De la Rúa anunció una cruzada contra la evasión y la corrupción 

En la apertura del 118 período de sesiones ordinarias del Congreso dijo que los evasores son delincuentes y su gobierno los va a combatir, que cuando no haya evasión impositiva reducirá los tributos, que luchará sin descanso contra el narcotráfico y que le "tiende la mano a los adictos".

Buenos aires – «Voy a recaudar, necesito la plata, así que estoy entablando una lucha contra la evasión», dijo con firmeza el presidente Fernando De la Rúa ayer al inaugurar el 118 período de sesiones del Congreso de la Nación.

El mandatario se comprometió ante el Congreso a bajar los impuestos cuando «todos paguen» sus obligaciones tributarias, y lanzó una cruzada contra los responsables de la evasión, la corrupción, el contrabando y el narcotráfico en la Argentina.

De la Rúa dio a su discurso un tono enérgico marcando la decisión de su gobierno de encarar las políticas en las que buscó comprometer a diputados y senadores para que «nos acompañen en la acción, dejemos de lado las palabras, la retórica, los partidismos, los vicios del pasado y nos metamos de lleno en soluciones que pueblo espera de nosotros».

También aseguró que luchará contra el desempleo y por eso pidió a los senadores que aprueben el proyecto de reforma laboral que tiene media sanción de la Cámara de Diputados.

De la Rúa escogió un discurso enfático y frontal, aunque carente de anuncios concretos, para inaugurar el nuevo período de sesiones ordinarias. Durante poco más de media hora, se refirió a las principales demandas de la sociedad, sobre todo en materia laboral, de seguridad e impositiva.

Dejó en claro en su mensaje que la «estrategia política y económica» de su gobierno será «crecer, crecer y crecer» y ratificó su apoyo a las pequeñas y medianas empresas para que éstas tengan acceso al crédito.

Asimismo, aseguró que terminará con el déficit fiscal. «Este gobierno tiene una voluntad política para tomar medidas de fondo y muy duras contra la evasión, cuando todos paguemos los impuestos, voy a bajar los impuestos», prometió y dijo que tratará a los «grandes evasores como delincuentes».

Paro al desempleo

Al defender el proyecto oficial de reforma laboral, De la Rúa sostuvo que el desempleo «es la peor flexibilización que hemos conocido en la historia, y a la que nadie le ha hecho un paro».

El presidente también reafirmó su compromiso de transformar el Estado y terminar con su «corrupción estructural» y la «burocracia». Remarcó asimismo la decisión de su gobierno de endurecer los regímenes de excarcelación y aseguró que «la seguridad» es para su administración «una cuestión de Estado».

La apelación a los legisladores apareció luego puntualmente referida a la reforma laboral. «Esta ley ya tiene media sanción (de Diputados). Confío en que los senadores, con muchos de los cuales he hablado personalmente sobre el tema, sabrán entender que necesita un tratamiento urgente», dijo.

El jefe del Estado pronunció un discurso que se extendió por 35 minutos y alternó su mensaje escrito con la lectura de párrafos en tono coloquial o, directamente, la improvisación, con lo cual flexibilizó la formalidad que suele imperar en estos actos.

Incluso, De la Rúa no dudó en apelar a slogans (como cuando citó el de «Maldita cocaína» o «malditos traficantes») para reforzar su discurso que pretendió, como luego confirmó el secretario general de la Presidencia, Jorge De la Rúa, «romper el modelo clásico y vincular la tarea legislativa con la sociedad».

El mandatario refrendó una consigna central de su gobierno que es «terminar con la corrupción estructural» y propuso «una segunda transformación del Estado argentino».

Manifestó que «la estrategia de este gobierno es sencilla: crecer, crecer y crecer», y en ese contexto anunció «malas noticias para las empresas que no quieran competir: van a tener que competir» y bajar sus tarifas.

A su vez, para mejorar la situación fiscal, destacó el compromiso que existe con los gobernadores para poner en caja el déficit fiscal y la decisión política de su gobierno para dotar al Estado de transparencia y racionalidad en su administración pública.

Aludiendo implícitamente a la herencia recibida, precisó que así como tuvo que firmar un decreto para reglamentar las compras del Estado y «no pagar sobreprecios», también «lo que se debería haber hecho y no se hizo ha sido aumentar los impuestos de los que tienen más. Nadie lo hizo porque tiene un alto costo político».

