Demora en ejecución dispara teorías conspirativas

Descreen que dos personas pusieran la bomba de Oklahoma.

Washington (EFE).- El aplazamiento de la ejecución de Timothy McVeigh ha dado nuevo aliento a las sospechas de un complot en el atentado terrorista que mató a 168 personas en Oklahoma City hace seis años.

Esas teorías sobre una posible conspiración de milicias ultraderechistas se plantearon poco después de la explosión que destruyó el edificio Federal Alfred P. Murrah, en el atentado terrorista más grave de la historia de Estados Unidos. Y adquirieron nueva vida esta semana después de que la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) admitiera que no había entregado a los abogados de McVeigh miles de documentos que contenían entrevistas realizadas tras la explosión.

Muchos familiares de las víctimas en el atentado terrorista nunca han creído que McVeigh actuara solo.

McVeigh, quien confesó haber sido el único autor del atentado, iba a recibir una inyección letal el próximo miércoles en la penitenciaría de Terre Haute (Indiana).

Pero la ejecución fue aplazada ayer por la Secretaría de Justicia hasta el próximo 11 de junio a fin de permitir que los abogados de la defensa analicen todos los documentos del caso. Ese estudio podría llevar a los representantes legales de McVeigh incluso a solicitar una apelación de la sentencia de muerte, lo cual aplazaría aún más el castigo.

La detonación de un camión de alquiler cargado con explosivos destruyó casi todo el frente del edificio federal de nueve pisos el 19 de abril de 1995.

Una hora y media después, un policía de carretera de Oklahoma detuvo a McVeigh por conducir un automóvil que no tenía placas de identificación.

Minutos antes de ser puesto en libertad el 21 de abril de aquel año, una persona lo reconoció como sospechoso, tras lo cual fue acusado de ser el autor del atentado. Terry Nichols, un ex compañero de McVeigh en el Ejército, se presentó voluntariamente ante las autoridades de Herington, en Kansas, para confesar que había ayudado a preparar los explosivos.

McVeigh fue condenado a muerte y Nichols, como cómplice, fue sentenciado a cadena perpetua. A partir de ese momento, el gobierno dio el caso por cerrado y descartó la posibilidad de una conspiración.

Sin embargo, quedaron sin aclarar declaraciones de testigos que dijeron haber visto a McVeigh acompañado por dos o tres hombres días antes del atentado.

Uno de ellos, Jeff Davis, quien llevó comida a McVeigh en el hotel donde se hospedaba en Oklahoma City cuatro días antes de la explosión, dijo que quien le abrió la puerta no fueron ni McVeigh ni Nichols.

Una mujer dijo haberlo visto con tres personas tres días antes.

Otros testificaron que no estaba solo cuando alquiló el camión en el que cargó los explosivos. «No les creímos (a estos testigos). No hay nada de lo que hayan dicho que tenga alguna credibilidad. No hay prueba de que hubo alguien más», expresó Scott Mendeloff, uno de los fiscales en el caso contra McVeigh.

Pero Stephen Jones, ex abogado de McVeigh, dijo creer que el ex soldado no actuó sólo, aunque haya afirmado que fue el único autor del atentado.

«El hecho de que no hayan encontrado a alguien, no significa que no exista», declaró.

Kathy Wilburn, cuyos dos nietos murieron en el atentado, señaló: «nunca me tragué la teoría del Gobierno de que McVeigh actuó solo». Agregó su creencia de que los nuevos documentos del FBI «van a revelar el hecho de que hubo otras personas involucradas».

FBI y CIA bajo la lupa tras los papelones

Tras el último escándalo del FBI, el presidente George W. Bush, ordenó una revisión global de los servicios de inteligencia y de contra-espionaje con el objetivo de proteger los secretos de defensa de Washington.

El tema en cuestión es si se le debe aumentar o no a la Central de Inteligencia estadounidense (CIA) y otras agencias federales los fondos para el desarrollo de la actividad del espionaje e invertir en nuevas tecnologías en ese sentido.

Fuentes de la Casa Blanca informaron que algunos recientes escándalos en la CIA y la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) son los motivos de la decisión.

El último caso fue el del agente Robert Philip Hanssen, quien estuvo 20 años en el FBI. Pero a la vez fue durante 15 años espía soviético hasta 1991, pero su función en Moscú no se detuvo pese a la caída de la URSS, ya que siguió trabajando para los servicios de la Federación Rusa.

«Servicios de informaciones tempestivos y seguros son esenciales para el éxito de la política exterior de EE. UU. y la capacidad de aplicar la ley y las estrategias de defensa», explicó Bush.

Uno de los temas más preocupantes para la Casa Blanca es la seguidilla de escándalos en la que estuvo involucrado el FBI. Hace una semana el director de la agencia federal, Louis Freeh, anunció que se retirará en junio, cuando le faltaban dos años para cumplir su mandato de diez.

McVeigh estudia sus opciones

El autor del atentado de Oklahoma, Timothy McVeigh, frustrado con la decisión del gobierno de suspender su ejecución por un mes, sopesaba ayer la inesperada opción de combatir su condena a muerte.

Sus abogados dijeron que McVeigh está angustiado por la demora de un mes de la ejecución, ya que se había preparado mentalmente para morir, pero ahora estudiará la apelación contra la ejecución, dijo su abogado, Rob Nigh

El veterano de la guerra del Golfo, de 33 años, admitió haber colocado la bomba que mató a 168 hombres, mujeres y niños en Oklahoma City en 1995 y rechazó todas las apelaciones alegando que estaba preparado para morir por sus actos. McVeigh afirmó que también se planteó la posibilidad de asesinar a miembros del Gobierno federal, entre ellos a la entonces secretaria de Justicia, Janet Reno. Su objetivo era «hacerle aceptar la responsabilidad» por las 80 muertes ocurridas dos años antes en las instalaciones de la secta Davidiana, en Waco (Texas), incendiadas cuando irrumpían en su interior agentes del FBI.


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