Desábato fue liberado y vuelve a Argentina

Actualizado a las 20:05

El futbolista argentino Leandro Desábato, del club Quilmes, fue liberado hoy tras pagar una fianza de 3.900 dólares y regresará a Argentina, luego de permanecer detenido durante más de 36 horas acusado de racismo por haber insultado a su colega Grafite, de Sao Paulo, haciendo alusión a su pertenencia a la raza negra.

Desábato y Grafite fueron expulsados durante el primer tiempo del partido jugado el pasado miércoles en el Morumbi y que ganó el equipo brasileño. El argentino está acusado de haber cometido un «delito de injuria calificada con agravante de racismo» y fue autorizado a salir de Brasil, tras firmar un documento en el que se compromete a regresar cada vez que la justicia brasileña se lo solicite, según informó Ansa.

Desábato abandonó la comisaría donde estaba detenido poco después del mediodía vestido con la camiseta azul de Quilmes y fue insultado por una decena de simpatizantes de Sao Paulo, que aguardaron su liberación. Luego de haber efectivizado el pago de la fianza, los letrados del argentino subrayaron que la prisión del atleta «fue un abuso».

«No había necesidad de detenerlo en público, en el medio del estadio y de haberlo mantenido dos días en prisión», sostuvo el abogado Carlos Méndez. Los abogados del futbolista «cervecero» habían intentado pagar la fianza el jueves, pero no consiguieron reunir el total del dinero antes del horario del cierre judicial. Desábato debe responder por «injuria calificada con agravante de racismo», delito que prevé prisión de entre uno a tres años.

La detención del futbolista provocó hoy que el ministro de Interior, Aníbal Fernández, aclarara que el jugador estaba detenido acusado de «injuria» y no por «racismo». El ministro expresó que la detención de Desábato se debió a una acusación de un «delito de injuria calificada con agravante de racismo» y no por 'racismo' ya que hubo un cambio de carátula. Aclaró también que su interés por el caso se debe «a que siendo el titular del Ministerio del Interior y teniendo migraciones a mi cargo, la nueva ley de migraciones nos confiere la tarea del seguimiento de los argentinos en el exterior».

Por su parte, el canciller brasileño, Celso Amorim, negó hoy que la prisión del futbolista argentino por haber lanzado insultos racistas a su colega Grafite del Sao Paulo pueda afectar las relaciones diplomáticas entre Brasil y Argentina. «Ese es un problema de la justicia y debe quedar en la justicia», afirmó y se mostró de acuerdo con las declaraciones del embajador argentino en Brasil, Juan Pablo Lohlé, quien dijo que, a su juicio, Desábato debería pedir disculpas por lo que hizo. «Me parece muy bien que el embajador haya dicho que (el argentino) debería pedir disculpas. Yo pienso lo mismo», finalizó Amorim.

Por su parte, el defensor quilmeño Agustín Alayes, afirmó que Desábato «fue tratado como un delincuente», festejó su liberación y expresó que acelerarían su salida de Brasil. Para Alayes «se orquestó una parodia para combatir el racismo en un país donde hay problemas de ese tipo y se nos involucró a nosotros. En Argentina no hay focos de racismo». or último, manifestó que «pagamos caro precio a la inexperiencia de Quilmes en la Copa Libertadores, de ser un club chico y no haber sido acompañado por medios periodísticos».

Para el arquero Marcelo Pontiroli la denuncia y la acusación contra su compañero Leandro Desábato fue premeditada y existía un clima adverso contra el equipo argentino. «Fue premeditado, la prensa influyó, hubo muchas cámaras de TV siguiéndonos. Le tocó a Desábato pero le pudo haber sucedido a cualquiera», expresó Pontiroli. Para el arquero, todo comenzó en el cotejo de ida jugado en Quilmes porque «tras ese encuentro el entrenador de San Pablo, Leao, le dijo a la prensa brasileña que nosotros los tratamos de 'negros de mierda' y de 'macacos'. Pero Desábato intercambió la Camiseta con Grafite al final del partido. Cuando llegamos a Brasil, en los diarios Grafite dijo que si nos hacía un gol le regalaba una banana a todos los defensores».

En cuanto al insulto que le habría proferido Desábato, Pontirolli fue claro «lo que le dijo mi compañero a Grafite fue «ahora, la banana te la vas a tener que 'meter en el orto'». El diario Folha de San Paulo, el más vendido de Brasil, advirtió hoy que el argentino puede haberse convertido en «chivo expiatorio» de la rivalidad futbolística entre ambos países.

«Desábato obviamente cometió un delito (injuria agravada por racismo), pero parece estar pagando sólo por las rivalidades de varias generaciones de jugadores argentinos y brasileños», dijo hoy Folha en su principal editorial, según un despacho de Ansa. Para Folha de San Pablo, «salta a los ojos el celo con que las autoridades están cumpliendo las determinaciones legales. No hay partido de fútbol en que jugadores no intercambien insultos, frecuentemente de carácter prejuicioso». «Ningún caso que se sepa resultó en una queja y una prisión en flagrante. Al aplicar la ley con tanta diligencia contra un argentino, se puede estar incurriendo en el mismo tipo de prejuicio que la legislación apunta a cohibir», agregó Folha.

«El episodio tiene el mérito de dar evidencia internacional al gran problema del racismo dentro y fuera del fútbol. Hay algo de simbólico y de pedagógico en la prisión de Desábato, pero queda también la incómoda sensación de que fue transformado en un chivo expiatorio», concluyó Folha de San Pablo. (Télam-SNI).


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