó al polémico Al Bashir
Tiene pedido de captura de la Corte Internacional Lo acusan por crímenes de guerra en Sudán
DOHA.- El presidente sudanés, Omar Al Bashir, que desafió el pedido de captura efectuado por la Corte Penal Internacional (CPI) al asistir a la Cumbre Árabe de Doha, recibió ayer el apoyo de los demás dirigentes árabes, que rechazaron la orden de arresto emitida contra él por el juez argentino Moreno Ocampo. Se lo acusa por crímenes de guerra y contra la humanidad en Darfur, región del oeste de Sudán en guerra civil desde 2003.
«Expresamos firmemente nuestra solidaridad con Sudán y nuestro rechazo a las decisiones de la CPI contra el presidente Bechir (…) y apoyamos la unidad de Sudán», afirma la declaración final leída durante la clausura por el secretario general de la Liga Árabe, Amr Musa.
Dirigiéndose a sus colegas en la sesión de cierre, el presidente Bashir saludó su «apoyo a Sudán» y su «rechazo de las decisiones injustas» de la CPI.
«Les prometo hacer todo (…) para alcanzar la estabilidad y la paz en el conjunto del territorio sudanés», añadió.
La CPI emitió el 4 de marzo una orden de arresto contra Bashir. «Bloqueando la ayuda humanitaria, Omar Al-Bashir está exterminando a los ciudadanos en los campamentos. Al expulsar la asistencia humanitaria, confirmó que está exterminando a su población», dijo días atrás el fiscal de la CPI, Luis Moreno Ocampo. Al-Bashir expulsó a las organizaciones humanitarias internacionales que operaban en su país después de que los jueces de la CPI emitieron una orden de arresto en su contra.
A propósito del conflicto israelo-palestino, los dirigentes árabes destacaron ayer «la necesidad de fijar un plazo preciso para que Israel cumpla sus compromisos con el proceso de paz», sin más detalles.
El presidente sirio Bashir al Asad afirmó en su discurso de inauguración de la cumbre que los países árabes «carecen de verdaderos interlocutores en el proceso de paz» con Israel. La declaración final retoma la idea de una paz basada en la iniciativa árabe de paz, que propone desde 2002 a Israel una normalización de las relaciones a cambio, entre otros puntos, de su retirada de los territorios árabes ocupados en 1967. Israel nunca ha aceptado ese plan.
La cumbre fue boicoteada por el presidente egipcio Hosni Mubarak. Tampoco asistieron sus colegas de Argelia, Irak, Marruecos y Omán, lo que hizo imposible la reconciliación entre países árabes. Los 22 países árabes llegaron a la Cumbre muy divididos por sus respectivas posiciones ante la ofensiva militar israelí en Gaza.
Siria y Qatar, apoyados por Irán, defendieron a los islamistas del Hamas, que controlan Gaza, mientras Arabia Saudita y Egipto respaldaron al presidente palestino Mahmoud Abbas, jefe del Fatah, que gobierna en Cisjordania. Por otro lado, el líder libio, Muammar Gaddafi, llamó la atención al criticar vivamente al rey saudita. (DPA)
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