Anticipó que «muy pronto grandes evasores serán denunciados en la justicia» y anunció que enviará un proyecto al Congreso para que el contrabando deje de ser una contravención y sea un delito federal no excarcelable. (DyN) 

Contrabando y narcotráfico

El presidente De la Rúa utilizó belicosos conceptos y recicló slogans recientemente acuñados como «maldita cocaína» en su primer discurso.

A los contrabandistas les anticipó que tienen en él a «un enemigo acérrimo», y reveló que durante su gestión ya fueron encarcelados 496 personas que cometieron ese delito y homenajeó a los gendarmes caídos en puestos de frontera en cumplimiento de su deber de controlar el ingreso y egreso ilegal de mercaderías. En ese contexto, anunció el envío de un proyecto de ley que suba la pena para los contrabandistas y sus cómplices para que el delito «deje de ser una mera infracción fiscal».

Tras la propagandística sentencia «maldita cocaína», De la Rúa encolumnó una serie de contenidos en pos de la lucha contra el tráfico de drogas, al señalar que «esa sustancia que está envenenando a nuestros hijos y condenando a los jóvenes a la peor marginalidad».

Como cierre, De la Rúa sostuvo que la Justicia «necesita una depuración», prometió una «educación de calidad al alcance de todos» y se autopresentó como «el Presidente de Internet» para luego prometer que al término de su mandato «cada alumno manejará una computadora».

Poco fervor en la apertura de sesiones

Sin calor y sin barras partidarias y en medio de un clima nada festivo, el presidente Fernando de la Rúa inauguró ayer un nuevo período de sesiones ordinarias del Congreso con un mensaje que sólo logró arrancar a propios y ajenos una docena de tibios aplausos.

Los palcos, escenario tradicional de las barras partidarias que le daban calor a estas ceremonias, fueron ocupados por acartonados encargados de negocios de países extranjeros, funcionarios de segunda línea del gobierno, familiares de estos y periodistas.

Los ex presidentes Raúl Alfonsín y Carlos Menem no fueron al Congreso. Ambos eligieron encontrarse en la asunción del presidente uruguayo, Jorge Batlle.

Un recinto gris y sólo adornado con banderas argentinas (ninguna tenía sol), albergó a diputados, senadores, embajadores, encargados de negocios de países extranjeros, autoridades militares y de la Iglesia Católica; y funcionarios del gobierno.

También a familiares de políticos, entre ellos a la esposa del jefe de Estado y a sus dos hijos, quienes ocuparon el palco central del recinto.

(DyN)

Elogios, reflexiones y comentarios

«Desarrolló una serie de muestras de buena intención, que es lógico con tan poco tiempo de gobierno y al que todos debemos ayudar a lograr. En lo único en que no estuve de acuerdo fue cuando dijo que debíamos salir con Brasil de la recesión, porque ellos parecen que en vez de posicionarse como aliados lo hacen como competidores», Carlos Ruckauf, gobernador de Buenos Aires.

– «Fue un discurso muy positivo», Alberto Flamarique, ministro de Trabajo.

– «Fue un discurso efectista, mediático, de campaña, tranquilo, pero bien armado. Esperábamos más respuestas e ideas porque no hubo anuncios importantes», Humberto Roggero, jefe de la bancada de diputados justicialistas.

– «La idea (con el discurso) fue romper un poco con el modelo clásico en el que se repasa las acciones de gobierno en forma enumerativa», Jorge de la Rúa, secretario General de la Presidencia.

– «Me gustó mucho, fue muy bueno», Raúl Alfonsín, ex presidente de la Nación.

– «Fue un gran discurso, valiente, con agenda política pero con fuerte conexión con la sociedad. Esa es una gran virtud, porque ayuda a comprometer a los legisladores con la gente», Pedro Del Piero, senador del Frepaso. (DyN)


Buenos aires - "Voy a recaudar, necesito la plata, así que estoy entablando una lucha contra la evasión", dijo con firmeza el presidente Fernando De la Rúa ayer al inaugurar el 118 período de sesiones del Congreso de la Nación.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $2600 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Certificado según norma CWA 17493
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Certificado según norma CWA 17493 <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios