Aronskind: “Da la sensación de que la propiedad privada es más sagrada que la vida”

El economista argentino, de probada experiencia y trayectoria académica, dialogó con PULSO acerca de la coyuntura, de los dilemas existenciales de la sociedad argentina, y de la pos cuarentena.

Una mirada aguda acerca de los problemas estructurales y a la vez amplia para comprender la dinámica de la coyuntura, es invaluable en momentos de estrés económico como el que atraviesa la Argentina antes de y durante la pandemia. Ricardo Aronskind es uno de esos especialistas. El economista argentino de probada experiencia y trayectoria académica, dialogó con PULSO acerca de la coyuntura, de los dilemas existenciales de la sociedad argentina, y de la pos cuarentena.

PREGUNTA: ¿Qué evaluación tiene de lo realizado hasta el momento por el gobierno?

RESPUESTA: El enfoque del gobierno argentino fue muy bueno, frente a una pandemia sobre la cuál no había demasiados antecedentes. Sobre todo fue muy prudente, leyendo bien las experiencias dramáticas en otros países del mundo. Lo que nadie sabía es cuanto puede durar un episodio de estas características. El hecho de que se haya extendido por varios meses, habilita a introducir la discusión acerca del sostenimiento de la actividad económica. La pandemia ha puesto al Estado a liderar la paralización de la economía. Es un tema sumamente complejo. No hay ninguna certeza de que pasado el pico de contagios, podamos dedicarnos a vivir la vida alegremente. No hay tal cosa. Es un problema que en forma seria, se soluciona con la aparición de una vacuna seria. Hay actividades que directamente no se pueden habilitar hasta que eso suceda. Especialmente las que implican aglomeración de público.

P: El AMBA es el principal foco de contagio ¿Como se resuelve?

R: El AMBA es un desastre estructural, que refleja otra cosa. Una Argentina deforme, sin planificación, sin un Estado inteligente, una sociedad que no se piensa a sí misma, que vive al día, cuyas tendencias internas nadie regula ni controla, ni tiene criterio de futuro. Entonces emerge el AMBA. Esta monstruosidad de concentración gente en tan poco espacio, con un problema habitacional enorme, población hacinada, y crisis en el sistema sanitario. Solo con ello, ya existe una agenda de tres puntos claros para la pos pandemia. Primero el fortalecimiento acelerado y con un criterio diferente de la salud pública. Luego la descentralización territorial de la Argentina. Tercero, el problema de la vivienda. Argentina tiene la capacidad de eliminar las viviendas precarias. Es una tarea que hay que encarar a ritmo acelerado.

P: ¿Cómo se financia un programa de ese tipo?

R: Hay que pensar si estructuralmente Argentina es un país pobre. Los organismos internacionales califican a la Argentina como un país de ingresos medios/altos. Ni siquiera de ingresos medios/bajos. Eso tiene que ver con el tamaño de su población y con la capacidad productiva medida en términos de PBI. Fronteras adentro tenemos una distorsión absoluta de lo que es nuestra propia imagen como país. Argentina no es un país pobre. Es un país con una muy mala distribución del ingreso, que desde el punto de vista fiscal es un fracaso absoluto, porque el Estado no tiene una capacidad recaudatoria significativa en relación a la riqueza producida. El caso Vicentín demostró que hay una parte de la riqueza nacional que sale del territorio sin ser computada y que no paga los impuestos que corresponden según la ley. En la actividad petrolera, el Estado no controla sino que acepta simplemente una declaración jurada de las empresas. Lo mismo sucede en la minería o en la actividad pesquera. Grandes actividades económicas que no se sabe realmente cuanto producen. La sub declaración de la producción, es un patrón. Lo único que hay que hacer es aplicar la ley. No es necesaria una reforma tributaria, ni incrementar la presión impositiva. Sencillamente es necesario cobrar los impuestos que ya están establecidos por ley.

Nadie lo dice, ni siquiera los dirigentes, pero es necesario afirmarlo con claridad: la evasión y la elusión impositiva, están mal y son una agresión al conjunto de la sociedad.

P: Hay un discurso extendido acerca de que el Estado le roba a los ciudadanos con los impuestos…

R: Socialmente se ha aceptado que la evasión es normal. El problema existe porque no hay un sistema estructurado de premios y castigos. Nadie lo dice, ni siquiera los dirigentes, pero es necesario afirmarlo con claridad: la evasión y la elusión impositiva, están mal y son una agresión al conjunto de la sociedad. No es ni un chiste, ni una avivada, ni una genialidad de nadie, y no perjudica a todos por igual, sino que impacta principalmente sobre los más débiles.

P: Más allá de la pandemia ¿Cómo analiza los planes económicos del gobierno?

R: El plan original era avanzar rápidamente con el proceso de re estructuración de la deuda por u$s 67.000 millones, y luego iniciar la negociación con el FMI por otros u$s 45.000 millones. Ambas cosas son legado del gobierno anterior. Luego de eso, la idea era lanzar un paquete de medidas. La pandemia fue un mazazo mundial, y el gobierno ha mantenido una enorme prudencia fiscal, en comparación con el gasto en relación al PBI en otros países. La negociación se ha extendido porque el gobierno está decidido a defender los intereses argentinos. Creo que las medidas económicas ya debieran haber llegado y el gobierno se está demorando. No obstante, no tengo dudas acerca del perfil productivista y desarrollista que tiene el gabinete económico, cuyo plan es generar un cambio en la matriz productiva argentina, impulsando sectores dinámicos, con capacidad exportadora, una materia pendiente desde hace muchísimo tiempo. Es un gobierno que aunque no lo proclama, cree que el liderazgo de ese proceso le pertenece al Estado.

