David dio el primer paso sin obstáculos

Muchos lo ven como «el» hombre que puede quebrar el favoritismo de Roger Federer y Rafael Nadal, el hombre que puede hacer algo muy grande en el Abierto de Australia. Pero David Nalbandian hace como que no escucha, huye de los excesos, se limita a jugar y a ganar. Y se pone un «seis».

«¿Del uno al diez? Un seis. ¡Aprobé!», dijo ayer cuando se le preguntó qué nota se pondría tras su 6-1, 6-1 y 7-6 (7-3) sobre el inexperto jugador local Robert Smeets, 149 del ranking, un triunfo que le sirvió para debutar con éxito en el primer Grand Slam del año y despejar las dudas sobre el estado de su espalda. Y si ayer dejó en el camino a un australiano, mañana se cruzará a otro, Peter Luczak, vencedor de Mariano Zabaleta por 6-1, 6-7 (2-7), 6-3 y 6-4.

En los primeros dos sets, Nalbandian dominó a voluntad a su rival bajo el fuerte sol del mediodía en Melbourne. Pero en el tercero todo cambió, porque el zurdo Smeets, de 22 años, se adelantó 2-0 y terminó forzando un tie break.

El rostro de Nalbandian ya no era el mismo de los dos primeros sets, había preocupación en el argentino. Pero entre algunos aciertos suyos y algún error grosero propio de la inexperiencia de Smeets, el tie break y el partido se inclinaron a su favor. Un revés largo de Smeets marcó el final.

La prioridad del número diez del mundo ahora es dosificar esfuerzos. «Hay que ir partido a partido. Este es un torneo que se juega al aire libre, y a veces te puede tocar un partido con mucho calor, y eso desgasta».