Del show al fiasco, con otro adiós incluido

Después de ganar la pelea más lucrativa de la historia del boxeo, Floyd Mayweather le dijo ¿definitivamente adiós? al ring, y esta vez parece que va en serio.

“Quería irme con un último gran show. Esta fue seguro mi última pelea”, dijo Floyd.

No es la primera vez que anuncia su retiro y se vuelve atrás, así que nunca se sabe, pero con 40 años y un récord inmaculado de 50-0, regresar al cuadrilátero sería una apuesta demasiado fuerte incluso para el uno de los más excéntricos de todos los tiempos.

En los últimos años, Maywea-ther eligió bien sus combates al medirse a un Manny Pacquiao lejos de sus mejores tiempos y a un inexperimentado de 23 años como Canelo Álvarez.

Así preservó su hoja impoluta y construyó un aura de grandeza que lo llevó a ser el boxeador más rentable de la historia. Al mismo tiempo, Floyd se ganó una justificada fama de aceptar enfrentamientos con poco riesgo y disputar peleas aburridas.

Después de dos años sin competir, el campeón se midió en su último duelo con un oponente que nunca antes había disputado un combate de boxeo profesional. Conor McGregor, el mejor de artes mixtas del planeta, no fue oposición y sólo presentó batalla en el comienzo. Desde el cuarto hasta el décimo asalto fue todo de Floyd, que ganó por nocaut técnico.

Como pelea fue un fiasco, pero a la hora de las cuentas, un dato impresionante: Mayweather se llevó la friolera de 12 millones de dólares por minuto. Fueron 29 minutos de acción y embolsó 350 millones.

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