Derivaron a una nena con síndrome urémico hemolítico

VIEDMA (AV).- El hospital Zatti atendió el primer caso del año de síndrome urémico hemolítico. Se trata de una criatura de dos años que estaba de paso en la provincia, procedente de Tierra de Fuego. En viaje aparecieron los síntomas y sus padres realizaron la primera consulta en el hospital de Sierra Grande. De allí fue derivada al Zatti donde fue confirmado el diagnóstico de síndrome urémico hemolítico que requirió del inmediato traslado a un centro de alta complejidad de la Capital Federal. La criatura junto a su familia habría estado en un establecimiento rural de otra provincia en contacto con guanacos y no se descarta que allí se haya producido el contacto con la bacteria que produce esta enfermedad. Este síndrome se produce por comer alimentos sobre todo carne que no se encuentra debidamente cocida, lo cual suele generar graves complicaciones de salud a los más chiquitos, sobre todo. De allí que una de las principales recomendaciones sea la debida cocción de los alimentos, en especial los elaborados con carne picada, como hamburguesas y albóndigas. En las carnicerías se utilizan carnes de distintos cortes para la molida y pueden incluir algunos que hayan estado contaminados, transfiriendo la bacteria al resto. La referente epidemiológica del Zatti, Graciela Stafforini, recomendó verificar cortando el interior de la hamburguesa o las albóndigas para corroborar que no se encuentre de color rojo sino correctamente cocida. La enfermedad afecta, en general, a niños de dos a cinco años y también a adultos mayores. Se produce en los meses cálidos entre la primavera y el verano vinculada a un cambio en la flora intestinal de los vacunos que genera una mayor producción de la bacteria que la trasmite. Lo más importante es que se puede prevenir como tantas otras de transmisión fecal-oral, siendo lo más importante además de la cocción, la higiene -sobre todo el lavado de manos con agua y jabón- antes de preparar los alimentos, durante la cocción, después de cambiar pañales y de utilizar el baño. Se recomienda además consumir carne proveniente de establecimientos controlados, así como la ingesta de leche y jugos seguros, pasteurizados, además de agua potable. En relación a las consecuencias de la enfermedad -más allá que puede provocar la muerte- una vez que se adquiere, el control es de por vida porque si bien algunos chicos no requieren diálisis, a largo plazo, según se ha corroborado, suelen desarrollar enfermedades renales crónicas, presión alta y pérdida de proteínas por la orina.


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