Los piratas y su dudoso impacto en el cambio climático

–En el mundo de las creencias en general y de los remedios de las abuelas, en particular, hay lógicas que vienen de muy lejos y de ese muy lejos conforman una cultura pétrea… de “sí o sí” –reflexiona Valeria Edelsztein a este diario.

Y acota:

–Es la cultura de la falacia. En el tomo 2 de “Los remedios de la abuela” digo que porque el gallo canta antes de que salga el sol, esto no puede llevarnos a concluir que él sólo aparece porque el gallo canta…

–¿Un ejemplo de falacia en el mundo de los remedios de la abuela?

–Muchos. Suele ser un mundo donde –no siempre, claro– emerge como natural un gran desorden de convencimientos. “Tenía culebrilla. Me pusieron tinta china y dijeron que esperara. Esperé y la culebrilla desapareció”. Conclusión: la culebrilla se cura con tinta china… ¿Hay una relación causa-efecto entre la tinta china y curarse de la culebrilla? ¿No será que la culebrilla dejó de atacar porque el virus que la alienta perdió fuerza ante la defensa de nuestro propio sistema inmunológico? El mundo de las falacias es amplio y generoso, pero también muy peligroso –señala Valeria Edelsztein a “Río Negro”.

Y en su investigación, ya en tren de ironizar sobre la cultura de la falacia, cuenta:

“El hecho de que dos variables estén relacionadas no significa que una sea la causa de la otra. Por ejemplo, puesto que en 1860 se produjo un descenso en el número de piratas y a la vez un aumento de la temperatura media de la tierra, podríamos decir que la solución al calentamiento global de hoy es muy sencilla: necesitamos más piratas”…

–Pero tengo la impresión que no los necesitamos, porque ya tenemos bastantes –remata Valeria Edelsztein.


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