Del Estado al oro negro

La Liga apuesta a novedades para superar la crisis.

Ya hace un tiempo que en Lifune busca dar golpes de impacto desde la novedad. En realidad, la idea siempre es superar la crisis del fútbol regional. Surgen cambios, experimentos, prototipos de torneos. Ahora se juega en primera y reserva los sábados, desde la semana pasada (hoy se completa parte de la fecha 1). Quieren más gente en las canchas, que los jugadores se cuiden de la noche, que los árbitros elijan la liga y no los torneos comerciales. Un cambio de paradigma. Habrá que ver los resultados futuros. Hasta aquí sólo emerge la certeza de que ya son muchos los clubes neuquinos que no ‘viven’ de los aportes estatales. Eso, hace un par de años atrás, sonaba a utopía. Modificar la concepción deportiva fue determinante. También que el gobierno de Jorge Sapag no tenga como prioridad inyectar dinero en los clubes. Los fondos que solventan el fútbol neuquino hoy emergen, en buena medida, de empresas, la mayoría vinculadas al ‘oro negro’, y de recursos genuinos de los clubes. Algunos austeros, otros no tantos. Algunos caseros, barriales, otros no tanto. En la división principal, la ‘A’, los clubes se muestran algo más ordenados. Seis de los doce juegan torneos federales y si bien les cuesta, afrontan los gastos. Independiente lo hace con aportes privados y a la espera del desembarco del híper Tehuelche, que se instalará en la manzana céntrica y le aportará una cuota mensual que tendrá un piso de ente 80 y 100 mil pesos. Gastón Sobisch jura que ese dinero no se volcará en el fútbol directamente (entiéndase sueldos, refuerzos, etc.), pero sí en infraestructura. Parece increíble, pero en Maronese ya no preside Hugo Silva porque hace unos días hubo una asamblea, él no se presentó y ahora el sillón es de Eduardo Muñoz. Silva está dentro de la comisión, pero ya no será el que disponga de todo. Se dedicará a full a lo deportivo, lo que más le gusta. No es un dato menor para un club que era manejado por él como un patriarca y al que los resultados le dieron la espalda últimamente. ¿Abrirá el ‘juego’? En Centenario hace un tiempo que no hay ayuda municipal debido a encontronazos políticos pero el salvavidas económico llegó desde una petrolera, algo similar a lo que ocurre en Atlético Neuquén, que en esta temporada es dirigido por Maximiliano Maripil. Alianza siempre gozó de aportes del gobierno de Ramón Rioseco que, por ejemplo, le dio buen dinero para el Argentino B. Pero, además, los dirigentes consiguieron el auspicio de empresarios y comerciantes locales. El problema del Gallito, del último campeón Petrolero y de Don Bosco siempre fue el gasto en viajes. Los tres consiguieron comprar su propio colectivo. Alianza y Petrolero con algo de ayuda oficial. Los zapalinos se las ingeniaron con una campaña que bautizaron “Un millón de amigos”, que consistió en un abono que pasaban a cobrar por casas particulares y comercios, y que les dio buen rédito. Sapere tiene un par de ases en la manga: primero, sumó un buen auspiciante vinculado al petróleo; segundo, dentro de la comisión directiva hay un importante miembro de la Comisión Nacional de Regulación de Transporte de la provincia, el encargado de abaratar los viajes (que este año, en la A y para los capitalinos, serán pocos). El funebrero es uno de los pocos que recibió ayuda de Desarrollo Social provincial (para levantar un paredón). Los otros, Patagonia (también para infraestructura) y Eucalipto Blanco. Lotería de Neuquén sí aportó fondos para los que juegan torneos federales. En Unión Vecinal ya no hay gerencia del fútbol. Ahora lo maneja todo la dirigencia que comanda Yolanda Rivera, y que tiene ingresos más que interesantes por el alquiler de un local, el estacionamiento que le cede a una petrolera, las cuotas sociales y algunos carteles gigantes sobre la ruta, que son propiedad del club. También recibía una ‘mano’ del corralón Hepu Hueney (igual que Maronese), propiedad de Néstor Guerrero, uno de los imputados por el fatal derrumbe en la cooperativa Obrera. Clase B La idea de conformar una categoría B germinó hace tiempo. Querían una instancia de premios y castigos, también la chance de sumar un par de pasajes más para el Torneo del Interior (el Consejo Federal los aporta de acuerdo a la cantidad de equipos por liga). A la competencia vuelven Villa Iris, San Lorenzo y San Patricio, se suman Eucalipto Blanco, Malvinas Argentina de Plottier y Deportivo Rincón, más los descendidos Los Canales y Pacífico. Villa Iris, tras hacer trampa en formativas y de estar sancionado, afuera del torneo. Lo hace casi como se fue: sin sede social, sin cancha, con jugadores históricos del medio local (Víctor Correa, Manuel Laino), dos categorías de inferiores prestadas por Independiente y un enorme interrogante rondando el club. El Villero nació por la política, desde la mente del extinto ex ministro Jorge Gorosito. Siempre –o casi– se movió por los dineros estatales, pero esos beneficios ya no los tendría. El presidente sigue siendo Hugo Tamborindegui, hará de local en Independiente y recibirá fondos ligados a los ferrocarriles. “Este torneo es bisagra para ellos. Si no logra acomodarse y cambiar la forma histórica de manejarse, seguramente se extinguirá”, dice una alto dirigente liguista. Eucalipto parece ser su antítesis. Se gestó hace algo así como dos décadas, primero como escuelita de fútbol, luego pasó al fútbol comunitario, consiguió un enorme terreno municipal, la tenencia precaria, ahora busca la definitiva y hacer crecer el predio en el barrio Limay. Siempre al frente estuvieron los hermanos Carlos y Esteban Robles, dos ex jugadores que se volvieron especialistas en el arte de recaudar y acopiar, desde dinero hasta indumentaria y materiales. Ahora tienen un aporte técnico-contable: el de Dante Toso, que pasó a ser presidente del club y es auditor del Banco Nación para toda la Patagonia. En Plottier, Malvinas Argentina también surgió del fútbol comunitario, cuenta con el soporte de los ex combatientes y en la actualidad se encuentran en la ardua tarea de poner en condiciones el predio de Centro Español, que estaba virtualmente abandonado. En la ‘capital’ del petróleo neuquino surgirá otra experimentado. Después del fallido paso de Rinconense, el que toma la posta es Deportivo Rincón, que jugará con la personería del sindicato de petroleros y que por eso –al menos por ahora– tendrá como presidente al poderoso Guillermo Pereyra. Desde ya, el aliado de Hugo Moyano no se preocupará de tamaña nimiedad deportiva y dejará todo en las manos de Julio Ojeda, yerno del intendente Rucci, y de Richard Dewey, encargado de deportes del gremio. Al contrario de lo que se piensa, Deportivo Rincón no hará volar billetes a diestra y siniestra. Sólo cobra el cuerpo técnico que comanda Daniel Olea y existirán algunos viáticos. Además, según dicen el club ya tramita para tener su propia personería jurídica. Pacífico desandará este torneo en todas sus categorías con la mentalidad de siempre y de manera antosustentable, mientras que el regreso de San Patricio se produce porque conduce una nueva comisión que puso las cuentas en cero, trabaja con esmero y sí logró aportes municipales. Es más, ya pagó los doce meses de cuota de mantenimiento de liga. A San Lorenzo todo le cuesta el doble. Un club que estuvo cruzado por la desprotección, la violencia y la delincuencia hoy intenta resurgir. Con Luis Gómez como presidente, puso los papeles en orden (no había balances desde 1998), reclutó viejos jugadores, armó formativas y ahora está en el proceso de arreglar el terreno de juego. Ya no deambulan por los pasillos los barras y los rostros que metían miedo y la dirigencia lucha, sobre todo, por espantar el prejuicio que estigmatizó a la institución de una de las zonas más populosas de la capital. (Sebastián Busader)

lifune

Luis García

Atlético Neuquén y Sapere, dos que resisten en la A, con apoyo de privados.


Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios