Cumpleaños agridulce para Alfonsín
Rodeado de su esposa, cinco hijos y más de dos docenas de nietos, el martes Raúl Alfonsín cumplirá 80 años. Comenzó a palpar la política a los 10, cuando se metía y se sentaba con brazos cruzados en el Comité Radical de Chascomús. A los 19, le ganó la interna a un viejo caudillo y fue su presidente. De ahí en más, toda una vida entregada a la política, al partido, al país. Con sus más y con sus menos, pero entrega total.
Es muy mezquino no reconocer en Raúl Alfonsín inmensos méritos a lo largo de ese tiempo. Pocos como él expusieron, en los años incluso más negros de la República, a favor de la vida. Y en millones de seres, en aquel emocionante 1983, encarnó ilusiones que conmueven con sólo recordarlas. Pero como sentencia acertadamente Joaquín Morales Solá, el «político que asumió el poder prometiendo que uniría en una sola gestión el respeto por el sistema democrático y el florecimiento de una economía destruida» no interpretó mudanzas propias de los tiempos.
Y hoy, a los 80, Raúl Alfonsín mira su radicalismo y sabe que está muy destruido. Y seguramente sabe que él tiene responsabilidad en ese deterioro. Porque tras dejar la Rosada, jamás se permitió dejar que el partido se desenvolviera en la dialéctica con la que siempre llegan las renovaciones de la más diversa índole. De una u otra manera, jamás cedió el centro de la escena. Entonces, don Raúl fatigó hacia adentro y hacia fuera del radicalismo.
¡Qué pena!
Rodeado de su esposa, cinco hijos y más de dos docenas de nietos, el martes Raúl Alfonsín cumplirá 80 años. Comenzó a palpar la política a los 10, cuando se metía y se sentaba con brazos cruzados en el Comité Radical de Chascomús. A los 19, le ganó la interna a un viejo caudillo y fue su presidente. De ahí en más, toda una vida entregada a la política, al partido, al país. Con sus más y con sus menos, pero entrega total.
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