De patógenos a inocuos, un proceso delicado
En la provincia de Río Negro casi 65 toneladas de residuos patógenos son enviados a la empresa Zavecom, con oficinas en Regina y planta en Roca, para ser sometidos al proceso de autoclave. Mediante este paso los desechos son desinfectados, deshidratados y reducidos. Lo que no puede ser procesado mediante este sistema, como medicamentos vencidos o líquidos radiológicos, es enviado a Neuquén donde son tratados por otra empresa.
Alrededor de 400 clientes en toda la provincia de Río Negro, entre laboratorios, clínicas, hospitales, sanatorios, veterinarias, laboratorios de elaboración de medicamentos como el que está en Viedma, envían sus desechos patógenos a la empresa Zavecom, con oficinas en Regina y planta en Roca, para someterlos al proceso de autoclave que los vuelve inocuos.
Son entre 720 y 750 toneladas al año, lo que representa entre 60 y 65 toneladas al mes.
El encargado de brindar la información a “Río Negro” fue Daniel Castro, responsable técnico de la firma para la tarea de recolección, tratamiento y disposición final.
De la extensa entrevista que permitió resumir el proceso de desinfección en pasos (ver recuadro), se destacan además otros puntos salientes:
“Generalmente hacemos dos tipos de controles, uno en forma mensual con un test microbiológico, lo que nos permite ver si funciona bien el ciclo. El segundo test que se hace es para medir el vacío, porque ahí es donde se encuentra una de las pautas principales para hacer el tratamiento. Esos los hacemos nosotros; después una vez al año viene gente de la facultad de Farmacia de la Universidad de Buenos Aires y nos hace la misma prueba microbiológica, aunque ellos hacen un recuento de las esporas que se someten al tratamiento. Esto nos indica que está andando bien el equipo y cuánto. Recién una vez hecho todo el análisis, nos certifican el funcionamiento”. (…)
“Estos análisis no los pide el ministerio (de Salud rionegrino), los hacemos nosotros”. (…)
“La provincia no hace ninguna certificación, ésta nos la piden de Nación como recomendación. Tenemos que demostrar que el equipo está y funciona bien”. (…)
“Sí nos hacen inspecciones de salud de la municipalidad de Roca, una vez por semana, y toman fotografías pero en realidad del funcionamiento del horno de autoclave, no lo hace nadie. Una vez que presentamos la certificación del equipo ya está; quienes vienen tienen poco conocimiento y lo poco que saben se lo enseñamos nosotros”. (…)
“El horno pirolítico -con el que nos manejábamos antes- lo que hacía era reducir a cenizas todos los elementos que se trataban mientras que el autoclave lo que hace es desinfectar, deshidratar y reducir. El tratamiento que hacemos ahora lo que hace es transformar un residuo peligroso en uno inocuo”. (…)
“Tiene que quedar claro que nosotros no definimos quién es generador de residuos patógenos y quién no. Es la ley que lo establece”. (…)
“Una de las flaquezas que encontramos es que al estar en contacto con todos los generadores (de residuos patógenos) de la provincia es que tienen un problema como que el residuo no es de ellos; (y) es que al ser un servicio que les es oneroso, muchas veces plantean que no generan nada”. (…)
“Las amputaciones las pasás por el autoclave y prácticamente sale como entró; para ser gráfico si ingresa una pierna, sale una pierna, esterilizada eso sí y con otro color. Creo que eso tendría que ir a un horno porque se destruye totalmente al igual que las agujas o los bisturíes”. (…)
“Otro problema que tenemos son los cadáveres de mascotas, porque nos llevan un perrito muerto y lo metemos al autoclave, pero sale igual a como ingresó”. (…)
“En Neuquén hay cuatro hornos pirolíticos funcionando, y de hecho nosotros todo lo que es medicamentos y drogas vencidos o líquidos radiológicos que no se pueden meter dentro del horno de autoclave, se envían directamente a Neuquén y los trata una empresa de allá”. (…)
Alrededor de 400 clientes en toda la provincia de Río Negro, entre laboratorios, clínicas, hospitales, sanatorios, veterinarias, laboratorios de elaboración de medicamentos como el que está en Viedma, envían sus desechos patógenos a la empresa Zavecom, con oficinas en Regina y planta en Roca, para someterlos al proceso de autoclave que los vuelve inocuos.
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