“Debe estar pensando qué hacer, cómo y dónde”

Lo conocí cuando tenía ocho años, en su barrio Patronato. El “Fanfa”, el “Gringo” eran sus apodos. Sus amigos del barrio, de la infancia, los Narváez, Fazzi, Vega, Verdugo, Benegas, Ampuero, comentaban siempre: Carlos tenía todo acomodado con sus tiempos, horas para estudiar, horas para ayudar a su papá en el almacén y horas para jugar al fútbol con nosotros en el potrero. Era arquero de Huracán de barrio Patronato. Yo me acuerdo: venía caminando de su casa de la calle Rohde, casi Córdoba, hasta la cancha que estaba ubicada donde hoy está el Club de Leones. Con una bermuda negra, medias blancas y polera blanca con un número uno grande, impecable. A mí me atrapaba su personalidad debajo de los tres palos, volaba de palo a palo, acomodaba la defensa, gritaba todo el tiempo y cómo puteaba por Dios… En esa época el fútbol barrial tenía mucho auge, con equipos como Villa Obrera, Villa San Martín, Defensores de Stefenelli, Noroeste, Fuerte Roca, Quintu Panal. Para mí era como ver la primera división de AFA. Luego en la casa de mi vieja Elsa, por el año 82, a escondidas, eran frecuentes las reuniones del PJ, en plena dictadura militar. Yo ya tenía 17 años y comenzaba a conocer más y a escuchar atentamente al “Gringo”, que hablaba de una democracia en nuestro país, con planes y ganas de trabajar por una Argentina mejor. Siempre fue así, como en el campo de juego, en la vida misma; por eso cuando a alguien le caía mal alguna palabra, algún léxico subido de tono, yo me reía y me decía para mis adentros: qué poco que lo conocen. Ya más grande tuve la oportunidad de entrevistarlo varias veces, siempre dispuesto al diálogo, por lo menos conmigo, con respeto y con frescura en las respuestas ante mis preguntas. De sus respuestas quedan en mí varias frases: “Mi vida pasa por acomodar y rescatar nuestra ciudad para dejarla en lo más alto, volver a ser la mejor del Alto Valle”. Un gracias por todo lo hecho en la ciudad, cada vez que nos levantamos y caminamos, transitamos, trotamos haciendo gimnasia (Canalito, Canal Grande), salimos en bici, vamos al río… Llega la Fiesta de la Manzana y mostramos orgullosos a los visitantes nuestra ciudad, los paseos, las plazas, las rotondas que cambiaron nuestro andar en auto, los puentes, el cementado del Canal Grande, la pileta del Patronato, el camino del Bicentenario, la calle Alsina, la Mendoza y tantas obras que quedan en la historia para siempre. En una ciudad que hace nueve años estaba en una plancha total, recuperamos la mística roquense y confiábamos todos en un cambio grande en una provincia como la nuestra, que tiene todo para ser la mejor de la Patagonia y líder en el país. El ímpetu, las ganas, el coraje, la ejecución, la practicidad, el ir para adelante, enfrentar todos los inconvenientes, ése era el desafío del “Gringo”, que ya no está entre nosotros. El tiempo será testigo de que las personas son únicas y el “Gringo”, el “Fanfa”, era único, con todas las virtudes y defectos a cuestas. Pero nadie podrá negar que a los roquenses nos cambió hasta los hábitos, la plata de los impuestos volvía en obras. “Gracias”, ésa es la palabra. Que en paz descanse. Pero conociéndolo, debe estar en el cielo pensando qué hacer, cómo y dónde, cómo solucionar tal o cual problema. Gracias “Gringo”… Miguel Ángel Benavídez DNI 17.117.868 – Roca

Miguel Ángel Benavídez DNI 17.117.868 – Roca


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