“Debió hacerse un solo juicio”

“Se pierde el valor de generar verdad histórica”, argumentó para sostener sus cuestionamientos a la forma en que se programaron las instancias.

La presidenta de la Asociación de Ex detenidos-desaparecidos, Nilda Eloy, volvió a Neuquén para participar de los alegatos de la querella del Ceprodh en el IV juicio “La Escuelita”.

“Estamos perdiendo ese valor de generar verdad histórica”, criticó luego de haber estado hace casi una década cuando se realizaron los primeros juicios en Neuquén.

Nilda lleva 10 años atestiguando en procesos abiertos contra militares en el resto del país.

“En Neuquén los juicios han tenido una característica delimitada desde un principio, cuando se estructuró en forma parcial. Nunca se pudo superar este desguace de un hecho que fue único y global, las cosas no ocurrían un pedazo hoy y otro dentro de tres meses, sino en forma conjunta y así deberían ser juzgados”, opinó.

Añadió: “Estamos perdiendo ese valor de generar verdad histórica al juzgar en forma parcial”.

Eloy fue testigo del juicio contra Miguel Etchecolatz y compañera de cautiverio de Jorge Julio López, desaparecido desde el 18 de septiembre de 2006, un día antes de la sentencia por genocidio contra el ex jefe de policía.

Etchecolatz fue beneficiado con arresto domiciliario días atrás, pero la medida aún no se ha efectivizado.

Fundadora del colectivo Justicia Ya!, e impulsora de las declaraciones en los juicios en todo el país, Eloy dijo que “hubo avances en los pedidos de condena” por genocidio, aunque de las querellas, no por las fiscalías.

“Hace más de 10 años hicimos el planteo por genocidio en soledad. En los testimonios de acá, en La Plata, Buenos Aires, Córdoba, Tucumán se relata lo mismo aunque no hubiéramos compartido entre nosotros ni un minuto de cautiverio conjunto”, comentó.

“Esto nos dice que fue planificado y llevado a cabo en forma conjunta por el Estado en todos sus estamentos, fuerzas de seguridad, armadas y civiles Estuve en muchos juicios y escuché a fiscales explicar que esto era genocidio, pero luego no piden por esta figura”, criticó.

¿Que le aportaron 10 años declaraciones?, se le planteó.

“Me han dejado momentos de inmensa satisfacción en el reencuentro de mis compañeros, de sus historias, de tomar aquellas manos que no pudimos nunca tomar en el campo. Y me trajeron dolores enormes como la desaparición del viejo (López), ese momento me ha marcado hasta el día de hoy”, sostuvo.

Reclaman que se juzgue por genocidio

En el su alegato las abogadas querellantes del Ceprodh enmarcaron su postura en que la dictadura militar fue un “genocidio de clase” que buscó eliminar a los trabajadores organizados en las fábricas y organizaciones sociales, en un plan criminal para “disciplinar” a los estudiantes, delegados y críticos al sistema capitalista que buscó implementar el empresariado, como “ideólogos e impulsores del plan”.

“El aparato represivo sigue intacto”, sostuvieron Natalia Hormazábal y Leticia Celli con elementos técnico-jurídicos al plantearle al tribunal que dictamine por genocidio.


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