De la inocencia al estrellato D

No es un trabajo sencillo ser un niño actor. Las presiones del medio son muchas y la exposición puede resultar agotadora. En este artículo un recorrido por las caras más jóvenes del cine actual.

irigir a un niño como el protagonista de una película no es nada fácil. Son pocos los directores cinematográficos capaces de afrontar semejante reto. Sin embargo, aquellos que lo logran no salen de su asombro ante el talento y habilidad de los pequeños actores.

Para Danny Boyle, conocido internacionalmente por películas más bien oscuras como «Trainspoting», «The Beach» y «28 Days later», trabajar con el pequeño protagonista de su último proyecto, «Millions», resultó una experiencia sumamente enriquecedora.

«Millions» cuenta la historia de Damian, un niño de siete años, que tras la muerte de su madre utiliza su imaginación para poder superar su ausencia. Después de encontrar una maleta llena de dinero robado, la que cree cayó del cielo, el niño se embarca en un viaje que cambiará su vida y su forma de ver lo que la riqueza significa en realidad.

Alex Etel, de diez años, personifica al fantasioso Damian. «Uno no puede obligar a un niño a llorar en una determinada escena. Si no pueden hacerlo, entonces hay que rodar sin las lágrimas», explicó Boyle.

Considerada por la revista «Time» como una de las mejores películas de 2005, «Millions» es un ejemplo de qué tan poderoso puede ser un filme cuando un niño es su protagonista.

Por su parte, los productores de Hollywood saben muy bien cuál puede ser el efecto de una buena película con un menor a la cabeza. La serie de Harry Potter se convirtió en una mina de oro, mientras que otras películas similares no alcanzaron sus mismas cifras pero tampoco registraron ganancias despreciables.

Un salario promedio de una estrella de Hollywood está en los 20 millones de dólares. Un niño actor principiante recibe un salario mínimo de unos 20.000 dólares por película. Algunos pequeños artistas logran ganar seis cifras, pero son los menos, como Dakota Fanning («I am Sam», «Man on fire»), que cobra un millón de dólares por producción.

Sin embargo, Fanning accedió a reducir sus honorarios para poder actuar junto a Robert De Niro en el filme de suspenso «Hide and Seek». La actriz de 11 años afirmó que estuvo de acuerdo con su baja de salario por aparecer junto al veterano actor y porque nunca antes había trabajado en este género.

Los niños actores han brillado en la pantalla grande quizás desde el estreno de «The Kid» en 1921, con Charlie Chaplin y Jackie Coogan. Durante tres años, en la década del 30, Shirley Temple fue la actriz más taquillera de Hollywood y a los seis años recibió un premio Oscar especialmente creado para ella.

Desde entonces, 16 actores menores de 14 años fueron nominados al mayor galardón de la industria del cine.

Keisha Castle-Hughes, de 14 años, protagonista de «Whale Rider», fue nominada el año pasado, mientras que Tatum O'Neal («Luna de papel») y Anna Paquin («El Piano») ganaron el Oscar a la mejor actriz de reparto por sus primeras actuaciones en un filme.

Por su parte, el medio televisivo podría ser considerado la fábrica oficial de niños actores. El canal de cable infantil Nickelodeon tiene 14 personas encargadas de viajar por todo Estados Unidos en busca de futuras estrellas.

Pero la mayoría de los cineastas buscan capturar el aspecto angelical en los pequeños artistas, una característica difícil de encontrar. «Uno no quiere a un niño actor que sea perfecto y carezca de alma», explicó Campbell Scott, que dirigió a Valentina de Angelis, de 13 años, en el filme «Off the Map», a estrenarse la semana próxima.

«Los niños actores deben ser lo suficientemente profesionales para no querer irse a su casa después de tres horas de rodaje, pero deben tener aún la frescura y osadía para ser capaces de hacer cualquier cosa», añadió Scott.

La mayoría de los actores jóvenes carecen de una formación formal y se manejan con su instinto. Esto les permite ser más naturales y utilizar su imaginación con mayor intensidad. La actuación se encara como un juego y no como un trabajo.

Los productores y agentes buscan niños que se desenvuelvan con naturalidad y no sean tímidos, ni les moleste estar frente a un grupo de personas observándolos.

Según Meredith Fine, representante de Haley Joel Osment (nominado al Oscar por «El sexto sentido») actuar es como patinar sobre hielo: es necesaria cierta habilidad innata, saber mantener el equilibrio sobre los patines.

En general, los directores de cine quieren que un niño sea un niño, que aún mantenga intacta su habilidad de sorprenderse ante lo desconocido y cierto nivel de curiosidad que le permita dar pasos firmes pero cautelosos.

Etel fue descubierto en una escuela de Manchester y nunca antes había actuado. Cuando Boyle vio su rostro pensó que había dado con su protagonista.

«No buscaba en realidad a un actor, me interesaba encontrar cierta inocencia, una simplicidad y belleza que te haga pensar que no estás viendo un trozo de arte comercial manipulado, que es en fin lo que es una película», dijo el director británico.

Para Boyle el secreto está en hacer el rodaje lo suficientemente serio para que los niños sean dedicados pero al mismo tiempo divertido para que se sientan libres para jugar. «Si uno los presiona demasiado, se pierde la magia», comentó.

Asimismo, los padres son un elemento crucial en la fórmula. Boyle solía explicarle a la madre de Etel las escenas del próximo día para que lo ayudara a prepararse. Por lo pronto, Etel disfrutó de su experiencia y quiere seguir actuando. «Este negocio puede ser muy gratificante pero también muy cruel y esto puede no ser bueno para la crianza de un niño», concluyó Boyle.

Myriam Alvarez


irigir a un niño como el protagonista de una película no es nada fácil. Son pocos los directores cinematográficos capaces de afrontar semejante reto. Sin embargo, aquellos que lo logran no salen de su asombro ante el talento y habilidad de los pequeños actores.

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