La coherencia de los más grandes de Argentina

Son ídolos, lo que siempre otorga cierta inmunidad. Pero, al margen, ganaron o comienzan a ganar títulos. El fútbol argentino, que tuvo 84 técnicos distintos en sus 32 equipos de Primera a lo largo de 2017, récord absoluto de inestabilidad, tiene en cambio dos ejemplos para ofrecer en los dos más grandes, River y Boca, los dos más millonarios, pero también los que más presiones sufren.

El ejemplo es porque River acordó mantener hasta el 2021 a Marcelo Gallardo. Si completa el nuevo contrato, que le da más poderes, Gallardo sumará siete temporadas y será récord histórico para River, superando a un mito como Ángel Labruna.

Sus siete títulos en más de tres años ayudan, pero también la decisión del presidente Rodolfo D’Onofrio. Apenas ganó por goleada la última elección, ofreció a Gallardo seguir durante todo su mandato. “Napoleón”, como lo apodan, está a dos vueltas olímpicas de superar a otro mito como Ramón Díaz. Hace unos meses parecía cerca de irse. A veces una derrota, la increíble caída en semifinales de Libertadores ante Lanús, puede influir más que una victoria. Esa derrota pareció reabrir hambre. Cuentan que Gallardo leyó en sus vacaciones Legado, el libro del británico James Kerr que habla sobre cómo se construyeron los All Blacks, la selección más ganadora en un siglo en la historia del deporte.

Daniel Angelici, presidente de Boca, no se anima a asumir los mismos riesgos que D’Onofrio. Guillermo Barros Schelotto, es cierto, todavía tiene que construir su propio camino. Ganar el campeonato argentino era una obligación después de tanto gasto y con los rivales principales en medio de competencias regionales. Por eso Angelici es más cauto. Ya hizo su mérito manteniendo al Mellizo cuando el viento sopló en contra. Ahora, desde hace ya un tiempo, le da los mejores jugadores. Boca ostenta chequera.

Angelici sabe entonces que, ganar la Libertadores, es ahora casi tan obligatorio como fue vencer el campeonato local. Es un desafío más complejo. Porque el mismo sueño tienen otros clubes grandes de la región, especialmente brasileños, que se están reforzando y mucho para lograr el objetivo. Aún así, ver que los dos grandes apuestan al proyecto puede indicar un camino. “En fútbol, afirmó una vez el Maestro Oscar Tabárez, tiene razón el que gana”.

El sabe que hay excepciones. Uruguay no es campeón mundial. Y el Maestro sigue allí como DT de la Celeste. Inamovible.

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