Desinformación oficial

No es la primera vez que sucede. Temas de peso, que el Ejecutivo debería dar a conocer a la comunidad, quedan allí, resguardados entre cuatro paredes.

Esta semana fue el pedido de cesión de la concesión de la terminal de ómnibus; un asunto nada menor si se tiene en cuenta sus implicancias.

Desde abril el intendente Alberto Weretilneck tenía una nota donde la concesionaria Vía Bariloche le pedía que la explotación de la Estación Central de Omnibus pasara a otra empresa de su grupo. Y no lo hizo público. Firmó la resolución dando el visto bueno a fines de julio, y tampoco lo comunicó. Recién ahora, apareció el tema casi perdido en el orden del día del Deliberante.

Hubo otro caso que también fue preservado y trascendió en los últimos días: la adjudicación de la delegación municipal de la zona norte.

Sólo se informó cuando se realizó el llamado a licitación y se dieron las características del tipo de edificio que se buscaba. La difusión no fue igual cuando se decidió alquilar una propiedad por un valor que duplicaba la oferta oficial.

Estos son algunos ejemplos de lo que no se dice. De las resoluciones que quedan en la intimidad del Ejecutivo.

Son decisiones políticas que sin duda no ayudan. Ni a los vecinos, que tienen derecho de acceder a la información, ni al mismo gobierno. Tarde o temprano, las cosas trascienden y la demora hace que los hechos repercutan quizás hasta más fuerte que si llegaran a tiempo.

El área de Comunicación Institucional, que se creó en esta gestión, debería difundir estas informaciones importantes de la misma manera que lo hace diariamente con otras no tan relevantes, dignas de conocerse también. Algunos datos por lo visto ni siquiera llegan a este sector, y por ende, tampoco a los medios de comunicación ni a la gente.

Si bien hay algunos indicios positivos, como la página que el municipio tiene en internet donde se están brindando datos del área contable y de la contraloría, falta ajustar mucho más el sistema de información. Se podría aprovechar este espacio (www.cipolletti.gov.ar) para acercar más novedades a la gente y para mantener más actualizados los informes sobre los números y las resoluciones.

Por ahora, las informaciones de peso como las que se mencionaron al inicio de esta nota, llegan a la prensa recién cuando algún periodista tiene el rumor. Si alguien pregunta, recibe la documentación. Pero la comunicación no se realiza en su momento, cuando los hechos suceden.

Si a esto se le suma el perfil del actual Concejo Deliberante, la desinformación se hace más grande.

Los concejales no se reúnen los martes de cada semana como lo acordaron apenas asumieron. Sesionan cuando lo consideran «necesario» sin un día establecido. Puede ser desde un lunes a un viernes, en cualquier horario y en cualquier lugar. No siempre es en la amplia sala del quinto piso del edificio municipal.

Aunque los vecinos pueden acercarse todos los días, preguntar, plantear inquietudes, no es lo mismo que saber cuándo y dónde pueden presenciar una sesión, para conocer cómo piensa cada concejal, qué pasa en el municipio.

Esto no es saludable. Porque los cipoleños tienen derecho a acceder a la información. Y la prensa, también.

 

Elizabeth Hoischen

betty@rionegro.com.ar


No es la primera vez que sucede. Temas de peso, que el Ejecutivo debería dar a conocer a la comunidad, quedan allí, resguardados entre cuatro paredes.

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