P: ¿Y que hay de la iniciativa empresarial privada?

R: Naturalmente se espera que el sector privado se acople al proceso de reconversión de la matriz productiva. Pero la verdad es que luego de la experiencia vivida durante el macrismo, la idea de que el sector privado pueda liderar un proceso de cambio, francamente hay que archivarla…

La reconversión de la matriz económica exige un esfuerzo productivo y financiero, que en principio el sector privado no está dispuesto a hacer.

P: ¿Por qué razón el gobierno no proclama su intención de liderar el proceso?

R: Lo cree en la práctica. Pero creo que Alberto Fernández, tiene cierto temor a una opinión predominante que se ha demostrado reiteradamente equivocada, que indica que los mercados, entendiendo por tales a las grandes corporaciones empresarias, van a liderar algún proceso de progreso en Argentina. En todo caso cuando el proceso inicia, estos actores son capaces de participar en el proceso, pero no de liderarlo, porque eso exige un esfuerzo productivo y financiero, que en principio no están dispuestos a hacer.

P: «Si matar para robar un celular está mal, pero matar para recuperarlo está bien, entonces lo que está prohibido no es matar, sino violar la propiedad privada. Lo sagrado no es la vida, sino la propiedad». ¿Le pertenece esa frase?

R: Si me pertenece. La historia de esa frase es sorprendente, porque fue dicha hace muchos años en el marco del desarrollo de una serie de escritos. Luego cobró vida propia y recorrió toda América Latina. Fue traducida al portugués. Sucede que la inseguridad, los robos, los asesinatos, la justicia por mano propia, son un flagelo que atraviesa todo el continente. La reaparición de la frase en estos días y su actualidad, reflejan un problema que se extiende en el tiempo, y es que no hemos resuelto la pobreza ni la inserción cultural de la violencia. América Latina es el continente más desigual del planeta. Con tales niveles de marginación, la inseguridad es un emergente. De ninguna manera se trata de avalar al ladrón. Sí de poner las cosas en proporción. Matar a alguien que roba un celular, no es ser justiciero. Creo que detrás de algo tan delicado, hay diversas aristas. Está por un lado el problema estructural de la distribución del ingreso. Por el otro la composición cultural respecto a las cosas que están bien y que están mal. Nadie duda que robar un celular está mal. Pero la evasión fiscal también es un robo, y mucha gente no lo entiende así. Significa que existe cierto grado de tolerancia social a ciertas formas de robo. En definitiva hay un sesgo ideológico cultural de clase, que condena a los ladrones de poca monta y soporta a los grandes evasores.

Nadie duda que robar un celular está mal. Pero la evasión fiscal también es un robo, y mucha gente no lo entiende así. Significa que existe cierto grado de tolerancia social a ciertas formas de robo.

P: ¿Es un problema de Argentina o un sesgo propio del sistema capitalista?

R: Es un tema crucial y propio del capitalismo. En una sociedad de características capitalistas, la propiedad privada es central. Tan importante es, que muchas veces la vida resulta un tema menor al lado de la propiedad privada. Se trata de un problema de valores muy profundo. No obstante en otros países se encuentra mucho más atenuado. En los países escandinavos las cárceles están cuasi vacías. Y eso tiene que ver con que la sociedad se ha dado a sí misma, una política adecuada y un contrato social, a fin de que no exista pobreza.

P: La reducción estructural de la pobreza será una discusión necesaria para el día después de la pandemia, si es que lo hay…

R: Creo que sin duda va a haber un día después, porque para 2021 ya existirá una vacuna, y de apoco se volverá a cierto grado de normalidad. Lo que pandemia no va a cambiar es, ni las instituciones sociales, ni las mentalidades. Eso es independiente de la pandemia. Si la sociedad está habituada a la injusticia, a la marginación de ciertos sectores, eso no va a cambiar con el virus. Son cuestiones que hacen a la integración y la cohesión de la sociedad, que van por un carril separado de lo que pueda suceder con la pandemia.

PERFIL: Ricardo Aronskind

Ricardo Aronskind, es Licenciado en Economía (UBA). Magíster en Relaciones Internacionales (FLACSO).
Es Coordinador del Programa de Seguimiento de la Crisis del Orden Mundial del Instituto de Desarrollo Humano de la UNGS. Miembro del Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe (Facultad de Ciencias Sociales, UBA) y del Plan Fénix, (Facultad de Ciencias Económicas, UBA).

Autor de los Libros “Controversias y debates en el pensamiento económico argentino”, UNGS (2008), “El riesgo país. La jerga financiera como mecanismo de poder”, Colección Claves para Todos (2007), “¿Más cerca o más lejos del desarrollo? – Transformaciones económicas en los ´90”, UBA (2001)


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios