El paisaje patagónico en el arte: “La Trochita” de Mastrángelo

El maestro Rodolfo Mastrángelo, prestigioso artista plástico de la ciudad de Viedma, en cada una de sus obras deja testimonio de lugares y paisajes de la Patagonia, pero especialmente de la provincia de Río Negro.

Sus telas que plasman la geografía de la meseta de Somuncura reflejan fielmente la inmensidad de estepa: el sol, los ranchitos, la vegetación achaparrada, los pedreros, las huellas que se pierden en la lejanía, los cerros y todo el misterio que transmite una de las zonas más puras y misteriosas de nuestro país.

Pareciera en los lienzos de Mastrángelo tocar también el paisaje y ser parte de él. Sentir la soledad, la resignación, pero también toda la riqueza de una región como la Línea Sur que aún duerme a la intemperie de una sociedad cada vez más injusta y globalizada.

Pocos temas le son ajenos. En su excelente producción también se destacan postales de la comarca Viedma-Patagones, donde reside. Las viejas casas, las riberas, el río.

Los paisajes marinos de San Antonio Oeste con sus muelles y sus barcos, los trenes y esos cielos que lo dicen todo, que son como un sello distintivo del maestro.

“Tengo un estilo figurativo con un corte onírico. Mi trabajo está sustentado sobre la base real de un paisaje armado, que responde principalmente a las formas, con un trabajo en la parte superior, de los cielos, que es más onírica. Es una combinación interesante de colores y formas que hacen muy personal el trabajo”.

Sus obras son un homenaje a la tierra que ha elegido para vivir, una forma de devolver el abrigo que la misma le diera.

“Rodolfo Mastrángelo nació en la ciudad de Buenos Aires el 18 de abril de 1951. A los 18 años conoció de la mano de su abuelo la obra de Benito Quinquela Martín y comenzó entonces la necesidad de encontrar el color de los sentimientos en las cosas que lo rodeaban”.

Según señala en su página de internet, “inició un camino que lo lleva a recorrer infinidad de caminos del sur argentino y plasmarlo en sus cuadernos de viajes y en sus telas”.

Esteban Ierardo dice sobre nuestro pintor: “Cada paisaje nunca es uno. Siempre encierra dentro de sí innumerables variaciones. El ojo de pintor descubre algunas de esas imágenes o variantes visuales que existen dentro del paisaje o escena observable. Rodolfo Hugo Mastrángelo es el ojo y la sensibilidad que guía la mano y el pincel hacia los paisajes paralelos. Es así que la geografía conocida se convierte en un reino del color. Mastrángelo recupera las variantes que cada paisaje contiene”.

“En cada imagen de Mastrángelo los paisajes patagónicos se convierten en un estallido multicolor; en una negación del pálido universo de un único color. Así lo manifiesta este artista del sur argentino: ‘¿Qué sería del hombre si no existiera el color dentro de la vida de todo ser humano que responda a su naturaleza de ser, en su complejidad íntegra, simple, única y universal?’”.

“Así también cada tierra nunca es una sola y definitiva combinación de tonos. Como la pictórica de Mastrángelo lo demuestra, cada suelo es lo inacabable y nuevos colores con los que pueda brillar”.

Rodolfo Mastrángelo es mi amigo por esa fraternidad que une a los artistas. Cuando visitó mi casa me trajo de regalo dos obras suyas: una reproducción de su tela “La Trochita” y un paisaje de la meseta de Somuncura que engalanan las paredes de mi casa.

Me sentí motivado para escribir mi poema “Amor en la Trochita” que ya está siendo musicalizado:

“Yo me voy con la Trochita/ quiero llegar hasta Esquel/ Me desvelan unos ojos/ por eso quiero volver. El campo queda muy solo/ las ovejitas también/ pero la vida me llama/ con las cosas del querer. Adentrito del vagón/ miro nevar y llover/ el fuego de la estufita/ lindo se suele poner. Una verdulera suena/ acordes de chamamé/ Trochita seguí trepando/ no nos dejes esta vez. Allá quedó el ovejero/ en el puesto con José/ ellos saben que prontito/ al campo me volveré. En las manos del pasaje/ el mate empieza a correr/ un cigarro estoy armando/ y ya lo quiero prender. ¡Qué lindo será llegar!/ Trochita vos lo sabés. / Siento tibio el corazón/ y ella lo debe saber.

*Escritor de Valcheta.

Ilustración: “La Trochita”, lienzo de Rodolfo Mastrángelo

Fotografía: Salvador Cambarieri

Sus telas plasman la geografía de la meseta de Somuncura y reflejan la inmensidad de estepa y el misterio que transmite una de las zonas más puras y misteriosas del país.

Datos

Sus telas plasman la geografía de la meseta de Somuncura y reflejan la inmensidad de estepa y el misterio que transmite una de las zonas más puras y misteriosas del país.

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