Repensar y cambiar las formas de intervención

La Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia se constituye como tal en Río Negro el 21 de septiembre del 2017 , a partir de la sanción de la ley Nº 5238. Esta decisión generó un hito histórico en nuestra provincia, dándonos la posibilidad de repensar y cambiar los modos en que se venía dando respuestas en materia de niñez y adolescencia. Se inicia un proceso nuevo e innovador.

La conformación de la secretaría instala la posibilidad de conformar una estructura actualizada, instalando nuevas formas de pensar las intervenciones, como también la posibilidad de construir una estructura actualizada.

Un claro ejemplo de esto es la generación de una subsecretaría de responsabilidad penal juvenil, la cual comienza a redefinir sus alcances ampliando sus posibilidades y por ende las oportunidades para los adolescentes.

Hablo de instalar las condiciones institucionales y de habilitar a la construcción colectiva.

Un aspecto relevante en este proceso complejo que implica delinear políticas públicas se sostiene principalmente hacia el interior de la Secretaría de Niñez, en las modificaciones necesarias en sus programas vigentes y por otro lado en la posibilidad de coincidir con otros sectores en un abordaje integral siempre desde un enfoque de derechos, tal como lo establece la normativa vigente. Sólo tomaré este aspecto.

Los programas actuales son el resultado de muchísima historia de trabajo, de mucha gente que arduamente intentó y sostuvo éticamente un trabajo en el tiempo, pero el cual sin lugar a dudas requiere actualizaciones e incluso el delineamiento de nuevos programas que concreten política pública en nuevas formas, modos, estrategia de intervención sustentada en el cuerpo legislativo que nos sostiene. Cuando me refiero al cuerpo legislativo que nos da fundamento y contenido hago referencia a la Convención de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, leyes nacional 26061 y provincial 4109.

Demandas de la época

No podemos obviar las condiciones de esta época, la demanda que insiste acerca de los cambios necesarios, los cuales requieren acuerdos colectivos.

Esto implica planificar un proceso de escritura y reescritura por parte de los equipos de forma interdisciplinarios que tienda a conformar una serie de programas que garanticen al colectivo de la niñez y la adolescencia sus derechos, ese es nuestro horizonte hoy, en ese proceso estamos implicados.

Como secretaria de Niñez he definido que la característica principal de este momento de escritura y reescritura de los programas será generar las condiciones para que todos los que conformamos las Senaf aportemos, mediante la definición de días específicos para esta tarea, jornadas de formación con expertos en la materia, mesas de trabajo donde pongamos en tensión y, basándonos en la normativa actual, podamos construir colectivamente los cambios en los programas.

Pero no queda detenido allí el alcance de esta línea, porque al diseñar un nuevo formato institucional hacia el interior de la Senaf nos seguimos implicando en un campo común con otros. Me refiero a otros ministerios y secretarías pero sobre todo en lo comunitario, porque es relevante plantear que intentaremos dar respuestas o nuevas respuestas desde la idea de políticas concurrentes, pero gestadas y sostenidas desde lo comunitario.

Considero que la sanción de la ley que da inicio a esta secretaría como organismo autónomo nos empuja a modificar estructuras no sólo institucionales sino cambios en las formas, respuestas y estrategias, pero sobre todo inicia una mirada hacia el interior de la institución. Y aquí va otro aspecto fundamental: las infancias y adolescencias actuales requieren redefinir las trayectorias educativas y de formación de todos los que somos parte de Senaf.

Lazos sociales rotos

Hay una realidad, sabemos que los lazos sociales se han deteriorado. Reconozco que no es sencillo apelar al trabajo colectivo, colaborativo, pero cuento con un incentivo que nace del seno de la Senaf: hay una apuesta importante de los sujetos que la conformamos, es real y cierta resistencia a los estigmas al trabajo individual. Creo que las propuestas de revisión de los programas y de la práctica se proponen enlazadas a otros.

Confío en el trabajo, en los equipos, en las coordinaciones que se van conformando y en la participación.

Considero que debemos trabajar no sólo con aquello que hace obstáculo de las políticas públicas
–sería el camino más sencillo–, sino que es tiempo de reconocernos parte en la construcción de las mismas. Y este es el momento para hacerlo.

* Licenciada en Psicopedagogía, maestra de enseñanza básica y secretaria de Niñez, Adolescencia y Familia de Río Negro.


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