Desplantes y críticas, una constante en Kirchner

Al titular del BID le cuestionó que no haya apoyado a su candidato para la CEPAL. Hubo escaso diálogo con el primer ministro español.

Los desplantes y reproches del presidente Néstor Kirchner esta vez no apuntaron a aquellos miembros de organismos de crédito «duros» o a quienes formaron parte del gobierno nacional durante la década pasada. Esta vez las «víctimas» no estuvieron en país y fueron el titular del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el uruguayo Enrique Iglesias, y el presidente español José María Aznar.

Durante la Cumbre Iberoamericana que se llevó a cabo en Bolivia el fin de semana pasado, Kirchner increpó duramente a Iglesias porque, según el presidente argentino, el funcionario del BID le sugirió a Kofi Annan, secretario general de las Naciones Unidas, el nombre de José Luis Machinea para dirigir la CEPAL. Kirchner había sugerido al ex vicepresidente Carlos «Chacho» Alvarez, pero finalmente el elegido fue Machinea. Los reproches del mandatario hacia Iglesias, un hombre que desde su cargo defendió una y otra vez a la Argentina y le prestó dinero cuando nadie lo hacía, mostraron una marcada ingratitud hacia una persona que siempre 'ha dado una mano' cuando se la necesitaba. Muestra de esto es que Iglesias fue condecorado por el ex presidente Eduardo Duhalde con la orden más importante del país, por el rol que cumplió luego de a debacle de diciembre de 2001. A este hombre Kirchner lo atacó por no coincidir con su visión de quién era el más indicado para el cargo de la CEPAL.

La falta de diálogo con Aznar tiene varias versiones. Incluso una atribuye a los propios funcionarios del gobierno de Kirchner agrandar los desplantes del presidente ante otros mandatarios para apuntalar su perfil de «guapo». Esto último fue negado ayer por el Canciller Rafael Bielsa, quien afirmó que no hubo desde la comitiva oficial que viajó a Bolivia intención de no hablar con Aznar. Bielsa, varios días más tarde, explicó que hubo una reunión con el primer ministro español.

Sin embargo, flota en el aire el desdén que Kirchner tuvo hacia Aznar, supuestamente por la presión que desde el gobierno ibérico se realiza en favor de las empresas españolas instaladas en la Argentina, que reclaman un ajuste tarifario tras la devaluación. Al igual que Iglesias, Aznar jugó un rol fundamental para el país cuando la puertas del Banco Mundial y el FMI se cerraban. Fue el premier español el que telefoneó a George W. Bush para que éste intercediera a favor de Argentina ante los organismos de crédito. La presión que luego impuso el presidente norteamericano fue vital para cerrar el acuerdo con el FMI. A este hombre Kirchner evitó y no dialogó con él en forma oficial, como hubiese correspondido a una figura de ese nivel.

Para lo que sí le quedó tiempo al presidente fue para reunirse con Evo Morales, el líder cocalero boliviano que jugó un rol importante en la caída del presidente de Bolivia Gonzalo Sánchez de Lozada. A Morales le prometió toda su ayuda para que llegue a ser presidente.Tampoco esta vez tuvo tiempo de reunirse con Carlos Mesa, el actual presidente boliviano.(Redacción Central)


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