Denuncian malos tratos en el hospital de Zapala

Uno de los médicos aseguró que en el centro de salud hay persecución laboral y que a varios enfermos se los trata mal. Incluso dijo que a un anciano le arrojaron un baldazo de agua.

ZAPALA (AZ).- Las quejas de varios pacientes y la denuncia de un médico sobre «persecución laboral», pusieron al desnudo una presunta oscura trama dentro del hospital Zapala.

Según la denuncia, hubo casos de baldazos de agua sobre un anciano, luces que se apagan en medio de la atención hospitalaria nocturna y la reticencia a efectuar en forma urgente análisis solicitados por un profesional, son algunos de los elementos que componen el delicado cuadro de situación.

Desde la dirección del nosocomio se dijo «desconocer los hechos en su mayoría» y se prometió «una investigación» que recién estará concluida a fines de la semana próxima.

El conflicto hizo eclosión el jueves alrededor de las 21, cuando las luces del pasillo se apagaron y dejaron en penumbras a los numerosos pacientes que aguardaban ser atendidos por el doctor Eduardo Garibaldi, único profesional que estaba prestando atendiendo por consultorio. Luego de innumerables quejas y reclamos, el profesional logró seguir prestando sus servicios hasta bien entrada la noche.

«No es la primera vez que sucede ya que en oportunidades anteriores tuve que terminar de llenar una ficha médica con la luz de un encendedor», aseguró Garibaldi, cardiólogo y clínico del centro de salud zapalino. Según explicó, esta situación forma parte de la «persecución laboral que se impulsa desde la dirección del hospital».

El profesional reveló que, pese a que es consultado diariamente por numerosas personas que requieren de su atención, la conducción del nosocomio le prohíbe la internación de pacientes. «Es una muestra más de la permanente patoteada de la que soy objeto» destacó.

Al mismo tiempo se conoció el mal trance que debió soportar uno de sus pacientes, Pedro Barriga de 90 años. El anciano, que entre otras dolencias padece una insuficiencia renal, concurrió acompañado por su nieta a realizarse análisis de sangre y orina bajo una orden de Garibaldi.

En el laboratorio aseguran haber sido víctimas de «la burla» del personal que los atendió. Al parecer los recepcionistas habrían cuestionado la real gravedad de la salud del anciano ante su imposibilidad de orinar. «Si no puede hacer pis no será tan grave» aseguran que les dijeron. Minutos después la vejación se completó cuando dos maestranzas del nosocomio le aplicaron a Barriga sendos baldazos de agua.

Consultado por «Río Negro» sobre este tema, el director a cargo del establecimiento Fernando Barcos, quien reemplaza temporariamente al titular Carlos Garay, aseguró «no conocer el hecho» pero dijo que «se realizará una investigación interna».

Los cuestionamientos que Garibaldi expuso y que luego fueron ratificados por sus pacientes, tienen como eje las permanentes dilaciones que sufren aquellos que deben realizarse diversos análisis en carácter de urgente a solicitud de este profesional.

«Cada vez que envío un paciente hasta el sector les desacreditan la validez de los estudios» apuntó Garibaldi.

Barcos replicó que «la mayoría de los pedidos son de carácter de urgente y por ende se ve desbordado el sector», aunque no aclaró qué tipo de autoridad tienen los recepcionitas del laboratorio para distinguir y calificar por sí mismos qué análisis deben ser practicados de inmediato y cuáles no.

Garibaldi atribuyó las trabas en su trabajo a «la dirección de establecimiento» y advirtió que el director Carlos Garay lo amenazó con «cesantearlo sin razones válidas».


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