Regata: el doping flota otra vez en el río

El fallido control al final de la 4ª etapa durante la última edición de la Regata, en el que hubo un positivo, sigue generando polémicas. Los involucrados piden que los resultados sean públicos.

Aquella calurosa tarde del último 10 de enero en el balneario de Conesa, la Regata del río Negro 2018 tuvo quiebre y la armonía general en la travesía se rompió para siempre.

Ocho palistas, los dos primeros botes K2 que llegaron al balneario, la primera embarcación K2 junior y los dos mejores K1 senior de esa cuarta etapa, fueron al control antidopaje dispuesto por el Comité Organizador de la prueba. Los encargados de cotejar la primera prueba fueron los profesionales del Hospital de Conesa, quienes tiraron la bomba que explotó en el seno de la Regata: uno había dado positivo.

Lo que vino después, manchó definitivamente la prueba. La organización aceptó el mal procedimiento del control y declaró nulo todo lo actuado. En la premiación en Viedma hubo palistas disconformes que no subieron al estrado para la entrega de premios como Néstor Pinta, y hubo otros como Franco Balboa que criticó la desprolijidad para llevar a cabo un control antidoping.

Ayer la polémica revivió y sumó un nuevo capítulo al escándalo. Los palistas involucrados en el control le pidieron a las autoridades del club Náutico La Ribera, dueño de la prueba, que de a conocer el resultado del análisis ya que entienden que todos quedaron bajo sospecha.

Santiago Scalesi, quien ganó la cuarta etapa dentro de los K1, fue el primero en hacer el reclamo: “Fuimos ocho los palista sometidos al control (…) y solamente uno de ellos tuvo resultado positivo luego de realizarse tres análisis”. También se sumó al pedido de esclarecimiento Néstor Pinta, ya que el K2 junior de su hijo Damián y Federico García Opazo también pasó por el control.

“Nosotros lo que hicimos como Comité Organizador fue brindarle toda la información que teníamos a las autoridades del Náutico La Ribera. Ellos como club, son los encargados de contestar ese reclamo”, afirmó Marcelo Carcasson, cabeza visible de la organización de la prueba.

Además reiteró que el pedido de que haya un “control antidoping no se me ocurrió a mí. Fue de los mismos palistas, meses antes de que comience la prueba. Querían que fuera el reflejo de una competencia más limpia, más sana. Nos equivocamos en los procedimientos, es verdad, pero no estoy arrepentido. Lo doloroso fue saber que uno dio positivo. Te lo juro por mis hijos, hubiera preferido que todos fueran negativos”, amplió Carcasson.

Además reveló que los reactivos fueron adquiridos en Bahía Blanca y que sólo podían dar positivo si se detectaban restos de drogas sociales en orina.

“Nosotros no quisimos perjudicar a nadie y jamás divulgamos algún nombre. Este tipo de control ya lo habíamos hecho a la llegada a Viedma en el 2016. No hubo este revuelo porque todos dieron negativo. Lamento todo lo que pasó”, agregó Carcasson.

El tipo de reactivos que se usó en el control son similares a los test de embarazos. Una rayita negativo, dos rayitas positivo. “Hasta que no llegaron los reactivos, nosotros la verdad es que no sabíamos que eran de resultado inmediato. Se hizo esto sin querer dañar o perjudicar a alguien. No fue a elección”, insistió.

El Comité hizo su mea culpa y ahora todo está en manos de las autoridades del Náutico La Ribera, quien ya tiene los resultados. Ante el reclamo de resto de los cotejados, ¿dará oficialmente el nombre del positivo? Al menos un capítulo más le queda a esta historia que por más que se quiera aclarar, ya manchó la Regata.

“Queremos dejar bien limpio el nombre de Damián”, anticipó Néstor Pinta, padre del ganador de la categoría K2 mixtos junto a Vega Opazo.

El palista y entrenador principal de la EMP se sumó al pedido.

“Somos sólo los administradores. Lo que hace grande a la Regata son los palistas, y nosotros trabajamos para ellos”.

Carcasson reiteró su compromiso de seguir los deseos de los competidores.

Ya hay proyectos para la próxima edición de la Regata: está en estudio sumar una nueva etapa que se correría entre Chelforó y el balneario de Chimpay.

Datos

“Queremos dejar bien limpio el nombre de Damián”, anticipó Néstor Pinta, padre del ganador de la categoría K2 mixtos junto a Vega Opazo.
“Somos sólo los administradores. Lo que hace grande a la Regata son los palistas, y nosotros trabajamos para ellos”.
Ya hay proyectos para la próxima edición de la Regata: está en estudio sumar una nueva etapa que se correría entre Chelforó y el balneario de Chimpay.

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