De Pablo: ¿qué es esto de “utilizar” a jóvenes para controlar precios?

ECONOMÍA

El economista Juan Carlos de Pablo señaló hoy que la decisión de la Presidenta de “utilizar a la fuerza de los movimientos políticos, sociales, juveniles para desplegarlos en todo el territorio” con la campaña de vigilancia de precios “Mirar para cuidar” le hizo acordar al movimiento de los “guardias rojos” de China, los “jovencitos” que buscaban “defender la revolución cultural”.

“Quiero ver cómo se implementa, puede ser una cosa desde dramática hasta risueña”, reseñó el economista.

“A un joven que tiene un entusiasmo bárbaro para defender la causa, ¿qué le van a decir? ¿que vaya a un supermercado a armar despelote y a gritar o labrarán actas como hace cualquier inspector?”, añadió.

De Pablo evaluó que “puede ser una cosa de recontra temer, si hay desborde”, aunque señaló que en la historia del mundo “hay miles de congelamientos de precios y salarios que nos dicen que estas cosas no andan”.

En un reportaje por radio el Mundo, apuntó que la idea presidencial “me hizo acordar a los guardias rojos, los jovencitos que en China estaban para defender la revolución cultural, hasta que el ejército chino tuvo que poner un poco de orden”.

También el economista criticó además el “nivel de seriedad” de la propuesta y se interrogó por qué no existe “un sistema estructurado en el Estado, ya que (el Gobierno) cree tanto en los controles”.

“El oficialismo tira 32 cosas con perdigones y después vé qué pasa y qué no pasa. Ahora, todo el mundo habla de esto, pero capaz dentro de 48 horas quizás todo el mundo se olvidó, por ende, no sabemos”, explicó.

Para de Pablo, lo que falla es que no se conocen “cuáles son las reglas de juego y cuando uno le pregunta eso al Gobierno, allí es dónde pifia”.

Por último, detalló que las autoridades económicas “deberían haberse sentado en una mesa y actualizado los diagnósticos, porque lo que se dijo del nuevo modelo de país en realidad fue una reactivación, después de una bruta recesión y eso ya se agotó”.

Y finalizó con lo que, para él, debería haber dicho el equipo económico para recuperar la “credibilidad”: “Ahora, íarremanguémonos!”. (DyN)