Desconfianza

EL BOLSON (AEB).- El verbo «desconfiar» tiene una nueva conjugación en El Bolsón. Es la que le dan la mayoría de los vecinos que temen que la «banda policial», autora del más conmocionante delito de los últimos años, aún no esté totalmente desarticulada. Mirar de reojo a los uniformados, desconfiando alguna motivación oculta, se ha convertido en moneda corriente.

Todo ello alentado por los pedidos de descabezamiento de cúpula hechos por el municipio, la queja de comerciantes que fueron víctimas de asaltos, (con distinto grado de violencia) y la necesidad de la mayoría de los efectivos de una resolución inmediata del hecho, «para que quede limpio el nombre de la Policía».

Se viven momentos tensos. La justicia que investiga el hecho mantiene un hermetismo exasperante, sin indicar si hay avances en las pesquisas, que exculpe o inculpe a otros integrantes de la fuerza. ¿Hay más policías implicados en la banda? se preguntan los vecinos.

Esa falta de noticias alienta el malestar de todos. Hay reuniones de comerciantes que comparten sus malas experiencias y se quejan porque «creemos que no se investigó a fondo». El intendente Oscar Romera insiste que para dar mayor claridad a todo debería intervenirse la comisaría local mientras siga adelante la investigación.

Pero, ¿qué piensa el ciudadano común?. «Estamos horrorizados con lo que pasó a este joven policía», señaló una mujer que participó de la marcha de silencio en homenaje a Mauricio Cornejo. «Creo que fueron policías los que me robaron», acotó un comerciante, quién tuvo temor al radicar la renuncia. «Esa banda no pudo actuar sola, sin anuencia de alguien más», aventuró un vecino. Todos tienen su hipótesis y un temor en común: que la ola de inseguridad no haya terminado.

Uno de los presuntos integrantes de la banda es vecino de esta localidad. Cuando trascendió su nombre todos se asombraron, aunque a algunos «les cayó la ficha» en relación a posibles acciones irregulares. «Su actitud, su accionar cotidiano… ¿no le llamó la atención a ninguno dentro de la comisaría?», se preguntó un médico de la localidad. Por el momento, esa pregunta no ha tenido respuesta.

La gran mayoría de los uniformados muestra las huellas de su dolor. «Perdimos un compañero y encima la gente desconfía de todos nosotros. Es bueno que sepan que los que mataron a Mauricio (a pesar de usar uniforme) no eran policías. Los que roban, los que matan, no merecen ser llamados así», señalan.

El jefe de la unidad sería reemplazado en estas horas. El segundo jefe tenía el pase en mano, mucho antes del hecho de violencia y ya partió hacia su nuevo destino. Un oficial que había sido designado como subcomisario en El Bolsón, pidió el pase a retiro antes de llegar a su nuevo destino.

El presente de la comisaría 12 es errático. ¿La solución es la intervención de la dependencia?. Eso debe responderlo el gobierno provincial que aguarda pacientemente lo que surja de la investigación judicial. La misma investigación que se realiza bajo un hermetismo marcado que sólo permite alentar conjeturas. Algunas más terribles que otras. A pesar de ello, sería inminente un replanteo de jefatura local.

Mientras esto sucede, muchos habitantes miran con recelo a la policía y se preguntan «¿habrá algún otro delincuente entre ellos?». Los efectivos repiten hasta el cansancio que «por uno de nosotros no pueden pagar justos por pecadores». Sólo hace falta que «sea justicia» para que todos vuelvan a sentirse tranquilos.

Julio Alvarez julio@red42.com.ar

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