De Santibañes: si hubo sobornos, no salieron de la SIDE

Afirmó que "Pontaquarto es un mentiroso, un calumniador". Afirmó incluso que hizo pesar una cifra similar a la supuestamente pagada y que el arrepentido no los podría haber cargado.

El ex jefe de la SIDE Fernando de Santibañes negó ayer que haya pagado coimas a senadores para aprobar la ley de Reforma Laboral y afirmó que «la plata no salió ni pudo salir» de la central de inteligencia, según informaron fuentes judiciales.

En su declaración, volvió a sostener lo que siempre dijo alrededor del tema: que si se pagaron coimas a senadores para aprobar la Reforma Laboral, «la plata no salió ni pudo salir de la SIDE».

«Pontaquarto es un mentiroso, un calumniador», acusó el ex colaborador de Fernando De la Rúa, quien además explicó que conoció al ex secretario parlamentario después de abandonar su cargo en la central de inteligencia, en las oficinas que posee en la calle Maipú de esta capital.

El ex «Señor Cinco» fue indagado ayer durante tres horas y media por el juez federal Rodolfo Canicoba Corral, contestó todas las preguntas que le hicieron y previamente revisó -a lo largo de dos horas- toda la prueba en su contra que se encuentra acumulada en el expediente.

Vestido de traje gris, De Santibañes llegó al juzgado junto con sus abogados Hugo Juvenal Pinto y Gabriel Presa y entregó un escrito al que los voceros calificaron como «un descargo irrelevante», similar a uno entregado en 2001.

Un poco «incómodo», el ex jefe de la SIDE negó la versión de Pontaquarto que asegura que en esa dependencia, el 18 de abril de 2000, se reunió con De Santibañes y por la noche, la secretaria Gladys Mota y el chofer Luis Ruidia le entregaron cinco millones de dólares en una valija, un maletín y una caja para repartir entre un grupo de senadores.

De Santibañes aseguró que ese día estuvo en una reunión de gabinete en la Casa de Gobierno y asistió a un encuentro entre el entonces presidente Fernando de la Rúa y el ex campeó mundial de golf Jack Nicklaus, conocido como el «tiburón australiano».

Para sorpresa de los investigadores también relató: «Yo llamé a mi banco para que me pesaran cinco millones de dólares y pesan 70 kilos. ¿Cómo pudo cargar Pontaquarto semejante peso?. Además, si eran billetes viejos y con faja incluso podían pesar más».

También rechazó haber conocido a Pontaquarto en la SIDE, pese a que los registros de esa repartición que están en manos del juez demostraron que ambos se reunieron al menos el 18 de abril y el 22 de agosto de 2000.

Al respecto, el ex funcionario dijo que conoció a Pontaquarto cuando lo visitó en dos oportunidades en sus oficinas, tras su renuncia a la SIDE, una de ellas tras su regreso de Chicago, Estados Unidos, donde dictaba clases.

Según el imputado, en la primera reunión hablaron «del problema», en referencia a la causa judicial, y en la segunda Pontaquarto le «pidió plata para escribir un libro contra (el ex vicepresidente Carlos) Chacho Alvarez».

De Santibañes aseguró

que como el libro «descalificaba» al ex vicepresidente, se negó «terminantemente» a financiarle el proyecto y prefirió no recibirlo «jamás».

Agregó además que luego de que Pontaquarto hizo la confesión del pago de las coimas a la revista TXT, llamó a su oficina, pero optó por no atenderlo.

En el resto del escrito y en la declaración, el imputado detalló minuciosamente los movimientos financieros de la central de inteligencia con la intención de justificar todos los ingresos y egresos. «Tenía un disquito», consideró un vocero respecto de la declaración de De Santibañes, quien también evaluó que esto no fue «relevante» porque creen que en la SIDE funcionaba una «contabilidad negra».

En un momento, el juez consultó al acusado sobre los 6,5 millones de pesos que la SIDE retiró del Banco Nación para la misma fecha en que se pagaron los sobornos, pero explicó que correspondían a «movimientos normales de la secretaría», como publicó «Río Negro».

«En abril de 2000 se destinaron a operaciones especiales 344.787 pesos que no requieren ninguna rendición de cuentas, por lo que resulta imposible que hayan salido de allí los cinco millones de pesos», precisó.

Agregó que «no hubo pagos extraordinarios del organismo, la SIDE siguió recibiendo los mismos recursos de todos los meses y no hay faltante a lo largo de todo el año, menos aún en abril, por lo que mal se habrían podido desviar fondos a otras actividades».

(DyN/Télam)

Gladys Mota tuvo una a favor y otra en contra

La justicia ordenó ayer abrir una causa por presunto falso testimonio contra Gladys Mota, pero la secretaria de Fernando de Santibañes creyó ver aliviada su situación porque apareció otra mujer del mismo nombre de pila que asegura haber trabajado en la central de espías durante los primeros meses del año en que se aprobó la ley laboral.

Es que la SIDE envió ayer otro informe diciendo que una mujer llamada Gladys se presentó espontáneamente en la central de inteligencia para decir que había trabajado en el organismo hasta abril del 2000.

Sin embargo, los investigadores no creyeron que la situación de Mota pueda verse más relajada después de esa aparición: es que, según las fuentes consultadas, la SIDE aseguró que esta mujer no prestó servicio en el organismo para el 22 de agosto del 2000, fecha en la que el «arrepentido» Mario Pontaquarto dice haber ido a la SIDE donde fue recibido por una tal Gladys, secretaria de Santibañes.

Precisamente, Mota desmintió haber conocido al arrepentido para esa fecha. Pero cuando le mostraron los registros oficiales, la mujer aseguró: «Creo que había otra Gladys, una telefonista, que trabajó en los primeros meses del año».

El último miércoles, la SIDE notificó que para esa fecha no había ninguna otra persona de ese nombre en el sector cinco. Aunque la testigo dejó muchas dudas en el juzgado, fue precisamente ese informe oficial el que motorizó que los fiscales Eduardo Freiler y Federico Delgado pidieron que se la investigue por falso testimonio, solicitud que hoy fue aceptada por el juez federal Rodolfo Canicoba Corral. Ayer, el ex titular de la SIDE trató de ayudar a su aún secretaria. «No solo había dos Gladys sino que había tres», aseguró Santibañes, dijeron fuentes de la causa.  

 

«Una costumbre»

 

«Era una costumbre de la SIDE», dijo hoy el ex titular de ese organismo Fernando de Santibañes para justificar por qué Luis Alberto Ruidia, el chofer que quedó ahora acusado de falso testimonio, trabajó a sus órdenes hasta hace pocos meses. Ruidia, quien fue señalado como el hombre que custodió al arrepentido Mario Pontaquarto para que trasladara el dinero de las coimas, declaró el último martes pero ante sus «flagrantes» contradicciones se le inició falso testimonio.

(DyN/Télam)

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