De la Sota, sorprendido por el «otro» Bariloche

Sorprendido por el grado de pobreza que encontró en Bariloche.

Y temiendo que la situación social que vive el país concluya en la expansión de una violencia inorgánica con atisbos de guerra civil

Estas fueron, en síntesis, dos de las reflexiones que en una charla informal con «Río Negro» mantuvo en Roca el candidato a gobernador por el justicialismo y gobernador de Córdoba, Juan Manuel de la Sota.

-Yo no puedo hablar con autoridad de conocimiento profundo sobre la realidad de Bariloche, pero jamás imaginé que hubiera ahí tanta pobreza en tanta gente, tanta gente sufriendo… fuera de toda posibilidad de lo más mínimo… no tengo otros datos que los que recogí caminando en barrios, donde la definición de vida es nada de nada. Es una postal que nunca imaginé de Bariloche. Me emocioné al ver el esfuerzo que hace alguna gente por amortiguar la pobreza… como esa señora Gloria… la casa de Gloria, una mujer que cerró su despensa, donde todos los días iban chicos a pedir algo de comer, y con el esfuerzo de unos y otros, hoy le da comer a 400 pibes… realmente, me emocionó ver eso- comentó De la Sota y acotó:

-Yo también tengo mucha pobreza en mi provincia. En realidad manejo dos Córdobas: una, el interior; otra, la capital. El interior anda muy bien debido a la reactivación del sector primario… tenemos 7.500.000 de cabeza de ganado, la cosecha gruesa compromete a 5 millones de hectáreas…. la soja se está pagando muy bien y hay una expansión muy dinámica de la frontera productiva. El promedio de desocupación en el interior no supera el dígito, y hay ciudades como San Francisco, donde la industria de maquinaria agrícola está a pleno… pero mi drama está en Córdoba capital… fracturada la industria metal mecánica, automotriz y de autopartes… bueno, es un drama. Renault ocupa hoy nada más que 650 personas… Fiat, se dedica sólo a motores de camiones…Córdoba capital está cargada de años e historia, pero hoy tiene un drama no visto en relación con la pobreza – comentó De la Sota.

Señaló entonces que «hay franjas de esa simbiosis de marginación-pobreza que se van desarrollando con desconocimiento de usos, hábitos que, si bien no soy sociólogo, creo que por primera vez emergen en el país, al menos como características de expresiones tan elocuentes».

Relató entonces el candidato a presidente «experiencias propias que me ha tocado vivir en este tema»

-En la Gobernación de Córdoba nos hemos hecho cargo de 70 pibes de la calle… no están designados, pero bueno, les damos de comer, les hemos comprado ropa y cumplen tareas de jardineros, cuidando esto o lo otro, en distintos puntos de la ciudad. Cuando comenzamos a organizarlos, nos dimos cuenta de que algunos de ellos no conocían lo que era un baño… un médico… nada de nada… a tal punto que cuando comenzaron a bañarse, gastaban un litro de champú porque no tenían idea de qué se trataba… no querían que los revisaran los médicos. Hubo casos de abandono y autoabandono, terribles… uno de los pibes, adolescente, caminaba mal… cuando lo revisa el médico ve que en el talón tiene una formación callosa de años, y por dentro de ella, un vidrio clavado desde por los menos 2 o tres años… el pibe se había acostumbrado, y bueno, caminaba mal, pero caminaba… la Argentina viene de otra pobreza, esa en la que se nacía pero siempre estuvo abierta la posibilidad de una vida mejor… hoy la pobreza es una cultura cada vez más diferenciada y extendida en lo que va quedando del resto de la sociedad- reflexionó De la Sota y remató:

-No sé si desde la política acertaremos a dar solución al problema social… tengo dudas. Creo que las elecciones son, en este marco, la última oportunidad para buscar una alternativa. Si erramos, los tiros serán inevitables… por algún lado estalla todo… no creo en una guerra civil en términos de España: choque de dos ideologías. Pero sí en violencia entre los que buscan un espacio en la vida y la situación que se los niega…