Defienden a la biominería como alternativa más barata y segura
BUENOS AIRES (ABA) . – El investigador del Conicet, Edgardo Donati, afirmó que la preocupación de la población sobre los riesgos de explotación de oro con cianuro es “genuina” y “razonable”, pero al mismo tiempo consideró que la sociedad sabe muy poco acerca del funcionamiento del proceso dada la “falta de una tradición minera suficiente”.
El científico adjudicó esa carencia a que nuestra economía estuvo históricamente destinada a recursos como los agropecuarios, mientras se desligó de actividades con resultados a largo plazo (lo propio ocurre con la pesca).
En Chile -continuó Donati- “sus habitantes no tienen dudas sobre la conveniencia de invertir en una explotación minera”. Las opiniones del prestigioso especialista toman especial dimensión dada la polémica instaurada a raíz del proyecto Calcatreu que divide a los habitantes de la Línea Sur rionegrina. Donati afirmó que existen organismos de excelencia -como los asociados al INTI- e incluso privados capaces de hacer un estudio que no deje lugar a las improvisaciones acerca del margen de riesgo –y las consecuencias futuras- que puede tener la actividad en la mina en cuestión.
Pero asimismo, el profesor de la Facultad de Ciencias Exactas de La Plata aconsejó que el informe y los controles cuenten con participación estatal, relativizando la confianza que pueden generar los informes de las firmas privadas mineras más allá de sus trayectorias. “Tal vez sea por la idiosincrasia del argentino. Hay empresas que en países del primer mundo funcionan de la mejor manera, mientras aquí estuvieron lejos de ello, se demostró desde la década del 90 en diversas actividades”. El académico subrayó que la actividad en cuestión depende de un “triángulo de sustentabilidad” que pasa por no contaminar el ambiente, explotar de manera beneficiosa los recursos y que sea económicamente factible.
Menores costos y riesgos
Donati defendió a la biominería como la técnica más económica y minimizadora de peligros en la explotación aurífera (también se aplica al cobre).
Hace unos días el experto dio detalles sobre este método innovador en un instituto platense que lució desbordado por la expectativa de los asistentes.
En el caso del oro, detalló que la biometría permite disminuir la cantidad de cianuro, lo que hace que los efluentes sean menores y los costos se reduzcan.
El profesor universitario explicó que el procedimiento consiste en trabajar con bacterias, las que van eliminando los metales que rodean al oro, para recién entonces proceder a la cianuración. Se trata de una de las tecnologías que más ha crecido en la última década, la cual se está aplicando en varios yacimientos, entre ellos el de Ghana, uno de los más grandes del mundo (allí se explotan unas 1000 toneladas de concentrado de oro por día). Si bien dicha técnica –más barata que las tradicionales- en nuestro país no pasó de lo experimental, en Chile ya alcanzó al 30 % de los yacimientos de cobre (ya que también se aplica a este último tipo de metales).
Como punto relevante rescató la posibilidad de no aplicar el cianuro en la mina abierta, sino retirar el material y trabajar en tanques agitados.
Insistió en que el miedo es razonable -dado que el cianuro es un contaminante peligroso- pero que a la vez hay que saber que existen numerosas experiencias donde trabajando con ese producto no hubo ningún tipo de perjuicio para la población y los animales, así como se registró un antecedente contrario hace un lustro en Rumania, de la cual fueron víctimas varias especies acuáticas.
Claudio Rabinovitch
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