De la Rúa fue sometido a una angioplastia por una obstrucción arterial

Descartan complicación cardíaca y le darían el alta en 72 horas. El ministro de Salud informó que está "en excelente estado". El presidente le restó trascendencia, pero a la mañana se lo vio pálido.

La técnica

El presidente Fernando De la Rúa fue sometido ayer a una angioplastía a raiz de la obstrucción de la arteria coronaria derecha pero su estado «es excelente», «no tiene ninguna complicación cardíaca ni pulmonar» y será dado de alta «en 48 o 72 horas», según informó el ministro de Salud, Héctor Lombardo.

El propio De la Rúa había anunciado su internación por la mañana, aunque en ese momento dijo que concurriría al Instituto Cardiovascular para un «chequeo de rutina».

La noticia causó sorpresa en el gobierno. Y pese al diagnóstico optimista de Lombardo, otras fuentes creen que el tiempo de convalescencia del presidente será más largo. (Ver «Oficialismo».)

Por la tarde Lombardo confirmó oficialmente que en ese estudio se detectó una anormalidad y se decidió entonces realizar una «angioplastía» (Ver infograma)

«Se debe a un proceso crónico de enfermedad coronaria, propio de la edad y las características de una situación muy frecuente entre quienes realizan la actividad que él realiza», señaló el ministro, al tiempo que explicó que se eligió esta fecha para el chequeo «aprovechando que era un día de cierto grado de relax por el paro» convocado por la CGT disidente.

Sin embargo, fuentes de la Casa de Gobierno revelaron que De la Rúa se habría sentido mal el domingo último y concurrió al Instituto del Diagnóstico -en ese momento se dijo que había visitado a un amigo- y que anoche sufrió el mismo malestar.

Aunque Lombardo se encargó de destacar que el jefe del Estado desarrolló por la mañana su actividad normal (presidió el gabinete, concedió audiencias y ofreció una conferencia de prensa) en la Rosada no pasó desapercibido que De la Rúa haya rezado a solas durante algunos minutos en la capilla de la sede gubernamental.

«Me voy al médico» dijo De la Rúa ante los periodistas poco antes de dirigirse hacia el establecimiento ubicado en Blanco Encalada 1547, en el barrio porteño de Nuñez, el mismo lugar donde su antecesor, Carlos Menem, fue operado de una obstrucción en la carótida en 1993.

Por la tarde, Lombardo informó que se le había realizado una «angioplastía» al presidente, pero que su estado «es excelente» y «no tiene ninguna complicación cardíaca ni pulmonar».

Explicó también que «sería dado de alta en 48 o 72 horas», aunque la decisión definitiva la tendrán los médicos que lo atendieron «coordinados por el doctor Cristian López Saubidet y Luis Antonio Cao, con la presencia de los doctores Carlos Bertolaci, José Nadia, Daniel Nadia y Néstor Pérez Baliño».

«Se realizó un estudio hemodinámico que mostró una lesión obstructiva en la arteria coronaria derecha,por lo cual el equipo conducido por el doctor Jorge Belardi, le practicó al presidente una angioplastía con resultados muy satisfactorio», dijo Lombardo.

Durante su encuentro con la prensa, De la Rúa se había encargado de quitarle trascendencia a la consulta médica: «no es nada grave», remarcó, se trata de un chequeo de «rutina», aunque se lo notó con semblante algo pálido, pero de buen ánimo.

«Estando tranquila la situación, voy ahora a tratarme yo mismo, voy a ocuparme de mi, porque me gusta cuidarme y voy a hacerme un examen médico de rutina, es una situación normal y quería informarles para que no se anden diciendo cosas por ahí».

Agregó que «es ya el derecho personal que reivindico y que invoco a hacerme exámenes periódicos, porque quienes ejercemos funciones como ésta estamos sometidos a un gran estrés», dijo.

Poco después, acompañado por su esposa, Inés Pertiné y el ministro de Salud llegó al Instituto Cardiovascular donde ingresó caminando, y minutos más tarde, arribaron en forma separada sus hijos Antonio y Fernando «Aito» y el ex titular de la SIDE, Fernando de Santibañes.

En breve diálogo con los periodistas, Santibañes señaló que el chequeo estaba programado «para la semana que viene», aunque no supo precisar por qué se había decidido adelantarlo.

También estuvieron en el lugar varios funcionarios del gobierno como el secretario general de la Presidencia, Nicolás Gallo, el jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, y Darío Lopérfido, entre otros.

Las versiones sobre la salud del jefe del Estado circularon con insistencia desde el domingo cuando éste se retiró de la conferencia de prensa que ofrecía en Olivos el ministro de Economía, Domingo Cavallo, y luego fue detectada su presencia en el Instituto del Diagnóstico, el mismo lugar donde fue atendido por el neumotórax que sufrió pocos días antes de asumir el poder.


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