Denunciaron torturas policiales
CIPOLLETTI (AC).- Luis Adrián Zúñiga aseguró ayer que perdió dos piezas dentales por las golpizas que recibió cuando fue detenido por el caso Opazo, al día siguiente del hecho. Es uno de los tres primeros involucrados. Uno más que habla de los presuntos apremios ilegales cometidos por integrantes de la por entonces Brigada de Investigaciones de la comisaría Cuarta.
«Escupíamos sangre a veces. ¿Y si nos moríamos ahí?», reflexionó Zúñiga ayer.
Este hombre, al igual que Marcelo Sáez que declaró el martes, está sobreseído por el caso.
Pasaron ya 13 años de estos ilícitos que denuncian, pero algunos abogados consultados dijeron que el Tribunal podría solicitar que se inicie alguna investigación en contra de los uniformados que se mencionan.
Zúñiga relató ayer que el 26 de junio de 1993, día del crimen, él estaba en la casa de su hermana cuando Carmen Figueroa, mamá de Claudina, empezó a pedir ayuda al enterarse de que algo había sucedido con su hija y Yanet.
«Salí corriendo para ver qué pasaba», comentó el testigo. Por colaborar, fue con Néstor Castro, otro de los imputados entonces, a avisar a la comisaría. «Nos tomaron los datos y nos vinimos», rememoró.
Al día siguiente, sin entender por qué, la policía lo fue a buscar. «Me bajaron del tractor, me pegaron y quedé detenido», enfatizó.
«Me llevaron a la Brigada. '¿Quién fue de ustedes', nos decían. Me pegaban en las costillas, en la cara», recordó Zúñiga.
Dijo que le colocaban una bolsa de arpillera en la cara y le pegaban. Que cada vez que lo sacaban de noche de la celda supuestamente para declarar, lo golpeaban. Y que le pegaban incluso después de llevarlo a la guardia del hospital por las heridas que tenía. «Volvía del hospital y me seguían dando. Nos torturaban», enfatizó.
«Cuando me mandaron para Roca tenía los ojos negros», aseguró el hombre.
-¿Usted denunció esta situación? -le preguntaron los jueces.
– «No hice ninguna denuncia por miedo. Perdí dos dientes por los golpes con la Itaka. Me quedaron flojos y al tiempo me los tuvieron que sacar. Qué iba a hacer la denuncia si yo soy pobre. ¿Dónde iba a conseguir a un abogado?»
Dijo que se animó ahora porque los policías que estaban en la Brigada no se encuentran en Cipolletti.
«Con el tema no quiero saber más nada. Quedé bastante mal por esto», remarcó el ex imputado.
Sáez, en su declaración del pasado martes, también habló de la golpiza que recibió. «Nos pegaban para que dijéramos quién había sido. Nos pegaban en las costillas con los puños», sostuvo. A él lo sacaban del calabozo «para que culpara a Castro», recordó.
Su madre, Rosa Clemencia González, habló de las presiones que recibían de la Brigada.
Dijo que le decían que si no acusaba a Fabián González o a Néstor Castro, su hijo «iba a ser boleta».
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