Detenciones contra gitanos en Francia generan preocupación

El gobierno argumenta que están vinculados a la delincuencia. Organizaciones internacionales sostienen que están discriminando a una de las etnias más pobres y vulnerables de la UE.

Alegando que los gitanos están vinculados con la delincuencia en Francia, el gobierno conservador está tomando medidas enérgicas contra esta minoría, desmantelando sus campamentos ilegales y expulsando a algunos a sus países en el oriente de Europa.

La campaña del presidente Nicolas Sarkozy está causando una preocupación creciente, tanto en Francia como en el extranjero, de quienes temen que discrimina a una de las comunidades más vulnerables y empobrecidas de la Unión Europea.

Algunos críticos sostienen que la represión es una estratagema cínica para desviar la atención de los problemas económicos de Francia y atraer a los votantes de extrema derecha al avivar la xenofobia antes de la elección presidencial de 2012.

La actual tasa de aprobación de los votantes hacia Sarkozy ha sido débil y un escándalo financiero afectó la imagen de uno de sus ministros principales.

Muchos de los gitanos en Francia proceden de Rumania, al igual que 70 personas que residen temporalmente en un gimnasio en el suburbio parisino de Choisy-le-Roi. Unos 30 de ellos son niños y el menor tiene apenas 15 días de edad.

El ministro de Relaciones Exteriores de Rumania, Teodor Baconschi, dijo el miércoles que aunque espera que la expulsión de gitanos a su país se haya realizado bajo los términos legales, le preocupa el posible uso político del asunto como sus posibles consencuencias discriminatorias.

«Quiero expresar mi preocupación por el riesgo de una reacción populista y la generación de reacciones xenófobas con la crisis económica como telón de fondo»», dijo Baconschi a la radio RFI.

En respuesta, el Ministerio francés de Relaciones Exteriores dijo que Francia y Rumania están cooperando estrechamente en el problema.

La semana pasada, un órgano de Naciones Unidas contra el racismo expresó su temor por las redadas francesas contra los gitanos y sobre otra de las recientes propuestas de seguridad de Sarkozy: la revocación de la nacionalidad francesa de las personas de origen extranjero que pongan en peligro la vida de los policías.

Cristian Boti, un gitano de 24 años de edad, es padre de dos niños. Nació en Rumania y ha vivido en Francia desde 2003, pasando de un campamento a otro mientras se gana la vida recogiendo chatarra.

Boti sostiene que hay mucho menos discriminación contra los gitanos en Francia que en Rumania y ante la posibilidad de que sea repatriado simplemente afirma: «Si me envían a casa, voy a volver»».

AP


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